II. XI. Visita.

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XI

¿cuando dices que vendrán los Baudelaire?— preguntó Cole acostado mirando al techo.

—se supone que hoy— respondió Carol sentada en la tasa de baño. Una vez que termino se limpió y le bajo. Se acostó cerca de su hermano, con la separación de los barrotes —al menos nos dejaron vestirnos decentemente—

—nos dejaron con la misma ropa que teníamos, no nos hemos bañado, ni cambiado nuestra ropa en cinco días— interrumpió Cole levantándose para ir al baño en su celda.

—agradece eso— susurro Carol —igual no importa, hemos sobrevivido a cosas peores—

—¿como en la villa de VFD?— preguntó Cole —nos secuestraron, sólo salíamos de noche y la maldita de Esme Miseria nos torturaba con su sola presencia—

—todas las vidas que fueron arrebatadas... solo por nosotros— interrumpió Carol tallándose la cara —y ahora estamos encerrados, en una celda, solo por salvarles la vida y destruir las de personas que lo merecen—

—en realidad están aquí porque no nos dijeron nada de su plan, de su verdadero yo— respondió Grecia enfrente de ellos. Cole rápidamente terminó de hacer pis.

—alguien esta haciendo del baño por aquí— susurro Cole sarcásticamente.

—¿y que querías que hiciéramos?— pregunto Carol hacia Grecia.

—sólo les pedimos que sean sinceros— respondió Grecia—primero entrarán las niñas, después Violet y Klaus, una hora cada uno— abrió la celda de Carol y dejó pasar a Sunny, después abrió la de Cole y Beatrice entró caminando. Tambaleándose todavía.

Como los barrotes no eran tan gordos, las pequeñas podían atravesarlos, así que se estuvieron turnando de un lado a otro. Les contaron lo que había pasado en los cinco días en los que apenas llevaban en la celda. Supieron lo de Isadora y Charlotte. Ari y Jerry estaban castigados, por, literalmente coger en la sala. Quigley andaba de coqueto con Grecia y Jimena. Etc.

Violet y Klaus bajaron a la parte prohibida. Antes de llegar comenzaron a escuchar carcajadas, provenientes de las niñas y sus amigos. Se encontraron a Grecia en la entrada —sabemos que un castigo es un castigo pero... ¿no pueden mínimo darles una colchoneta para dormir?, porque dos mantas no son suficientes— pidió Klaus.

—trataré de negociar con Pilar, a ustedes no los escuchará— respondió Grecia. Miro el reloj que colgaba en la pared —ya les toca—

Camino y abrió ambas celdas —¡no me quiero ir!— gritó Sunny aferrándose a Cole.

—bajbsjjd (¡yo tampoco!)— gritó Beatrice abrazándose al cuello de Carol.

—tienen que irse, en cinco días regresarán— susurró Carol apoyando su cabeza en la pequeña Beatrice —no pasa nada, enserio—

Ambas niñas se separaron cabizbajas, se despidieron y finalmente salieron con una última mirada de tristeza. Pasaron al lado de los Baudelaire mayores —es su turno— dijo Sunny sonriente —abrácenlos mucho de nuestra parte— pidió.

Ambos asintieron viendo como se iban de la mano —Ari les manda esto— susurro Grecia dándoles algo en las manos. Rápidamente caminaron a las celdas encontrándose con Carol y Cole sentados, en diferentes celdas, quienes se levantaron rápidamente con una sonrisa.

𝑨𝒍𝒈𝒐 𝒆𝒔 𝒎𝒆𝒋𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒂𝒅𝒂|| 𝑲𝒍𝒂𝒖𝒔 𝑩𝒂𝒖𝒅𝒆𝒍𝒂𝒊𝒓𝒆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora