Siempre mía, princesa 👑

El agua contra mis pulmones 👑

La fuerza con la que cayó sobre el agua fue insoportable y casi letal, su mente se nubló tremendamente en cuanto descendió y descendió en el agua, como si todo lo sucedido nunca hubiera pasado y Harrison nunca hubiera existido.

Era una batalla entre el agua y ella, una batalla feroz en la que solo una ganaría.

"Alissa...."

Abrió los ojos de golpe y escupió todo el aire que sus pulmones habían retenido.

"¿Agua?

Acantilado...

Harrison....."

Con toda la fuerza que sus brazos le podían dar nadó, nadó y nadó hacia la superficie.

-¡Mierda!.-observaba hacia todas las direcciones en busca de la orilla pero el agua parecía infinita.-concéntrate Alissa, concéntrate...-el pánico la estaba comiendo viva y debido a eso se le hacía imposible observar bien hacia todos lados en busca de tierra firme. Había tierra, ella estaba segura de ello pero el susto de haber caído tan alto le estaba nublando el juicio.-no puedo esperar a que el cielo se ilumine...-batallaba por quedarse en la superficie pero se estaba quedando sin fuerzas.-tierra debe estar cerca...-alzó sus ojos hacia el almacén para seguir la línea de tierra y solo entonces noto que tierra estaba más cerca de ella de lo que pensaba.

Nado, nado, nado y nado hasta agotar su fuerza enormemente pero ya estaba tocando ligeramente la dulce tierra que tanto deseo y al estar segura de que efectivamente era tierra, se arrastró sobre ella hasta acostarse, con la mirada en cielo para agradecer que aún estuviera viva después de tremendo golpe.

Estaba agotada, su cuerpo exhausto y su fuerza vital completamente agotada pero debía volver ahí por Harrison, debía hacer que la viera en una pieza, que estaba viva.

"Esa mirada asustada..."

Harrison creía que la había perdido, creía que todo fue su culpa y ahora estaba descargando su ira con Christian pero él no es un monstruo, no es igual a los Burton y de hecho no es igual ni a su propio padre, él es distinto, él es cálido y rudo a la vez, es un refugio terrenal en el que se puede descansar y sentir la seguridad de levantarse en una sola pieza, es como una dulce melodía del piano que trae paz a un corazón herido; Harrison era todo eso pero ahora estaba perdido entre el miedo, rabia y pánico, estaba ido, se sentía sólo y encerrado en la prisión en la que el monstruo que ahora había tomado su cuerpo. Ahora nada podría traerlo de vuelta.

-Espérame Harrison...-hizo un esfuerzo para levantarse pero no lo logró y solo cayó de rodillas.-debo ir hacia él, por favor...-sintió mucha desesperación por como su cuerpo llegó al agotamiento total.-por favor...-quizá fue la ayuda que envío el cielo debido a su ruego o al menos eso pensó en cuanto sintió una mano aferrarse a su brazo para ayudarla a levantarse.-¿quién es?.-la oscuridad ocultaba el rostro de su ayudante o quizás era su vista que le estaba fallando por el agotamiento pero en cuanto tocaron la calle que llevaba hacia el almacén, pudo medio ver el rostro de la persona.-Harrison...-él giró su rostro hacia ella pero no era el chico del cabello negro, era su padre.-Víctor...-él sostenía su cintura con fuerza para no hacerla caer, apesar de que él también estaba herido.-¿cómo?.-trataba de mantenerse despierta pero el agotamiento estaba nublando su vista.

-Aunque cometí errores...-no despegaba sus ojos de él.-quiero que mi hijo sea feliz y eso es estando contigo...-sus pálidos labios le indicaron a él que su calor corporal estaba muy por debajo de lo normal.-ahora eres parte de mi familia y te voy a proteger aunque me cueste la vida...-una ligera sonrisa se dibujó en sus labios al escuchar esas dulces palabras del hombre que ahora estimaba más de lo que jamás imaginó.