Capítulo 12

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Correr bajó la lluvia podría parecer algo fácil o tal vez divertido, pero no lo era en absoluto. Mi ropa estaba totalmente pegada a mi cuerpo y me la sentía pesada. Tenía que evitar resbalar con las rocas y los charcos de lodo. Sin contar que el agua se te metía a los ojos y la boca.

Teo y yo corríamos por la sencilla razón de que los invasores que nos buscan, posiblemente nos escucharon romper el vidrio. Estábamos agitados del largo tramo que hemos recorrido y no podemos parar por más que lo queramos.

Solo había unas pocas personas en las calles que nos miraban como si estuviéramos dementes, aunque no los culpo, yo también lo pensaría.

Teníamos la intención de ir a mi casa y tomar lo necesario para seguir huyendo. Me dolía solo con pensarlo, pero tenía que hacerlo si quería que mi familia viviera.

Al llegar me percato de un problema.

Mi madre está en casa y no en su trabajo como debería.

-No puedo hacerlo, no con ella aquí - me detengo en la acera, mirando la casa.

-Es difícil, lo se - él me mira con tristeza - pero no tienes opción. Es eso o mueren como mi madre.

Me resulta doloroso tener que irme sin saber cuándo regresaré o si viviré para volver a verlos. Son mi familia, son los que me dieron todo su amor y con los que estaré eternamente agradecida. Pero Teo tenía razón, ellos debían vivir y no sufrir por la vida que me tocó.

-Lo haré, pero espérame en mi habitación - avanzo y entro por la puerta principal.

Teo entró conmigo silenciosamente y se escabulló por las escaleras.

Mi mamá estaba en la cocina y no estaba sola, Trevor se encontraba con ella hablando. Otro problema.

Me quedé parada observándolos, me inundó la tristeza. No había forma de que inventara una excusa lo suficientemente buena para que no se preocuparan por mí.

-Cass, cariño ¿Dónde estuviste? - mi madre se acerca preocupada y pone una de sus manos en mi rostro -. Estás empapada ¿Qué estabas haciendo?

-Estaba caminado y me tomó por sorpresa la lluvia.

Trevor también se acerca y se posa a mi lado.

-¿No qué estabas enferma? -se ríe de mí mentira.

-Solo quería tomar un poco de aire y pensar.

-¿No podías pensar en la cocina o en el baño como la gente normal? -otro chiste de mi hermano.

-No es tan sencillo -contesto cortante.

Tengo que pensar rápido. Mi mejor opción era hacerme pasar por la hija rebelde con viejos recuerdos atormentándola.

<<Aquí vamos>>.

-¿Qué pasa, cariño? -ella trajo una toalla y me la dio.

-Estuve pensando.

-No me digas - Trevor rodó los ojos.

-Déjame hablar - lo miro mal -, no es broma.

-Es cierto, Trevor. Déjala hablar - mamá le dio codazo a su hijo y luego puso su atención en mi -. Cuéntanos ¿Qué estuviste pensando?

Respiré hondo, era ahora o nunca.

-En mi padre, estuve pensando en él - dije de la manera más desinteresada posible - quiero ir a buscarlo y pedirle explicaciones.

-No lo dices en serio - habló mi hermano frunciendo el ceño -. Ese hombre te abandonó como si nada ¿y ahora quieres buscarlo?

-Hablo en serio, quiero hacerlo.

El misterio de los elegidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora