Capítulo 6 - Las pesadillas.

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Narra Adrien:

El silencio rumba camino a la panadería, y como no podemos entrar vestidos de superhéroes por la puerta principal, subimos a la azotea. Nicholas, como estaba en su forma civil, entra por la puerta principal.

- ¿Puedes estar de pie? – Le pregunto.

- Si, eso creo. – Dice, y trata de apoyarse en la baranda con su mano derecha, pero esta se debilita y la atrapo antes de que se caiga. - ¿Estas bien?

- Sí, lo siento, es solo mi brazo derecho. Traté de agarrarme de la baranda de un balcón con este brazo cuando estaba cayendo y me lo lastimé. – Su tono era serio y débil. No sabía que responder ante eso.

Abrimos la escotilla y la dejamos recostarse en su cama. Yo me siento al pie de esta y Nicholas y Luka observan parados desde el piso.

Acaricio la pierna de Marinette escondida tras las sabanas mientras observo su rostro detalle por detalle. No es buen momento para preguntarle sobre lo que vio. Necesita tiempo para procesar todo, supongo.

Me acerco más a ella para soltarle las coletas, que probablemente le resultan incómodas para dormir. Le suelto la primera sin problema, pero la segunda se enredó, por lo que me tuve que acercar todavía más para poder sacárselo sin lastimarla.

Nuestros rostros estaban muy cerca el uno del otro, y ella se incorpora para luego estampar sus labios contra los míos.

El acto me tomo por sorpresa, pero no dudo en aceptar feliz el beso y continuarlo.

Sus labios saben salados, por todas las lágrimas que de mojaron el rostro antes.

Mientras nuestros labios siguen unidos y yo con mi mano en su nuca la empujo más hacia mí, escucho a Nicholas decir – Que asco, ¿No podían esperar a que nos vayamos? – Seguido del ruido de la escotilla abriéndose, antes irse Nicholas me advierte, como si fuera el hermano mayor de Marinette – No hagan más que eso, si no, Adrien, serás asesinado.

Sonrío mientras escucho la escotilla cerrarse al igual que lo hace Marinette.

La aparto de mí para poder verla a los ojos.

-Sonreíste – Le digo. Ella no responde, solo baja tímidamente la cabeza.

Paso suavemente mis nudillos por sus enrojecidas mejillas. -Marinette... - ella me mira, esperando que termine de hablar, y, tardo, pero finalmente me atrevo a preguntar - ¿Qué es lo que ves... En tus pesadillas, o tus ataques mentales?

Ella se rasca por detrás de la oreja, dudando si decírmelo o no, pero finalmente suspira y dice – No sé cómo explicarlo. Son muy extraños. Como esos sueños que no tienen mucho sentido.

Yo tomo sus manos y cierro los ojos – Descríbelo. Trataré de imaginármelo.

Hay un silencio por unos segundos que me hizo dudar si me lo iba a decir o no, pero finalmente comienza a hablar.

-Son cosas diferentes... Pero lo que más recuerdo... - sus manos aprietan más fuertes las mías cuando comienza a describir– Estoy completamente sola, en una biblioteca. Los libros... Son todos iguales. Camino completamente sola por los vacíos pasillos y finalmente me encuentro con un chico encapuchado de negro. Está leyendo un libro, o un cómic, no lo recuerdo. Pero si recuerdo que giró a verme... Su capucha cayó en la espalda, dejando al descubierto a... Nicholas. Con el cabello más corto puedo notar que tiene varias cicatrices en el cuello. Él... Baja el cierre del buzo y deja expuesta su camiseta sin mangas. Toda desgarrada. Luego, cuando se saca por completo el buzo, puedo ver sus brazos... Llenos de cicatrices. De repente veo como saca – hace una pausa para respirar hondo - Una daga. Que estaba escondida detrás del libro. Se acerca a mí y yo lo único que consigo decir es "no lo hagas". Pero en un abrir y cerrar de ojos...Su cuchillo está cubierto de sangre, el maestro fú esta... Completamente inmóvil en el suelo... Escuchaba a Nicholas gritar "Quiero los miraculous" – noto que su voz se quebró al continuar hablando – Lo repetía. Lo repetía una y otra vez, con la daga en sus manos. Y yo lo único que me atrevía a decir era... "No". Pero él me respondía "Los quiero porque me los merezco. Tú no sufriste tanto como yo. Tu infancia fue perfecta." Doy la vuelta y me encuentro... Me encuentro a todos. Todos muertos. Tú, Luka, Antoine, mis padres y... Una señora. Luego Nicholas me dice "La muerte de todos ellos es tu culpa. Porque no permites que tenga una vida feliz. Lo único que tenías que hacer era darme los miraculous. Todo es tu culpa" "¡Te odio!" le gritaba, una y otra vez. Pero él solo caminaba tranquilamente alrededor de los cadáveres...

Ventajas de Gato - Miraculous LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora