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"Oe tengo hambre ¿por qué no llegas?" 9:30 p.m.

Ese es el último mensaje que el rubio ceniza te envió por redes sociales, a las seis de la tarde habia enviado el primero con la excusa de estar molesto por que te hayas ido del evento.

Aun así, seguias sin dar señales de vida y eso le estaba preocupando, no podía dejar de pensar en ti incluso cuando ya había terminado de cenar.

Decidió prender el televisor para ignorar ese fastidioso sentimiento, y además, ver las noticias, donde mostraron que en la misma cuidad unos villanos estaban atacando a los civiles.

"Esto solo empeora las cosas".

Se dispuso a marcarte a pesar de que no quería hacerlo en un principio, por que podría parecer exagerado de su parte pero ya no tenía opción, no quería esperar más.

-¡Oe Tn...

El débil sonido de la puerta principal lo interrumpió, supo en un instante que ya habías regresado y se sintió tan aliviado, que no dudo en colgar la llamada para caminar hasta ese pasillo.

Experimento una extraña sensación que recorrió todo su cuerpo al verte así, con la ropa desgarrada, la sangre que salía de tu boca y cubría tus manos, además el polvo en tu rostro.

Fue un golpe duro para él.

-¿Q-que...paso?-

Se acercó alterado hasta ti buscando algún indicio que le permitiera saber si en realidad te encontrabas bien, por suerte solo tenías una herida en el brazo izquierdo, pero entonces ¿a quién pertenecia la demás sangre?

De repente todas las imágenes de lo que viviste pasaron por tu cabeza, logrando que se te apretara el pecho y tu respiración se entrecortara.

-Katsuki...-

Tu voz también estaba frágil y como si ya no bastara, las lagrimas que habías guardado ese rato comenzaron a caer por tus mejillas.

Tus piernas temblaron y ahí Bakugo notó que tu cuerpo simplemente no podía más, estabas por desplomarte en el suelo de madera, así que se apresuró en sujetarte con sus brazos, e hizo que te sentaras.

Se arrodilló para poder verte y deducir que te ocurrió, aún que fue imposible.

-Oe dime que paso...¡vamos!-

La dolorosa sensación no te permitía pronunciar ni una palabra, solo querías que nada de lo que viste fuese real y por ello, de forma maquinal tu cabeza se movió de un lado a otro, negando la situación.

De pronto tus manos tomaron la playera del rubio y tu rostro se escondió en su pecho, pidiendo a duras penas más cercanía y éste, que aún se encontraba perplejo por tu comportamiento, comprendió.

Necesitabas apoyo, y él estaba ahí.

Por lo que con sus manos tocó con cuidado tu espalda y cabeza para formar un abrazo, del cual por instantes pensó que si no estuvieras así de lastimada, aquello se hubiera sentido increíblemente bien. Solo que no era el caso.

-Oe...ya basta, dime-

Intento apartarte para mirar tus ojos, que encontró cerrados por el reciente desmayo que habías tenido, así que lo más inteligente que se le vino en mente, fue tomarte en sus brazos para llevarte al sofá.

También quiso limpiar la sangre de tu cuerpo con un trapo húmedo, lo cual fue más o menos difícil por que era demasiada.

Los minutos pasaban y ya no sabía que hacer para que despertarás por que al parecer, esperar no servía mucho para las personas impacientes, por lo que tubo que ir a buscar un vaso con agua para tirarla en tu cara, logrando que abrieras los ojos de inmediato.

•ℭ𝔞𝔯𝔢 𝔣𝔬𝔯 𝔪𝔢•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora