Dicen que cuando se está en el borde, lo único que se logra sentir es que el cuerpo flota como globo hasta que desciende como roca y cae en picada.
Una mezcla de pesadez y ligereza forman la perfecta combinación cuando el fin se aproxima, él podía sentirlo, pero la pregunta era:
"¿Estoy listo para morir?"
La respuesta era no.
Había algo que lo mantenía cuerdo en su camino al hospital y no, no era el dolor de la herida ni tampoco el golpe que se había llevado en los arbustos al caer.
Era ella.
Su ancla lo mantenía sobre la superficie y le impedía ver la famosa luz al otro lado del túnel.
"Alissa...."
Media hora antes en la mansión:
Caminó hacia el piso de abajo sin importarle un carajo a quien había dejado de rodillas en la habitación ni a quien le había metido la filosa daga.
No le importó nada.
O eso creyó hasta que vio a esa mujer que le había quitado el sueño durante años y que aún ahora lo hacía inconscientemente, pero que ahora odiaba hasta la médula por haberle hecho la vida imposible a su hijo.
"¿No te gustaría volver a eso?"
Una risa cargada de odio salió de su garganta, risa que llamó la atención de varios empleados, incluida ella.
-¿Víctor?.-dijo acercándose a él.
-Quiero hablar contigo...-los demás empleados que se detuvieron por la risa que salió de su garganta lo tomaron como una indicación para irse de ahí.
-¿De?.-ella ni siquiera se le pasaba por la cabeza todo lo sucedido en el piso de arriba.
-Necesito hacer una pregunta y tu respuesta puede hacer cambios enormes. -ella no entendía a que se refería con eso.-¿quisieras volver conmigo?.-algo en su estómago se estrujó con furia al escucharlo decir eso después de lo que le hizo a su hijo.
-¿Lo dices en serio? Tú realmente eres algo excepcional, Víctor..-una risa histérica salió de su boca.-¿acaso no recuerdas lo que le hiciste a mi hijo? Te recuerdo que le rompiste una botella en el brazo y tuve que coser su herida aquí mismo...-lentamente se acercó lo suficiente para susurrarle. -tienes suerte que no haya llamado a la policía y te haya metido en una estúpida celda para que te pudras por el resto de tus días..-dio media vuelta para irse, pero él la tomó con firmeza por el brazo y la hizo girar para que lo mirara.
-¿Que te lo impidió?.-necesitaba escucharla decirle que era porque lo amaba y porque aún guardaba esperanzas hacia él.
-Tú hijo...-esa respuesta lo dejó helado.-me pidió que no llamara a la policía..-lentamente le soltó el brazo.
Su corazón empezó a palpitar desenfrenado contra su pecho y el sonido que emitía revoloteaba por todo su cuerpo.
"¿Realmente..."
-Mi habitación...-dijo él en un susurro apenas audible.
-¿Que?.-estaba tan confundida por lo que susurró.
-Ve a mi habitación...-una risa histérica salió de su garganta en cuanto él dijo eso.
-¡Vete al infierno!.-dio media vuelta para irse, pero él la sujetó con mucha firmeza de ambos brazos y la obligó a mirarlo.
-Ve a mi habitación. ¡AHORA!.-su cambio de humor empezó a poner su piel de gallina, pero la ignoro y simplemente comenzó a caminar hacia el piso de arriba.
ESTÁS LEYENDO
Siempre mía, princesa 👑
RomansaTERCER LIBRO DE: Serás mía, princesa👑 -Cuatro.-se le corta la respiración.-te esperé cuatro años... -Jamas te pedí que lo hicieras.