Capítulo 10

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Que empiece la acción.

Con Teo ideamos un plan rápido para aguar la fiesta y terminar con el juego de Kevin. Este bailaba encima de la mesa y todos lo animaban.

Primero iba a ir yo.

Salí por una puerta que daba al patio y busqué una manguera. Sí lo sé, nada del otro mundo, pero fue lo primero que se me ocurrió. ¿Qué mejor que arruinarles la vestimenta a todos con agua helada?

Abrí la llave y desenredo la manguera para llevarla adentro. Camino con toda mi tranquilidad y nadie parece darse cuenta. Mi nueva arma tiene un seguro en la boquilla, así que solo debo apretar el gatillo. Y lo hago con mucho gusto.

Disparo el agua sobre los estudiantes y los gritos de horror no se tardan en escuchar. Estaba muy fría, por lo que obtuve expresiones de pánico que me llenaron de satisfacción.

Les roseo a todos sin que me falte nadie, soltando una risa malvada en el camino disfrutándolo, no sabía que extrañaba tanto jugar un rato con personas que no fueran mi querido hermano.

Ahora era el turno de Sabah, ella era la encargada de grabar, prender las luces, apagar la música y...al parecer de lo emocionada que estaba, también tiró el alcohol al suelo.

Luego entró Teo, él tomó un micrófono que usaban para el karaoke y se subió a la misma mesa en la que estaba Kevin.

-Buenas noches, amigos ¿Qué les pareció la sorpresa? -Teo se dirige al público como un presentador de televisión -. Por sus caras puedo decir que no les agradó, que lástima. Fue cortesía de mis amigas Cass y Sabah, y por supuesto de mi persona, Teo. ¿Saben de dónde ha salido tanta amabilidad de nuestra parte? -los jóvenes abuchean enojados - ¿No? Pues dejen que les aclare. Esta noche mis amigos y yo hemos presenciado un acto injusto, que proviene de mi amigo aquí presente, Kevin.

-¿Qué hizo? - preguntó alguien entre la multitud.

-Gracias por preguntar. Amigos, Kevin les ha mentido descaradamente. Los invitó a todos ustedes a esta gran fiesta, en una increíble mansión, ¿y saben que? ésta casa en la que están, no es suya.

Las multitud exclama sorpresa. Enseguida muchos de ellos comentaron con sus amigos más cercanos negando con la cabeza, otros se reían sin creerlo. Lo que tenían todos en común es que todos estaban tiritando del frío, gracias a mí.

Entre el desconcierto, veo a Elek a un lado de la mesa que usaban de tarima. Él negaba con la cabeza seriamente y trataba de llamar la atención de Teo. Rápidamente me acerco para evitar que eche el plan a perder.

-¿Qué hacen? Tu y tus amigos están haciendo una locura.

-Solo te estamos ayudando, Elek. No es nada de que alarmarse.

-Yo no les pedí su ayuda. No quiero que se metan en mis asuntos.

-Estamos desenmascarando a Kevin. Teo sabe de muchas otras cosas que ha hecho. Así dejará de molestarte a ti y a los demás.

-No lo necesito, Cass - Elek cerró los ojos tratando de mantener la calma -. Para esto.

-¿Por qué? Esto te beneficia.

Teo seguía hablando. Aún no les había dicho de quién era realmente la casa. Por ahora estaba entretenido diciendo cada mentira que Kevin había planeado.

-Tu no lo entiendes, es mi vida y no quiero que nadie sepa sobre ello. Te lo estoy pidiendo amablemente, Cass.

Medité sobre las palabras de Elek. No entiendo por qué no quiere nuestra ayuda. Cualquier estaría encantado con poner a Kevin en su lugar.

El misterio de los elegidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora