Capítulo 34

17 3 3
                                    


Pateo una piedra en total frustración. Me quedo varios minutos pensando en como he arruinado un momento de paz con Deimos. Pero también busco sentirme mejor conmigo misma, porque obviamente no estoy acostumbrada a ese lado de él que es bueno. Sus cambios de humor aún me tienen confundida, ¿Cómo pasó de ser bromista a un chico serio? ¿O de acercarse tanto a mí? Realmente no lo entiendo. Si soy sincera, no me esperaba nada de eso. Un Deimos siendo lindo por más de diez minutos es algo que nunca pensé ver.

También está mi desconfianza. No me puede culpar por eso, he visto y escuchado muchas situaciones en las que los gemelos han estado involucrados. Por más que tengamos una especie de amistad entre todos, aún no logro dar cada gota de confianza que me queda. He tratado, como hoy, pero hay algo que no me deja. No sé si es miedo o simple estupidez mía.

Ahora en mi cabeza se repite una y otra vez su rostro molesto por mi actitud. ¿Debería disculparme?

Admiro una última vez el hermoso paisaje, para luego ir en búsqueda de Deimos. Retomo los mismos pasos hasta llegar a las pequeñas casitas y camino mirando a todos los posibles lugares en los que puede estar. Si estuvieramos en la otra dimensión, mundo o lo que sea, de seguro mi primera parada habría sido un bar; porque él es el típico chico rudo que usaría la bebida para calmarse. Pero aquí, no hay muchas opciones. Al menos que me esté equivocando y él sea del tipo que va con ninfas a pasar el rato. No quiero tener que entrar e interrumpir su diversión solo para una disculpa.

Elijo un callejón al azar para comenzar, por aquí hay varias chicas a las cuales él querría seducir. Solo que no hay señales de hormonas alborotadas y eso resulta un alivio para mí y mis ojos. A lo lejos diviso a Fobos fuera del pequeño lugar en el que nos quedamos, apresuro el paso, ya que sé que ellos siempre se mantienen juntos.

—Fobos — lo llamo y él se voltea con su típico rostro inexpresivo— ¿Está Deimos dentro?

—No. Se fue temprano en la mañana ¿por qué?

—¿No ha regresado? — digo más para mí misma que para él.

—No, ¿por qué tanta urgencia?

—Nada, es que quiero hablar con él.

Fobos me observa de forma analítica, algo que no me gusta que haga, porque suele hacerlo cuando quiere saber más y si no le dices, se dispone a adivinar.

—¿Se pelearon no es así? —suelta cruzando sus brazos — ¿No te gustó el collar?

¿Como...? Ah, claro, ¿por qué me sorprende? Es su hermano, es obvio que sabe todo.

—Que lo sepas me ahorra tiempo. Y no es eso. Sí me gustó su regalo. Solo hubo una pequeña equivocación, es todo. ¿Me avisas si llega? Estaré adentro.

Pongo un pie en la entrada y las palabras de Fobos me detienen.

—Mi hermano no suele comportarse así, Cass. Ese idiota está haciendo un gran esfuerzo.

Abro mi boca para contestar, pero en eso llega Minkabh a paso rápido por las calles. Está agitada por correr.

—Me están siguiendo, debemos irnos de aquí cuanto antes.

—¿Estás segura? — pregunto no muy convencida.

—Más que segura. Alguien nos ha delatado.

—Entonces, alertemos a los chicos — dice Fobos empujandonos dentro.

Una vez dentro, cerramos la puerta. Él se queda cuidando y nosotras vamos por Elek, Teo y Sabah. Primero voy a la habitación de Teo, al abrir me topo con la cama vacía, sin rastro de él.

El misterio de los elegidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora