²⁵

5.9K 549 420
                                    

"¡Katsuki!"

El nombrado hizo una flexión con sus brazos sobre la cama, separando tus labios de los suyos, al instante en que la voz de la mujer sonó desde el primer piso de la casa, seguida por un "¿puedes venir?" así que suspiró al tranquilizarse y salió de tu dormitorio, sin saber que su madre era más inteligente de lo que creía.

Te quedaste en la misma posición durante unos minutos, acostada, con una mano cubriendo tu cabeza debido al susto que habías tenido.

"Debo controlarme"

Buscaste tu celular para hacer como si nada hubiera pasado y revisar tus redes sociales, donde posteriormente un mensaje apareció por la parte superior de la pantalla.

No reconocias ese número, pero si la forma de escribir.

"hola linda, adivinaras quién soy"

Habriste el chat para que notara que si lo habías leído pero que no pensabas en responder, y luego, lo dejaste a un lado para ponerte tu pijama, acostarte y dormir.

Dos días después el molesto pelirrojo seguía escribiendote; ya era lunes por la mañana y como la señora Mitsuki se había marchado para la otra ciudad la noche anterior, él rubio ceniza se apresuró en ponerse su uniforme y bajar las escaleras, para encontrar la misma imagen de siempre.

Tú, en la cocina, preparando dos tazas de café mientras escuchabas música con tus audífonos, serena, tan pasiva que lo hacías querer sonreír, abrazarte y sobre todo, quedarse.

-¿Ya estas listo?-

-Casi-

Besó tu mejilla avergonzado por comportarse así, pero olvidandolo al sentir una caricia en su barbilla y continuar haciendo unas tostadas para ambos, como no lo habría hecho jamás si no te conociera.

-Oye Kacchan-

-¡No me digas así! prefiero el estupido "Katsu"-

-Bien entonces... Katsu, me aburrire sin ti-

-Tks, no me hagas responder que yo también-

-Esta bien-

Ibas a tomar tu desayuno para llevarlo a la mesa y comer ahí, sin embargo, él sujeto tu cintura para que le prestaras atención.

-... te voy a extrañar idiota-

Observaste como rodaba los ojos y volteaba para caminar hasta el baño, tomando su nuca irritado por lo que admitió y luego de varios minutos, de dirigieron a la academia.

Y se fue, por una semana.

Aprovecharias ese tiempo para ti misma, habías considerado un cambio de look pero en definitiva, lo primero sería arreglar aquel problema que te atormentaba.

Por primera vez, enviaste un mensaje tú siendo directa y pidiendo que él lo sea igualmente, e insistió en que se juntaran para hablar, lo que aceptaste insegura.

-¿Por que en este lugar?-

Preguntaste media hora previo a que lo vieras llegar al callejón entre una cafetería y un negocio común, con sus manos metidas en los bolsillos de la chaqueta de cuero negro, y la sonrisa.

-Me ofende que no recuerdes el lugar de nuestro primer beso-

-Lo recuerdo, lamentable-

Por tu mente recorrieron las imágenes de aquella tarde en la que el pelirrojo te besó sin tu consentimiento, y que después de que lo empujaras, le contara a todo el mundo lo que supuestamente habías intentado hacer, y eso, no fue todo.

•ℭ𝔞𝔯𝔢 𝔣𝔬𝔯 𝔪𝔢•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora