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El rubio ceniza llego un poco mas tarde de lo normal a su casa, pero a tiempo para poder cambiarse de ropa y prepararse mentalmente, mientras abrochaba los botones de su camisa blanca y de paso miraba en el espejo su cabello, agradecia que te hayas estado bañando cuando entro ya que verte, habria aumentado sus nervios en demacia. 

Cuando estuvo listo se miro por ultima vez y coloco la cadena de oro en su cuello, pero le molesto que no se distingiera asi que quito el primer boton de la prenda a pesar de que se viera desordenado, luego suspiro y neutralizo su rostro sabiendo que ya era hora de salir.

Al abrir la puerta de su habitacion camino por el pasillo hasta la tuya que estaba cerrada, para dar dos golpesitos y preguntar si ya vendrias con él entre que acercaba su oido a la madera, a lo que respondiste que saldrias de inmediato pero la verdad era que aun no lograbas calmar tu inquetud y paranoia, por que habias estado pensando todo el dia en que algo podria salir mal, o que no debias decir por nada del mundo. 

Te pelliscaste el brazo y decidiste salir al formar una sonrisa confianzuda en tus labios, sin embargo, el rubio ceniza que tanto esperabas ya habia corrido al primer piso y la desesperacion que bastante te habia costado dejar de lado, regreso.  

-Oe te dije que seas puntual-

Bajaste las escaleras procurando pisar bien con los tacones y al llegar al lado de Katsuki, notaste que este te quedo mirando de arriba hacia abajo, analizando cada parte de tu cuerpo, como tus hombros descubiertos, los costados de tu abdomen marcados en el vestido negro, que convinaba perfectamente con tu piel lisa y brillante; y aprovechaste esa vacilacion para observarlo a el.

No podia verse mejor con aquel traje oscuro, que conseguia hacer resaltar el rojo deleintante de sus ojos, y sus cejas alzadas que demostraban su asombro, todo el era hermoso en aquel encuentro. 

-¿Asi me trataras en nuestra primera cita?-

Bakugo abrio bien sus parpados al reaccionar, y mordio su labio inferior mientras movia ligeramente su cabeza en negacion, e insistia en mostrar su ceño fruncido sin exito alguno.

-T-te ves bien-

-Lo se-

Sonreiste y golpeaste suavemente tu brazo con su codo, para que supiera que no debia ponerse timido, simplemente eras tu y eso debia estar bien, lo cual fue hipocrita por que hace unos minutos estuviste en peor estado. 

-Tu igual te ves bien-

-Siempre me veo bien, fea-

-¿Eso quiere decir que yo no?-

Bromeaste al tomar las llaves del auto y de la casa, para meterlas en tu cartera y salir junto al rubio, quien ya no podia recordar ninguno de los consejos que le menciono su amigo pelirrojo despues de clases, y al interrumpirlos el dia anterior.

Avanzaron por la oscuridad de la noche hasta el auto, y ya cuando habian subido en el esperaste a que Bakugo te dijiera a donde ir, y como no reaccionaba pusiste tu mano a centimetros de su cara.

-A-ah, al restaurant del centro-

-Hay muchos ahí

-Yo te digo donde parar fea-

Pusiste andar el auto sin alegar ni saber de que podian hablar, pero se te ocurrio algo cuando descaradamente el rubio puso su brazo sobre el soporte delantero, para mirarte otra vez.

-Debo verme muy bien-

-No te imaginas cuanto-

Un sonrojo aparecio en tus mejillas luego de escuchar esa respuesta, que no esperabas para nada ya que la intención era hacerlo molestar, y no pudiste decir mas al verlo apuntar hacia una esquina de la calle, donde se encontraba un estacionamiento y al lado, un gran edificio que seguro ocupaba casi toda la cuadra y solo tenia unos tres pisos. 

•ℭ𝔞𝔯𝔢 𝔣𝔬𝔯 𝔪𝔢•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora