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Llevabas unos minutos dentro del auto de Keigo, que se había detenido en el estacionamiento más cercano para no conducir sin motivo alguno y así, charlar.

-Entonces, ¿me dices que vas a buscar un departamento para no tener que regresar a tu casa y que tu padre no te envíe a otra ciudad?-

-Hawks, olvidas que no puede enterarse de nada-

-¿Y si solo hablas con él? te estás complicando tú sola-

Cruzaste los brazos al pensarlo por que habían ocasiones en las cuales tu padre podría ser muy comprensible, siempre y cuando tuvieras todo resuelto antes, pero no era así en esta situación, lo que le explicaste al mayor.

-Esta bien, aunque gastarás tus ahorros en ¿cuánto? si, dos meses aproximó-

-Eso dependerá de lo que me cobren en el apartamento-

-Un pulmón, seguro-

-No me estás ayudando-

Inflaste una de tus mejillas y suspiraste cansada del día tan largo que estabas teniendo.

Primero el rubio ceniza que no te quitabas de la cabeza hace bastante rato, se mantuvo algo molesto toda la mañana, luego Touya Todoroki queriendo hacerte la vida más imposible y como si fuera poco, la madre del chico que te pidió ser su novia, te despidió de tu primer y único empleó.

Solo eran las seis de la tarde, ¿que más podía pasar?

-Bueno, bueno, no te enfades. ¿Por qué no te vienes a vivir conmigo?-

Bueno, eso.

-¿Como?-

-Ya oíste, en mi departamento no tendrías que pagar nada y además, somos amigos, estamos para ayudarnos-

Mostraste inseguridad sobre la propuesta al meditarla por que ¿eso estaría bien? no, en absoluto.

-No viviré a costas tuyas-

-Sabia que dirías eso así que ¿qué te parece dividirnos la cuenta?-

Ya comenzaba a ser una buena oferta, es decir, no ocuparías completamente el dinero de los ahorros, pero por respeto al rubio, no estaría bien vivir con un chico que más encima no le agrada, eso era un problema.

-Y bien ¿qué dices?-

-No lo sé-

-No pienso quedarme todo el día aquí, así que deberías apurarte en decidirlo mientras yo voy por unas gaseosas-

Bajó del coche con su típica actitud despreocupada y jovial que le gustaba mostrar, siendo así desde que lo conociste por lo que no le prestaste atención, y te quedaste viendo como se peleaba con la máquina de en frente.

Por otro lado, en la casa de los Bakugo el mismo rubio aún se hayaba recostado en su cama con los auriculares puestos en sus orejas, intentando apartar ese orgullo que no le servía en definitiva, y retiró la almohada de su cara para ir donde ti.

"Ahg... soy un idiota"

Pensó en el momento que se levantó y camino hasta cuarto de al lado, donde no encontró ninguna pista de tu presencia, o cualquier cosa que te perteneciera.

A excepción de la pulsera.

Fue lo único que halló ahí, colgando del estante en el que solías ponerla al domir, por lo que bajó con ella al comedor para dartela y ocultandola en su bolsillo, logrando que su madre no la notará.

-¿Donde está?-

-¿Como que donde está? ya se fue por que no quisiste abrirle la puerta inútil-

•ℭ𝔞𝔯𝔢 𝔣𝔬𝔯 𝔪𝔢•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora