VII. El ascensor artificioso.

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III

¡soy actriz, actúe todo el tiempo!— grito Esme apoyada en el borde del ascensor.

Ellos la miraron desde abajo, completamente decepcionados.

—¡no se saldrán con la suya!— dijo Carol tratando de pararse, pero no pudo ya que estaban en una red.

—¡por supuesto que lo haré, así como Beatriz se salió con la suya cuando me robo!— grito Esme más enojada con la voz un poco quebrada.

Los dejaron solos. Simplemente se fueron dejándolos ahí.

—¡Duncan, Isadora!— decían, buscaban a sus amigos, solo que ellos no contestaban.

—el Conde debió llevárselos cuando puso la red— dijo Carol encogiéndose de hombros.

—hay que bajar— propuso Violet.

—tal ves la red funcione pero no tal ves no es lo suficientemente fuerte o larga— respondió Klaus.

—podemos subir, pero las tuberías sólo funcionan con manos pequeñas...— dijo Cole deteniéndose un poco al hablar. Voltearon y vieron a Sunny subir.

—¡Sunny, no! ¡Es peligroso!— se acercaron a la orilla, Sunny estaba más arriba.

De repente fue resbalando, pero encajo sus dientes en la pared y siguió subiendo.

—¡Sunny, eres genial, cuando vuelvas te daré muchas cosas que puedes masticar y si quieres actuaré lo que sea!— grito Carol hacia Sunny. Ella hizo un sonido alegre.

—no puedo creerlo, nuestra hermana está subiendo con sus dientes un elevador— dijo Klaus impresionado.

—hay que ver el libro— dijo Carol. Era lo que se iba a subastar.

—ahí dice VFD, eso dijeron— dijo Cole señalando una caja.

—¿el diccionario funcional?— pregunto Carol a su hermano. Este se encogió de hombros.

—no sabemos que significa— respondió Violet.

—¡bjnsnjbbd! (¡Cuidado con las cabezas!)— escucharon a Sunny, caía con una manta.

Estando segura les mostró a los demás que traía una cuerda. Carol agarro a Sunny para llenarle de besos su carita.

Violet hizo un nudo con el cual lograron bajar. Vieron una clase de puerta oculta. Se miraron entre ellos para caminar hacia su destino.

—miren eso— dijo Carol señalando algo a lo lejos, corrieron y vieron una puerta, con el misterioso símbolo del ojo. El tatuaje del Conde Olaf.

Cole subió primero, con una seña les indicó que estaba en buenas condiciones la escalera. Subieron y abrieron un poco la puerta. La volvieron a cerrar cuando vieron un zapato en más estado y en el tobillo de la persona el tatuaje.

—es el Conde Olaf— dijo Violet.

—¿estas segura?— pregunto Cole. Ella asintió.

𝑨𝒍𝒈𝒐 𝒆𝒔 𝒎𝒆𝒋𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒂𝒅𝒂|| 𝑲𝒍𝒂𝒖𝒔 𝑩𝒂𝒖𝒅𝒆𝒍𝒂𝒊𝒓𝒆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora