Capítulo 13

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Elek manejó por la carretera pasando los abundantes árboles que había a cada lado. Ya sabíamos a donde nos llevaba. Nos avisó que el único lugar al que podríamos ir era su casa, en el condominio de los ricos. Nosotros no nos negamos, era lo único que podíamos aceptar.

Ahora de día ya puedo apreciar la arquitectura de las casas que se lograban ver. Unas estaban más escondidas entre árboles que otras, pero no hay ninguna que me decepcione. Son casas muy bonitas.

Nos detenemos en un portón de color negro. Elek tomó un pequeño control, con eso abría las grandes compuertas hacia su propiedad. A la luz del día el lugar se ve tan diferente a como lo recordaba, ahora es muchísimo más grande. Hay arbustos bien cuidados y el césped cortado, sin flores.

Y la casa es grande, muy grande.
Pintada de colores tierra, dando la sensación de una casa enorme, aunque hogareña. En el área de mi especialidad que es la arquitectura, no veo nada que me deje sin aliento. Se dejaron llevar por un estilo Georgiano con toques modernos, y por supuesto, cámaras de vigilancia que no se molestaron en ocultar.

Bajamos del auto y caminamos detrás de Elek hasta la entrada. Toca el timbre y una mujer de por lo menos unos sesenta años de edad nos recibe

-Buenos días, joven Elek - lo saluda cortésmente.

-Buenos días, Martha - sonrió - traje unos invitados. Ellos son Cass y Teo -luego nos mira a nosotros - . Chicos, ella es Martha, la reina de la cocina.

-Un gusto conocerlos -ella sonríe por el cumplido y nos tiende la mano.

-El gusto es nuestro - le contestamos.

Después nos hizo pasar. Y si antes no me encontraba sorprendida por la fachada de la casa, ahora estoy totalmente asombrada por el interior.

La decoración es bellísima. Este no es mi campo, pero puedo claramente apreciar los lujos que saltan a la vista. Lo primero que se ve son las enormes escaleras al fondo con pasa manos en detalles dorados. El piso esta tan pulido que casi puedo ver mi reflejo en el. En el lobby hay unas estatuas con formas de animales un poco extrañas, que no pude seguir viendo.

Fuimos guiados hasta la sala y Martha nos ofrece algo para tomar. Aquí es más bello en cuanto a detalles. El sofá es de color vino y la sensación suave apenas te sientas es como el cielo hecho terciopelo. Por otra parte estaba la chimenea en piedra, unos cuadros que no entendía y unos jarrones que se notan bastantes antiguos sobre la chimenea. Esos últimos llaman muchísimo mi la atención por su forma y color dorado con detalles en negro.

-¿Te gusta? - llega Elek a mi campo de visión y yo asiento - Es la colección favorita de mi padre. Son jarrones importados de Grecia.

-Son bellísimos -digo, con ganas de pasar mis dedos sobre uno de ellos.

Eso debe valer una fortuna. Más que mi casa y la de Teo juntas.

-Siéntense en casa - nos dijo Elek con una sonrisa amable.

-Gracias - le decimos.

-¿Estará tu familia de acuerdo con que estemos aquí?

-No se preocupen, yo me encargo de eso. Entonces, ¿Me contarán porque han salido en las noticias? Digo, he visto todo el reportaje y no le veo sentido. Los buscan como si fueran homicidas.

-Es una larga historia - Teo trata de evadir la pregunta sin mirarlo.

Esto era obvio que iba a suceder. Elek nos está ayudando, pero de algún u otro modo las preguntas no tardarían en llegar.

-Vamos chicos, los apoyo -nos observó a ambos -. Sé que ustedes no son capaces de nada malo, ¿Porqué huyen? ¿No deberían hablar con la policía y resolverlo?

El misterio de los elegidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora