La brisa aún soplaba todo a su alrededor. Mis ojos no se apartan del lugar por el que se fue aquel hombre enmascarado. Lo que yo en algún momento empecé, terminó poco a poco. Incluso mi respiración se ha calmado y lo que sentí minutos atrás, cesó haciendo que despegue mis manos de la tierra.Es ahí cuando realmente me doy cuenta de todo lo que sucedió. El pasto que antes era bien cuidado y de un hermoso verde, ahora es un horroroso mar de sangre, con los cadáveres de las ninfas y Oklas esparcidos por doquier, pero no veía rastro de los que estaban amenazándonos.
Las manos de alguien tocan mis hombros. Haciendo que salga de mis pensamientos y que recuerde que hace un rato mis amigos estaban en peligro. Reacciono y miro a la persona enfrente mío.
—Elek — le digo algo aturdida.
—¿Estás bien? ¿Qué fue lo que sucedió?
Él me observa con detenimiento. Aunque se vea algo débil y golpeado, no duda en chequear mi estado y eso hace que le sonría levemente.
—No te preocupes, ¿Qué hay de ti? — miro sus heridas. La que trae en el costado de su abdomen parece estar sangrando nuevamente.
Su mirada sigue la mía y solo hace una mueca.
—No es nada, puedo soportarlo.
—Hay que suturar eso — le digo y él me da una mano para levantarnos.
Veo detrás de él al resto de mis amigos y doy gracias porque están todos bien. Entre ellos se miran confundidos mientras recogen sus armas, luego se dirigen hacia nosotros.
Teo viene trotando y justo a un metro de mi se detiene.
—¿Qué? — digo esperando su reacción.
—¿Tu hiciste eso? — me pregunta anonadado.
—No — suelto automáticamente, aunque luego dudo hasta de mi misma — . No estoy segura.
—Dejate de tonterías, zanahoria. Lo lograste ¿No lo ves? — sonrió orgulloso y me hizo chocar las manos.
Yo aún estoy en proceso de aceptación, así no soy capaz de alegrarme. Honestamente, no estoy del todo convencida de que ese alboroto lo pudiera causar alguien como yo.
—¡Encontraste tu habilidad! — chilló alegre Sabah y me dio un rápido abrazo.
—Felicidades — me dijo Minkabh con una sonrisa.
—Gracias, supongo — les digo sin saber cómo actuar, solo pude darles una pequeña sonrisa que no duró mucho tiempo.
—Alégrate, lo que hiciste fue increíble— Elek trataba de sonar emocionado, en cambio, se le ve pálido y adolorido.
—Rápido, hay que curar a Elek.
Los chicos ayudaron sosteniendolo y lo llevaron en sus hombros, mientras seguían eufóricos con el nuevo tema.
—Quien lo diría, fuiste el factor sorpresa que necesitábamos — expresa Deimos aplaudiendo.
—¿Por qué no mejor nos enfocamos en lo que pasó antes?— Fobos nos mira callandonos — nos atraparon y casi nos matan ¿No creen que eso es más importante?
—¿Y que quieres que hagamos? Para mí, lo importante es que logramos sobrevivir gracias a Cass — me elogió Teo.
—Eso fue pura suerte — lo miró duro — lo que pasó fue un descuido que no podemos permitirnos. Si seguimos así, no lograremos nuestro objetivo.
—¿Cuál es nuestro objetivo? —pregunta Elek cuando lo dejan sentarse para ser examinado.
—Por ahora, vivir —contesta Deimos.

ESTÁS LEYENDO
El misterio de los elegidos
FantasyCassandra siempre supo que su collar era especial, pero nunca imaginó que también era una sentencia de muerte. Desde que nació, ha escuchado las voces del Consejo del Olimpo, dioses que le susurran secretos prohibidos y exigen su silencio absoluto...