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Eran las cuatro de la mañana aproximadamente y no podías pegar ojo, por lo que decidiste ir a buscar un vaso de leche a la cocina.

Notaste que la puerta de la habitación de Bakugo estaba abierta y por si acaso, miraste al interior.

"¿Donde esta?"

-¿Que haces?-

-...q-que susto-

Soltaste luego de casi pegar un brinco al escuchar la voz del rubio, te diste la vuelta hacia él y tuviste que hacer mucho esfuerzo para solo mirar su rostro, y no su torso que estaba totalmente descubierto.

-Iba a buscar algo para tomar-

-¿En mi habitación? ¡ya dime la verdad fea! ¿¡me querías espiar!?-

No aguantaste la risa por el extraño comentario de Katsuki, y preferiste esquivarlo para bajar las escaleras.

Él te siguió por que al igual que tú, no tenía nada de sueño y quería una explicación.

-¡No huyas bastarda!-

-¿Bastarda? ¿qué otros insultos tengo que...recibir?-

Te estuviste en frente de la mesa del comedor, ya que una de las manos del rubio había sujetado tu muñeca para que lo miraras.

-Por si aún no te queda claro soy tu niñera, debo preocuparme de ti y la puerta de tu habitación estaba abierta así que creí que debía mirar-

-¡No debes preocuparte por mi!-

-Si debo-

-¡¡Que no!! ¡¡puedo cuidarme solo!!-

-Mitsuki no piensa lo mismo-

Miraste hacia otro lado e intentaste apartarlo pero el se negaba a soltarte y eso te estaba incomodando.

-¡¡No he terminado contigo perra!!-

-Pero yo si-

Aprovechaste el momento de enojo de Katsuki para quitarlo de tu camino y avanzar a la cocina, sin que te importara como reaccionaría.

Abriste el refrigerador para ver si había leche pero antes de poder hacerlo, un golpe lo cerró completamente.

-Bakugo ya ve a dormir-

-¡¡No me trates como un maldito niño pequeño!!-

En esos segundos él rubio había logrado llegar a un límite y lo notaste, un poco antes de que con fuerza te empujara a la pared, asegurándose de que no te golpearas muy fuerte.

Como respuesta cerraste tus ojos y alsaste uno de tus brazos hasta tu cara, él utilizo eso para ponerse cerca de ti.

-No soy un niño-

"Claro que no idiota"

No dijiste nada ya que era verdad, tenía casi la misma edad que tú pero hasta el momento evitabas pensarlo, no querías verlo de otra forma por muchas razones.

El se movió más calmado y notó que tu ojos se encontraban perdidos, había logrado algo pero no sabía que; realmente le molestaba que lo trataras de esa forma.

-Bakugo...si no quieres que te trate como un niño, no te comportes como uno-

Él lo sintió como un reto.

Un reto que no supo responder ya que saliste de la cocina sin siquiera haber logrado buscar lo que querías, y como ya estabas lo suficientemente lejos, quisiste agrandar el asunto-

-¡Ah y...buenas noches nene-

Esperaste unos segundos para que asimilará lo que habías dicho, hasta que cuando por fin lo hizo quito su cara neutra y tu saliste corriendo a tu habitación.

•ℭ𝔞𝔯𝔢 𝔣𝔬𝔯 𝔪𝔢•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora