Mansión Gray:
Los rayos del sol entraban por la ventana de la habitación recordándole que debía despertarse, apesar de la terrible migraña que se manejaba y todo por la sobrecarga de alcohol que tuvo la noche anterior.
Su cuerpo se sentía de piedra e increíblemente adolorido, como si hubiera peleado con alguien pero no recordaba una madre de nada.
Lentamente giró para salir de la cama y solo entonces se percató que estaba en el antiguo cuarto de su hijo.
-¿Que rayos? -su voz ronca le dio una señal de que su garganta estaba realmente jodida por la cantidad de alcohol consumido.
Con mucho cuidado, se levantó de la cama y caminó hacia el baño que estaba en la habitación pero al dirigirse al baño, un crujido sonó en su pantufla y solo entonces notó los vidrios en toda la entrada de la habitación. "¿Que carajo?"Notó de inmediato que era una botella y no cualquier botella, era de su whisky.
-Toc toc...-alzó sus ojos hacia Catherine quien lo observaba con una sonrisa mientras él analizaba en el suelo los pedazos de la botella completamente destruida.-¿cómo amanece mi bello esposo?.-su voz retumbaba en su cabeza como martillo.
-¿No ves acaso el panorama completo? Estoy en el jodido cuarto de mi hijo y hay una botella quebrada frente a mi pero no recuerdo absolutamente nada ¿Qué carajo sucedió ayer?.-se levantó bruscamente para observarla mejor.
-¿Como puedo saber eso? Pediste que te dejáramos sólo ¿no recuerdas?.-su cabeza retumbaba como tambor con el solo intento de recordar algo.-solo esa estúpida de Victoria se quedó contigo.-su sangre corrió al mil por todo su cuerpo al imaginarla a ella con él en esa casa completamente solos. "¿Que mierda he hecho?" Sin más, salió para buscarla."¡Carajo!"
Abrió la cocina con brusquedad y la encontró lavando los trastes pero ni siquiera se molestó por voltear a mirarlo.
-Señor Gray..-la otra empleada lo saludó dulcemente.-¿se le..-se detuvo en cuanto vio la seña con la cabeza que Víctor le hizo para que saliera de la cocina.
En cuanto la chica salió, se acercó a Victoria para obligarla a mirarlo a como era debido, pues odiaba cuando la gente a su alrededor no le dirigía aunque sea una ligera mirada y cuando lo hacía ella, era como hierro hirviendo en su garganta.
-Victoria..-el odio en sus ojos era palpable pero eso no lo detuvo de seguir hablando.-no sé que sucedió ayer pero...-la cachetada que ella clavó en su mejilla retumbó su sonido por toda la habitación.
-Que te importa lo que yo sienta con respecto al día de ayer..-su voz estaba aún más cargada de rabia que sus ojos.-en cuanto quebraste la botella de licor en el brazo de mi hijo, moriste para mi...-dio un paso hacia atrás al escuchar que esa botella quebrada en el suelo de arriba fue pura obra suya.-¿tienes una idea de lo que es coser el brazo de tú hijo? ¿Sabes lo que se siente sacarle los vidrios uno a uno? No, no lo sabes. ¿Y sabes porque no lo sabes? Porque tú no sabes cómo ser un padre ni un esposo ni un amigo ni nada...-cortó toda distancia entre ambos para continuar.-solamente eres una rata asquerosa que se oculta tras ese imperio de porquería que creaste con pura droga.-una risa histérica brotó de su garganta.-jamás sabrás lo que es ver lastimado a tú bebé frente a tus ojos..-una lágrima descendió por su mejilla.-mi bebé fue lastimado frente a mi y no pude mover un músculo para ayudarlo porque prefiere recibir el golpe, a dejar que me toquen un pelo a mi..-el ácido se arremolina en su interior al recordar a Harrison herido.-mi pobre niño estuvo sólo mucho tiempo entre tus garras y aguantó cada golpe que tu mujer le dio pero ¿y tú? Tú estabas jugando al empresario en el imperio de mierda que tienes en esa empresa y lo pisoteabas como basura.-algo dentro de Víctor se removió.
-Victoria..-intento sujetarla pero ella se quitó con brusquedad.
-¿Dime quién te dio el derecho de tratar a mi bebé así? Es solo un niño...-no paraba de llorar mientras le decía todo lo que él no quería escuchar.-es mi niño Víctor, mi bebé...-no sabía si eso en su estómago era por las palabras que ella le decía y se estaban quedando marcadas más que todo en su corazón o si era por verla llorar de esta forma tan desconsolada.
-También es mi hijo...-los ojos de ella se clavaron en los de él.-quieras o no, es mi hijo y debo educarlo a como se debe..-ni una pizca de culpa se escuchó en sus palabras.
-¿Educarlo? ¿Tú acabas de atreverte a decir que educabas a mi hijo?..-sentía que estaba en otra dimensión, una paralela donde este monstruo frente a ella se hacía pasar por el hombre que alguna vez fue Víctor.-te lo advierto Víctor y solo lo haré esta vez...-sujeto el cuello de su camisa con mucha firmeza para que él no despegara sus ojos de ella.-tocas a mi hijo una vez más y te juro que te mato..-ahora no se enfrentaba a una mujer desolada, ahora se enfrentaba a una madre con mucho deseo de defender a su pequeño niño.-lo haré y luego iré tras tu imperio de porquería..-lo acercó un poco más a ella para hablarle al oído.-y lo destruiré pieza a pieza hasta que ya no quede nada más que escombros...-la amenaza no quedaría en el aire, no sería una promesa vacía y de eso se encargaría hasta que ya no le quedara fuerza en el cuerpo.
Sin decir una palabra más, salió de la cocina.
Pocas veces la había visto enojada pero esta vez se veía como una leona defendiendo a su cría.
Cuando Víctor salió, al momento entró la otra chica a la cocina y justo a tiempo para consolarla por tremendo arranque de valor que tomó para hacerle frente a Víctor.
-Victoria, por el amor a Dios ¿Qué sucedió? ¿Por qué cada vez que el señor Gray y tú hablan, quedas así?.-no lograba controlar el llanto para poder responder algo.
-Debo llamar a mi hijo..-fue lo único que pudo decir finalmente antes de ponerse a caminar hacia la salida de la cocina.No lograba detener las imágenes de su pequeño en su mente.
Cuando dio sus primeros pasos hacia ella, cuando dijo su primera palabra, cuando comenzó a escribir, cuando lloraba por algún golpe que se dio al correr, cuando subía al árbol para admirar el cielo, cuando descubrió su pasión por el arte, cuando la abrazaba con sus pequeños bracitos, cuando le decía lo mucho que la amaba, cuando venía emocionado hacia ella con un nuevo animalito entre sus manos, cuando no lograba dormir y pedía dormir a su lado, cuando reía, cuando sonreía, cuando lloraba, cuando era feliz; todos y cada uno de los recuerdos le impedían seguir su camino hacia su habitación donde tenía el teléfono para marcarle a su pequeño pero con impulso siguió adelante y casi que corrió para llegar a el.Rápidamente marcó el número de su hijo en cuanto estuvo en la habitación y a los dos timbres, levantaron la bocina.
-¿Harrison? -dijo entre el llanto y la emoción.
-Victoria.-era Ali y estaba susurrando.
-Ali ¿Qué sucede? ¿Por qué mi hijo no contesta? -un suspiro ahogado salió de la garganta de la joven.
-Victoria, no puedo ver a Harrison así nunca más..-lentamente se sentó en su cama para escuchar lo que tenía que decir.-no durmió en toda la noche por el miedo a que Víctor nos mate a ti o a mi..-se le hizo un nudo gigante en el estómago al imaginarlo desvelado con un terrible miedo.-si esto sigue así, terminará matándolo Victoria y eso me asusta..-su pequeño estaba rompiendo su interior por culpa de Víctor y no sabía que hacer.
-Mi pequeño está sufriendo aún más..-dijo con la voz pesada.
-Hoy es la cena con Víctor y Harrison debe ir pero ¿Cómo lo verá a la cara después de lo que le hizo? ¿Cómo verá su rostro después de quebrarle una botella en el brazo? ¿Cómo soporta verlo después de tanto dolor? -era una pregunta que Victoria se hacía desde hace mucho tiempo pero no había conseguido respuesta alguna y posiblemente nunca la conseguiría.Pero lo que ambas no sabían era que dentro de Harrison, dentro del chico que demostraba completo odio hacia su padre, había una pequeña llama de esperanza de que su padre volvería a ser una persona normal, de que él volvería a ser un hombre normal.
"Aún estas ahí.."
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Siempre mía, princesa 👑
RomansaTERCER LIBRO DE: Serás mía, princesa👑 -Cuatro.-se le corta la respiración.-te esperé cuatro años... -Jamas te pedí que lo hicieras.