LOVER OF MINE | Luke Hemmings

xxii

—¿Qué tal les suena lo siguiente? —llamó Michael la atención de todos, estábamos desparramados en el patio trasero de Luke, sentados en diversos sofás, yo por mi parte estaba sentada encima de Luke en un sillón de una sola persona, yo leyendo una revista y el revisando su teléfono.

—Última noche de nuestras españolas...

—Venezolana y española —corregí.

Michael rodó los ojos —Eso... en fin, la última noche que estarán en nuestra tierra, tendremos un concierto especial, me lo acaban de confirmar.

—Okaaay... ¿entonces?

—Estás lenta Bea —agregó el chico —Tienen que vernos tocar en vivo, les encantará.

—¡Si! —dije emocionada removiéndome encima en Luke.

—Abi cuidado —se quejó el rubio.

—Cerramos con broche de oro las vacaciones —sonrió Bea.

—Y pues obvio ustedes también están invitadas —dijo Calum viendo a las hermanas.

—No hablemos aún de eso, faltan todavía unos cuantos días —hizo un puchero Ashton mientras abrazaba a mi mejor amiga.

Luke empezó a repartir besos por mis hombros y cuello, solté una risita por las cosquillas.

—¿Necesitan un cuarto? ¿Quieren que nos vayamos? —se burló Crystal.

—Shhh Crys —dijo Luke.

—Nosotros nos vamos —comunicó Calum mientras se paraba seguido de Marie.

—¡Usen protección! —gritó Bea carcajeándose y todos la seguimos.

—Chao idiotas —se despidió Marie.

—Esa es mi señal para irme —dijo Zara parándose.

—Puedes quedarte si quieres —le dijo Luke encogiéndose de hombres, volteé como si del exorcista se tratara y lo vi confundida ¿perdón?

—Tranquilo igual muchas gracias igual —se despidió y se fue.

—Alguien no va a tener regalo hoy en la noche —se rió Ashton, Luke lo volteó a ver sin entender mucho.

—¿Qué? ¿Qué hice? —volteó a verme ahora a mi.

—Nada Luke —me reí, no existía persona más despistada de que él.

—Usaré tu piscina, esta vez legalmente —dijo Michael.

—¡Uy yo también! —dije parándome rápidamente.

—¿A quién le pidieron permiso? —enarcó una ceja Luke.

Me incliné y le di un sonoro beso en los labios.

—Okay me vale —sonrió.

Todos teníamos trajes de baños así que sin pensarlo mucho nos lanzamos a la piscina del pequeño Luke.

—Está calentita —dijo Bea.

—Cosas de gente bien —me carcajeé —La piscina en mi casa de Caracas siempre está helada.

—Shh —me mandó a callar Luke, puso ambas manos sobre mi cabeza y empezó a hundirme.

—Como la mates ya vas a ver —advirtió Ashton.

—¡Cuídate Luke! Acabas de firmar tu sentencia de muerte —dije en la superficie.

—Mira como tiemblo.

Me monté en su espalda y lo abracé como
si fuese un koala —Te voy a usar de flotador.

(...)

—Como me mojen los sofás los mato —dijo el rubio una vez que nos habíamos salido de la piscina.

—Pareces una vieja —me burlé.

El rubio me tomó como un saco de papas —¿Una vieja puede hacer esto?

—Bajameeee —pataleé.

—Déjame pensarlo... nop.

Caminó al rededor de la casa y al llegar a la sala me bajó y me enrolló una toalla como si fuera una bebé.

—Gracias —sonreí como niña pequeña.

—No te vayas —me estrujó en sus brazos.

—Ay cosita —me acurruqué en sus brazos —Faltan todavía unos cuantos días.

—No son suficientes.

—Te quiero mucho —dije después de un rato.

Se separó abruptamente y me vio fijamente, ¿había dicho eso en alto?, él sonrió y puso sus manos en mis cachetes —Yo te quiero aún más, cachetona.

Me sonrojé, el se rió y se acercó para sumergirnos en un beso, con Luke el tiempo se me pasaba volando, y aunque me gustaba también me daba impotencia, ¿por qué tenía que volver a casa? Primera vez en mi vida que no quería volver.

Decidimos ver una película o alguna serie pues ya no teníamos más nada que hacer, eran apenas las 8 de la noche y honestamente nadie quería volver a casa, bueno yo no tenía que volver a ningún lado porque prácticamente me quedaría en casa de Luke y Bea se iría a casa de Ashton, ¿para que pagamos un mes más de apartamento? Ya ni pasábamos por ahí.

Me senté al lado de Luke, tenía un suéter de él puesto y mi traje de baño debajo, aún así estaba midiéndome de frío así que me acurruqué más a su lado, el aceptó encantado y me envolvió en sus brazos.

¿Qué iba a hacer sin este chico en Madrid conmigo?