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Nos bajamos como pudimos del uber entre besos y tropezones, estábamos bastante ebrios. Después de que Luke me dijera que ya había terminado de escribir la canción y que quería enseñármela le explicamos a los chicos que nos iríamos a casa del rubio pues estábamos muy cansados, la  verdad es que ninguno de los chicos nos prestó atención, la única que entendió más o menos lo que estaba pasando y me susurró un "sin gorrito no hay fiesta" en el oido fue Bea, y tampoco es que me prestó mucha atención.

—Espero que la canción valga la pena Lucrecio, la fiesta estaba buena.

—Oh créeme Fontaine, va a valer bastante la pena —me guiñó un ojo.

Abrió la puerta como pudo y entramos a la casa, me quité los tacones y los dejé tirados en la entrada, no me juzguen, estoy ebria.

—Vamos— me toma de la mano y me jala hasta el salón, me senté en el sofá y me arropé un poco con una cobija que estaba sobre este.

—Para ser verano hace bastante frío en la noche —bufé.

—Lo siento, me gusta dejar el aire acondicionado de la casa encendido y bastante frío, soy un pingüino —los dos nos carcajeamos por la referencia, ¿cómo podía ser tan tierno?

Tomó la misma guitarra del otro día y comenzó a tocar acordes. La canción era un espectáculo, el solo pensar que la persona que lo inspiró a escribirla fui yo, me hace ponerme los pelos de punta, igual no me quería hacer ilusiones, en ningún momento admitió abiertamente que la había escrito pensando en mi ni mucho menos.

—No puedo explicarte lo mucho me gusta la canción —le dije honestamente, hasta el efecto del alcohol se me había pasado levemente —Es hermosa.

—Pues deberías entonces darte las gracias, terminé la canción en menos de un día, luego de que te fuiste ese día, las ideas simplemente no dejaban de llegar a mi mente.

Me puse notoriamente roja, ¿ahora si lo estaba admitiendo no? Dios, este chico me va a matar un día. Bueno, la pregunta en este momento era la siguiente, ¿y ahora qué? Nos habíamos ido de la fiesta para que me mostrara la canción, ya lo hizo y ahora estamos en un incómodo silencio, aunque realmente no sabía si el ambiente se encontraba incómodo o había una tensión sexual que podía con los dos.

—¿Qué quieres hacer ahora? —pregunté rompiendo el hielo.

—¿Honestamente? —asentí sin entender a qué venía esa pregunta.

Dejó la guitarra a un lado y sin pensarlo mucho se sentó a mi lado, se inclinó rápidamente y estampó nuestros labios por quinta o sexta vez en la noche, créanme que no me quejaba para nada.

—Veo que nos leemos la mente —dije riéndome entre besos, él también encontró gracioso el comentario.

Me senté encima de él con una pierna a cada lado de su cuerpo sin romper mucho el beso. Sus manos estaban recorriendo todo mi cuerpo con delicadeza, desde las piernas, trasero, cintura. Como si no se creyera lo que está pasando y quisiera asegurarse de que era real.

—No tenemos por qué hacer esto si no estás segura, se que estás borracha, yo también lo estoy —dijo separándose y viéndome fijamente con preocupación.

Sonreí y me mordí el labio de abajo —¿Quién dijo que no lo estaba?

Al rubio se le iluminó la mirada como si todo lo que quería escuchar en el momento había salido de mis labios, los cuales ahora se encontraban nuevamente pegados a los suyos. Sin ningún tipo de esfuerzo me levantó del sofá y entre besos llegamos hasta su habitación. Al entrar no pude evitar separarme y observar al rededor, ya había estado antes aquí, una sola vez para ser exacta y no la detallé mucho, además de que fue en un contexto totalmente diferente.

—¿Han ganado todos esos reconocimientos? —pregunté sorprendida viendo los discos y placas y que se encontraban colgadas en la pared junto a la cama.

—Si —sonrió —Te lo dije, vives bajo una piedra, no sé cómo no habías escuchado de nosotros antes.

—¡Lo siento señor pretencioso! —le respondí riéndome, me acerqué peligrosamente a él y enrollé mis brazos sobre su cuello —No quiero que las cosas cambien después de esto —dije sincera.

Él solo me miró y esbozó una sonrisa —Oh Abi te prometo que solo van a cambiar a mejor.

Nos dirigimos a la cama lentamente entre besos, no mentía si les digo que estaba emocionada y hasta nerviosa, a pesar de haber hecho esto antes y no considerarme "mala" por así decirlo, Luke me imponía de una manera que nadie lo había hecho antes, y no se si son cosas mías pero siento que él estaba igual que yo. Se encontraba encima de mi repartiendo besos por mi cuello mientras yo solo podía pensar en lo feliz que estaba en el momento.

Como pudo fue deshaciéndose mi camisa y pantalones, ¿no podía escoger una ropa más incómoda hoy? Quedé únicamente en ropa interior abajo y sin nada arriba, Luke se quedó admirándome con una sonrisa mientras yo solo me sonrojaba, esa fue mi señal para cambiar los papeles totalmente y empezar a quitarle las prendas a él. No teníamos prisa en hacer lo que estábamos haciendo, disfrutábamos de la compañía de los dos y creo que ninguno quería que se acabara el momento. El rubio sacó de su mesita de noche un pequeño paquete, borrachos pero buenos muchachos, díganle que no a las ETS.

Al principio todo fue lento e incluso hasta mágico, sin embargo, poco a poco fue aumentando el deseo y la desesperación de los dos y terminó por ser una batalla en quien aguantaba más sin acabarlo todo. No fue hasta pocos segundos antes de que los dos quedáramos agotados por toda la acción que estábamos realizando que yo pude llegar a mi "lugar feliz" y él también.

Luke se apartó de mi intentando recuperar la respiración, mientras yo me quedé boca arriba mirando el techo con una sonrisa que dudo mucho se vaya a ir rápido de mi cara.

—¿Te he dicho alguna vez que me pareces perfecta? —preguntó sin voltear a verme.

—No... pero no me molestaría que lo hicieras regularmente —ambos nos reímos.

La tensión sexual entre los dos estaba presente desde hace días y todos, hasta el más despistado, podía notarla. Creo que era evidente que esto pasaría en algún punto de mis vacaciones, sin embargo, esa pequeña palabra retumbó en mi mente, vacaciones, lo que acababa de pasar hoy fue increíble y no estaba cerrada a la idea de que ocurriera más veces en los próximos dos meses, de lo único que estaba segura es que de "esto", por esto me refiero a seguir siendo amigos y tener sexo, no iba a pasar a ser algo más.

LOVER OF MINE | Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora