Abro los ojos al escuchar una puerta cerrarse. Me incorporo estirándome, suelto un largo bostezo desde el sofá en la habitación de Elek y veo a Teo dormir plácidamente en el suelo junto a muchas mantas y almohadas. El pobre está cansado, estuvo haciendo vigilancia gran parte de la noche, ya que todos estábamos un poco nerviosos con que el padre de Elek le diera por regresar y terminar lo que empezó. Y la verdad fue un milagro que no lo hiciera.
Con cuidado de no despertarlo, saco una pierna y luego la otra, levantándome.
Mi vista pasa a la cama en la que debería estar Elek, pero no había señales de él. Me sorprende que con el dolor que debe estar sintiendo, se atreva a levantarse.
Voy hacia el baño que hay en la habitación y noto que la puerta está abierta. Asomo la cabeza, pero tampoco hay nadie.
<<¿Dónde estará?>>
De forma tardía, mis alarmas se encienden. Me doy un golpe mental, se supone que debía vigilar que él estuviera bien o ver si necesitaba ayuda con algo.
Rápidamente salto por encima de Teo y abro la puerta para salir.
-Cass - murmura Teo con los ojos cerrados - ¿qué pasó?
-Elek no está -le digo preocupada y salgo corriendo descalza escaleras abajo, buscándolo.
Llego al último peldaño sin saber a que dirección dirigirme primero. Escucho atentamente para ver si doy con gritos o con cualquier sonido extraño, pero no es así. Todo parece normal, no oigo nada fuera de lo común. Reviso por la sala, la cocina y el comedor.
Y nada. No están Martha, Elek o el señor Howard.
Teo baja a paso rápido con los cabellos desordenados y sin camisa deteniéndose a mi lado mirando a todas partes.
-¿Lo encontraste?
-No -niego con la cabeza.
Teo se dirige a la puerta principal, abriéndola. El aire fresco de la mañana nos da en el rostro, solitario y calmado nos recibe junto al gran patio delantero. Hasta donde nuestra vista alcanza, no sé encuentra nadie y el auto de Elek tampoco está.
<<¿Se fueron?>>
-Buenos días, niños ¿Qué hacen afuera?
Nos volteamos sobresaltados al escuchar a Martha, que nos mira confundida. Rápidamente mis ojos la escanean de arriba a abajo buscando heridas o sangre. Resulta que está intacta, sin señales de que algo fuera mal. Como si nada pasara.
-¿Está todo bien? - nos pregunta ya que ninguno de los dos hablaba por la vergüenza.
-Sí, sí -digo con risa nerviosa -solo necesitábamos un poco de aire mañanero.
-Exacto, nos gusta mucho su patio bien cuidado -me apoya mi mejor amigo.
Que vergüenza damos.
-Oh, ya veo - ríe - vengan, Elek está desayunando en el patio trasero.
-Claro -asiento siguiéndola.
-Yo iré a ponerme una camisa -avisa Teo y sube las escaleras.
Voy detrás de Martha, pasando por la puerta que ya conocía de la noche de la fiesta. Primero es algo así como un pasillo al aire libre con una banca y las flores secas al frente de esta. Seguimos caminando hasta llegar al gran patio de la casa. Es bastante amplio, haciéndole justicia a un lugar como éste. Y como si fuera poco también tienen una piscina y unas mesas con sombrillas para pasar el rato. En la mesa más cercana se encuentra Elek comiendo tranquilamente.
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El misterio de los elegidos
FantasyCass no tiene una vida común, sólo creció aceptando una pequeña diferencia. El collar que esconde es su habitación no es más que un imán para las desgracias, pero ella desconoce por completo lo que conlleva. Una noche, todo se desequilibra. El dest...