𝑨𝒍𝒈𝒐 𝒆𝒔 𝒎𝒆𝒋𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒂𝒅𝒂|| 𝑲𝒍𝒂𝒖𝒔 𝑩𝒂𝒖𝒅𝒆𝒍𝒂𝒊𝒓𝒆

III. IV. Nuevo hogar.

IV

Después de dos meses lograron encontrar una casa que parecía estar hecha para ellos en específico. Era espaciosa, había cinco habitaciones, estaba lejos de la civilización, tenían patio trasero y lo mejor de todo es que estaba amueblada.

Ya la habían pagado, así que se irían ahí en menos de dos horas. Estaban muy tranquilos, la mujer no había dado indicios de vida en los últimos meses, así que asumieron que ya se había cansado de ellos o simplemente estaba muerta.

Felices, llegaron a la casa con sus baúles. Vieron el lugar con una sonrisa —¡bienvenidos a su nueva casa!— grito Carol saltando enfrente de todos. Se agachó enfrente a las niñas —pido el cuarto más grande— inmediatamente las tres corrieron a la habitación más grande, para ver quien la ganaba primero.

—escogerán una habitación y nos vemos en la sala en dos horas— indicó Violet. Los tres varones asintieron y con una facilidad increíble jalaron sus baúles, para colmo Cole se llevó el de su novia también.

Quigley escogió el más pequeño, ya que según el se quedaría solo. Sunny y Beatrice se quedaron con el más grande, ya que a medio camino Carol fingió tropezarse para dejarlas ganar. El segundo más grande se lo quedaron Violet y Cole, se quedarían juntos, al igual que sus hermanos menores.

Al terminar de acomodar sus pocas pertenencias salieron a la sala como Violet lo había indicado.

—¿algo que nos quieras decir?— pregunto Cole en el sillón.

—si, tenemos identificaciones falsas para nosotros, menos a Bea y Quigley— respondió Violet. Les dio a cada uno —yo seré Beverly, Klaus será Elliot, Sunny será Chabo, Cole será Miércoles y Carol será Viernes—

—¿como en el carnaval Caligari?— preguntó Carol. Violet asintió.

—ese lugar me daba miedo— susurro Sunny encogiéndose en su lugar.

—aún recuerdo lo ridícula que se veía Esme con ese vestido— susurró Carol soltando una risita —y cuando me mintieron diciendo que habías muerto— eso se lo dijo a su hermano. El se rascó el cuello incómodo, no le gustaba recordar que casi lo matan, le mintieron a su hermana sobre eso y su padre biológico murió en su lugar.

—¿podemos comprar una radio... o una televisión?— pregunto Sunny inocente.

—claro, pero sería lo último, primero hay que abastecernos y después será todo lo de entretenimiento— respondió Cole despeinando su dorado cabello —¿pintaremos la casa?—

—obviamente, nos encargaremos de pintarla de un solo color... ¿Cole, podrías hacer dibujos en las paredes?— pregunto Violet. Cole asintió sin dudarlo —pero empezaremos mañana, hay colchas y cobijas en los roperos, ocupen esos para dormir—

Inmediatamente todos se levantaron para dormir un rato. Un largo rato. Carol y Violet ayudaron a las niñas con su cama. Una verdaderamente espaciosa solo para las dos. Cuando acabaron ambas pequeñas cayeron completamente dormidas —son muy tiernas— susurró Carol acariciando la frente de Beatrice.

—son niñas— respondió Violet —hay que dormir, ya es de noche, tenemos sueño de todo lo de hoy etc. Vamos a dormir—

Ambas salieron —¿como va todo con Cole?— preguntó Carol.

—excelente...— detuvieron su caminata cuando Violet se puso enfrente de ella, nerviosa —Cole me contó todo lo que pasaron cuando vivían con la mujer con pelo pero sin barba y el hombre con barba pero sin pelo... también que se llegaron a besar— Carol se sorprendió.