—Sueltenme — digo lentamente en modo de advertencia, mis brazos están rodeados por las fuertes manos de unos hombres que desconozco.
— Calma niña, no te haremos daño —dice uno de ellos en tono divertido.
—Yo, tú, me ahorraría ese humor — Elek que está frente a mí les habla tranquilo sin forcejear. Lo han golpeado y está tranquilo—. Esa "niña" los sorprenderá si la siguen molestando.
Los hombres se miran entre sí con rostros burlones y luego sueltan una carcajada. Mis manos se cierran como puños al instante y el enojo no se desvanece, a este punto perderé el control muy rápido. Es que este día no pudo ir peor.
—Cass, respira. Estaremos bien, no hay razón para alterarse.
—Eso trato, pero este par de idiotas no ayudan— cierro los ojos y suelto el aire. A pesar de las enseñanzas de Antheia y Apolo, mi enojo aún dominaba gran parte de mi don. Llevo mucho tiempo controlandome para no dejar salir un caos, que luego iba a ser difícil de sobrellevar. Por alguna razón cuando estoy de buenas, soy prácticamente inservible, pero estar molesta acciona lo que está oculto.
Ocho horas antes
No entiendo a que se refirió Deimos conmigo. ¿Le molesta mi presencia ¿Pero como? Soy inofensiva a su lado, si él quisiera,podría meterse en mi mente y manipularla a su antojo. ¿Que puedo hacerle yo? ¿Ahorcarlo? ¿Esquivar sus dagas mortales? Lo dudo. Él es más fuerte y rápido, me enseñó un par de trucos, pero en este caso la estudiante no puede superar al maestro.
Al llegar a la playa los demás se han levantado. Deimos regresa con ellos y hablaban sobre algo trivial. Paso tras mi mejor amigo recordando el consejo de Elek. Debo contarle la otra parte de la historia. Le hice unas señas y él me siguió.
—Cass, si es por lo de tu padre, lo siento...
—Para, no te disculpes — lo freno y saco el collar de mi bolsillo —este collar me ha traído un sin fin de incógnitas. Ahora, sin rodeos te digo que fue Apolo quien me lo regaló al nacer.
Teo mira el collar y luego a mí, sin creerlo.
—¿Como lo sabes?
—Él mismo me lo dijo en persona, cuando aprendí a usar el don.
—Espera, tengo muchas preguntas. ¿Por qué te dió eso? — lo señala —es peligroso hasta para ti.
—No lo sé, según él es para cuidarme. Eso también me lo dijo mi padre al dejarme. No sé que representa realmente, pero lo he tenido desde bebé, Teo. Si vamos con mi padre, perderemos el tiempo. Él huyó de todo este mundo y prefiero que se quede así.
—¿Estás segura? No debe ser difícil encontrarlo, estamos en Italia. Tu naciste aquí, Cass. ¿Donde más puede estar?
—En una tumba — digo sincera.
No se lo esperaba, obviamente.
—¿Que? ¿Tu padre falleció?
—Así es —asiento con lágrimas en los ojos — . Estoy tan cerca de él, pero al mismo tiempo tan lejos.
—¿Apolo te lo contó?
—Sí, el mismo día.
—¿Por qué no me dijiste?
—No estaba lista — me limpio una lágrima — ¿ves? Es difícil hablarlo. Aun me duele demasiado, Teo.
Teo no duda en rodearme en un abrazo.—Soy el peor mejor amigo del mundo. Debí saberlo por como actuabas esa semana. Lo siento mucho, Cass. Tendría que haber estado ahí para ti.
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El misterio de los elegidos
FantasyCass no tiene una vida común, sólo creció aceptando una pequeña diferencia. El collar que esconde es su habitación no es más que un imán para las desgracias, pero ella desconoce por completo lo que conlleva. Una noche, todo se desequilibra. El dest...