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Ya eran las cuatro de la tarde, estabas mirando una película mientras mensajeabas con una amiga aprovechando tu tiempo libre sin el rubio.

"Bakugo..."

Al pensar en él recordaste como fue la primera mañana juntos, nada especial solo que tampoco fue normal para ti cuidar de un chico de casi tu misma edad, cuando solo hace unos días te cuidaban a ti tus padres.

-¡Bakugo, ya despierta!-

Dijiste desde la entrada de su cuarto ya que eran las seis de la mañana, luego bajaste las escaleras para darle privacidad y hacer el desayuno.

Al escucharlo bajar te apresuraste en darle los buenos días y así, que olvidará lo que había sucedido el día de ayer.

-Tu desayuno...de nada-

-No te daré las gracias, esto lo hiciste por el dinero no por mi-

Sin duda te seguían asombrando sus respuestas de vez en cuando, por lo que te quedaste mirandolo unos segundos, los necesarios para hacerlo incomodar y que pusiera su típica cara de enojo.

Tenía algo de razón.

-¿Aún sigues molesto?-

-No me hables-

-Es un poco difícil entenderte Bakugo, nunca había conocido a alguien que me pareciera tan grosero en tan poco tiempo-

-¡¡Cállate!! ¡déjame comer tranquilo, fea!-

"Ese será mi apodo desde ahora ¿no?"

Levantaste los hombros cuando te miro y luego caminaste hasta el sofá, para ver las noticias como hacías las mayoría de las mañanas con tus padres.

Te sentiste un poco sola sin ellos pero supusiste que era parte de emprender vuelo, o algo así le llamaban cuando dejabas la casa donde te criaste.

Pasaron unos minutos en los cuales Katsuki se bañó, cepillo los dientes y se puso el uniforme.

-¡Ya vamos!-

-Valla te queda bien, pero algo me dice que no sabes arreglarte-

-¡¡No importa!!-

-Claro, si ese es tu estilo no hay nada que hacer-

Sonreiste al pensar que tu también eras así cuando ibas a la academia, incluso muchas veces te llamaron la atención por andar un poco desordenada. Saliste solo hace unos meses pero se escuchaba muy lejos en tu cabeza.

Tomaste las llaves del auto y subiste a el junto con Bakugo.

En el camino solo iba pegado a la ventana sin que saliera ninguna palabra de su boca, lo cual no te gustaba así que comenzaste hablar.

-¿Estas nervioso?

-¿Eh?...tks, no-

-Recuerdo que mi primer día de clases lo estaba, me sentía muy extraña por que no conocía a nadie pero no se me dificultó hacer amigos-

-¿No puedes tener la boca cerrada?-

-La verdad no, es aburrido si no hablo-

Te ganaste una mirada asesina del rubio ceniza por que el definitivamente solo quería que te callaras, tu voz no le permitía pensar en absoluto.

Al llegar al cabo de unos minutos, el gran edificio terminó gustandote mucho y mientras lo contemplabas, Katsuki se bajó del auto.

-¡Buena suerte!...o-oye, necesito tu número por si...a caso...-

•ℭ𝔞𝔯𝔢 𝔣𝔬𝔯 𝔪𝔢•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora