Holap, bueno chicas este capitulo es bastante especial por que habrá cuchicuchi [Escenas sexuales].
Lo hice algo suave por que es la primera vez de lo nenes y ellos no tienen experiencia, entonces por más que quieran no sería lógico que Bakugo actúe como un tremendo semental sin haberlo hecho antes.
Ah! Y espero que sean mayores de 15 años, si no será su responsabilidad leerlo.
Ya ahora si, ojalás que les guste 💗.
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Dos muchachos los vieron salir del restaurant, tomados de las manos y dejando uno que otro pico sobre sus labios como una verdadera pareja de enamorados.
Así caminaron hasta llegar al auto al cuál se subieron y continuaron con un beso más demostrativo, que se fue volviendo sensual en minutos.
De pronto Bakugo se llenó de valentía para morder tu labio inferior, sintiendo como se estremecía al escuchar aquel jadeo, que sonó más fuerte debido al silencio que allí había.
-Tn...
No le permitiste hablar luego de que le robaras otro beso, uno que quizás quería que fuera robado, y por ello te tomó por la parte de atrás del cuello al acercarte a él, y dar salida a su lengua para recorrer tu boca, que en poco tiempo ya estaba jugueteando con la suya, mientras contenía el impulso de posicionarte sobre sus piernas, pero de repente, todo tipo de pensamiento erótico se esfumó cuándo tu celular comenzó a vibrar sin parar.
Y contestaste.
-Hola, oye yo... te llamaba por que quería saber si mañana tienes tiempo para salir, es importante-
-Esta bien, si. Tu me avisas la hora, adiós-
Suspiraste al sentarte correctamente en el asiento del conductor, mirando hacía el frente donde se encontraban las calles iluminadas por los focos de luces detrás del cristal, y luego al rubio, que no dejó de observarte en ningún segundo.
No le tomaste importancia y sacaste las llaves de tu cartera para encender el auto, ahí fue donde Bakugo espero hasta estar cerca de casa para decirte lo que quería desde hace días.
-Oe...-
-¿Q-que pasa?-
-Tu me... me calientas y ya no, no quiero seguir ocultandolo-
Frenaste luego de sorprenderte pero lo pensaste, y tú también te sentías así a pesar de que no saber si era correcto.
Lo seguiste hasta casa donde sus temblorosas manos tardaron en abrir la puerta, que después de que entrarás fue cerrada de golpe y solo bastó una mirada para que volviera acercarse a ti, reclamando tus labios con un beso mas suave que los anteriores, y que te provocaba aquellas cosquillas inevitables en el estómago.
La noche era fria y el ambiente adentro del hogar era cálido, las luces apagadas y el brillo que entraba por las ventanas, además del silencio y el hecho de que nadie los estuviera viendo, lo hacia todo mas tentador; así que posaste tus manos en sus hombros al separarse unos centimetros, conectando sus ojos entrecerrados por la agitación y sintiendo sus respiraciones sobre sus narices, intentaron dejar la verguenza de lado para poder hablar del asunto.
