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No podía dormir en aquel lugar, tampoco por los pensamientos incesantes que rondaban en su mente, desde que el profesor le admitió que no había mejorado la resistencia con su poder; era demasiado irritante que Izuku si lo haya hecho mientras él se distraía con todo eso del amor.

Pero ¿estaba mal enamorarse?

Cálculo que si le ocupaba algo de tiempo al preferir estar a tu lado que entrenar, o cuando te ponías como una niña pidiendo ver películas o cocinar juntos y lo hacía, perdiendo el espacio para estudiar, sin embargo, le gustaba también así qué ¿por qué sentía que debería elegir entre ser el número uno y estar contigo?

No lo sabía, no sabia que era lo correcto y por lo tanto, sólo tenía que concentrarse en el campamento, lo que conlleva descansar como lo hizo en un rato.

La misma incertidumbre por no tener una idea de que hacer la tuviste tú, en la cuarta mañana de la semana cuando recibiste la llamada de la mujer, madre del rubio.

-No eso no puede ser Mitsuki-

-Si, es difícil de creer...-

-Y-y ahora ¿qué hacemos?-

-La academia dijo que esperar, que ellos se encargarían y es lo que haremos, Katsuki es fuerte así que no le pasará nada-

Por el tono de voz de la rubia a través del parlante, te pareció que intentaba convencerse a sí misma y claro, estaba mucho más asustada que nadie e igual segura de la capacidad de su hijo.

Tu no entendías como fue que ocurrió aquello, por que el Katsuki que conocías jamás se hubiera dejado secuestrar sin pelear antes, y si había perdido, seguramente intentaría algo contra los villanos estando en su territorio.

Por un momento deseaste que por favor no fuera tan estupido como para eso, y ya después no pudiste desear nada más al estar en frente de la mirada del pelirrojo, que hace unas horas insistió en otra conversación.

-Ya tengo de lo que ocuparme así que me voy, dejamos esto para otro día-

-Esta muy mal de tu parte dejarme aquí si ya habíamos hecho planes-

-Acepte por que no tenía nada más que hacer, ahora vete al infierno-

Comenzaste a caminar hasta el auto recordando que la rubia regresaría a la casa en unas horas, y en instantes sacaste el celular al escuchar el sonido de un mensaje, sin dejar de ser seguida por el molesto chico.

"Tn... debes estar muy asustada, realmente yo igual y am..."
"Si quieres hablar podemos juntarnos fuera del hospital"
"Se que no es el mejor lugar pero algunos compañeros terminaron aquí y bueno... no me gustaría dejarlos solos".

Sin duda Uraraka era de ayuda.

-Esta bien, puedes ir por tu novio-

Preferiste ignorar las palabras del pelirrojo, dejándolo atrás pero notando que sabía lo de Bakugo y ¿como? él no había escuchado la llamada con la mujer, ni tampoco había visto el mensaje de la castaña, ni aún salía en las noticias así que...

-¿Como lo sabes?-

Te detuviste unos metros más haya volteando para ver como levantaba los hombros, con su sonrisa arrogante y confiada a punto de irse sin explicarte nada, pero lo dejaste, ahora debías ir con Uraraka, no perder el tiempo con ese idiota, por lo que te subiste al carro y conduciste en dirección al hospital.

Allí te esperaba ella junto a Kirishima quien cabizbajo te saludó, sin ánimos y sin su linda sonrisa de siempre.

-¿Y entonces?-

•ℭ𝔞𝔯𝔢 𝔣𝔬𝔯 𝔪𝔢•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora