II. IV. Es hora.

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IV

Carol se despertó con la respiración agitada. Observó su entorno confundida y se talló la cara con pesadez. Recordó el sueño que acababa de tener y un escalofrío la recorrió de pies a cabeza.

Se sentó y buscó entre su ropa un libro que compró hace poco, "el libro de las tierras virgenes". O mejor conocido como el libro de la selva. Comenzó a leer en donde se había quedado.

Tiempo después Cole se despertó con ganas de ir al baño, se levantó y salió. Cuando regreso vio a Carol sentada en su cama leyendo —¿te levantaste temprano?— pregunto Cole asombrado.

—si bestia, tuve una pesadilla— respondió Carol con duda.

—¿que soñaste?— Cole volvió a preguntar sentándose enfrente de ella. Carol se ruborizó y negó —¿que pasa?, ¿es algo prohibido?— preguntó subiendo y bajando las cejas.

—deja de juntarte tanto con Ari— respondió Carol empujándolo —espera a que se me quite la vergüenza y te cuento— Cole asintió y se sentó de nuevo en su cama buscando su libreta. Su supuesta pesadilla era con Klaus, pero le dio tanta vergüenza lo que "hizo" en el sueño que prefirió no contarle nada.

Unas horas más tarde tocaron las puertas de su habitación. Al parecer el hombre con barba pero sin pelo y la mujer con pelo pero sin barba los querían inmediatamente en el sótano.

Se vistieron lo más rápido posible. Tenían la confianza de cambiarse uno enfrente del otro, así que no fue incómodo.

Cuando entraron al sótano vieron a sus supuestos mentores con una chica aproximadamente de la edad de Cole atada en una silla. Lo raro es que ella estaba completamente tranquila.

—¿y ella que?— preguntó Cole toscamente.

—la interrogaran, darán su opinión al respecto de ella y luego subirán...— ordenó la mujer.

—su madre es culpable, y por eso cobraremos todo con su hija— siguió el hombre. No les dijeron más y subieron.

Ambos se quedaron inmóviles viendo a la joven. Se comportaba de una manera extraña —¿quien es tu madre?— pregunto Carol con voz dulce.

—ustedes la conocen— respondió la joven con tono risueño —la adivina que les dio la pócima— susurro divertida.

Rápidamente se pusieron a la defensiva —¿como sabes eso?— preguntó Cole rápidamente.

—ya se los dije, soy su hija— respondió la joven. Sonrió mirándolos como si fuera un muy buen chiste —tienen un gran futuro, si toman las decisiones correctas—

—¿como te llamas?— pregunto Carol curiosa.

—Malia. Soy inofensiva— respondió Malia alzando los brazos. Ellos se alarmaron, estaba atada —no se asusten, soy adivina al igual que mi madre, se como me ataron—

—¿a si?, ¿en que número estoy pensando?— pregunto Cole sarcásticamente.

—en Violet Baudelaire— respondió Malia. Inmediatamente quito su sonrisa victoriosa a una preocupada —no te preocupes, soy una voluntaria, todos conocemos su historia, y tardamos un poco en descubrir su valiente plan— desató sus pies —se que cuando termine todo esto quieres vivir una vida normal, y te aseguro que así será—

𝑨𝒍𝒈𝒐 𝒆𝒔 𝒎𝒆𝒋𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒂𝒅𝒂|| 𝑲𝒍𝒂𝒖𝒔 𝑩𝒂𝒖𝒅𝒆𝒍𝒂𝒊𝒓𝒆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora