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—Gracias por pasarme buscando, en serio no tenías que hacerlo —le agradecí a Daniel sentándome en el asiento de copiloto y abrochando el cinturón.

—No es nada tonta —sonrió —En cuanto escribiste por el grupo diciendo que llegarías algo tarde porque tú carro no prendía lo mínimo que podía hacer era pasarte buscando.

—No se que tiene, es la tercera vez en el mes que le pasa, ¡está prácticamente nuevo!

—Si quieres cuando terminemos en el hospital y te traiga a casa puedo echarle un ojo, mi papá me enseñó algunas cosas de mecánica.

—¿En serio podrías hacer eso? —asintió con los ojos puestos en el camino —¡Muchas gracias! Me salvas la vida literalmente.

Se rió —No me cuesta nada Abi, ahora cambiando de tema, ¿emocionada?

—Como no te lo imaginas —sonreí de par en par.

Hoy me dejarían hacer una operación (bajo la supervisión de un cirujano lógicamente) pero prácticamente la voy a poder hacer yo sola si tengo todo controlado.

—Vas a ser la mejor neurocirujana, estoy seguro, te están dejando hacer un procedimiento mayor a ti sola.

—El Dr. García va a estar ahí también —intenté restarle importancia —Pero si, no me lo puedo creer.

—Tienes un don en esas manos —me sonrojé ante sus palabras —Ou, no había pensando en lo malo que iba a sonar —soltó una risa nerviosa —No que no seas buena con tus manos en eso, vamos no es como que haya tenido el placer de que me lo des muestres pero...

—Mejor déjalo así Dani —dije apunto de estallar de lo sonrojada que estaba —¿Qué tal tu en pediatría?

—Pff gracias por cambiar de tema —se rió —Bastante bien, no tan bien como tú, pero creo que se me está dando bien.

—Los niños son tan tiernos, tener la posibilidad de salvar y curas a lo único que vale la pena rescatar de la humanidad es increíble.

Soltó una carcajada —Un poco si, ¿te gustan los niños?

—¡Me encantan! Si fuese por mi tendría al menos 10 hijos.

—¡Wow! ¿Quieres hijos o una guardería?

—No me molestes —le di un golpe en el brazo —¿Tú quieres hijos?

—Claro, un mini Daniel no me molestaría, una mini Abi tampoco —me guiñó el ojo —No quiero 10 como tú, pero si unos 3 o 4 como mucho.

Asentí y continué mirando por la ventana el camino por el que íbamos, no sabía que responder ante su "mini Abi" así que decidí mejor ignorarlo y prestarle más atención a la música que estaban poniendo en la radio, justo sonó una de los chicos y no pude evitar sonreír y subirle el volumen.

I hear you callin' out my name, I love the sound, I love the taste —tarareé por lo bajo.

—Es de tu novio y de su banda ¿no?

—Si.

—Son buenos, he escuchado una que otra canción en la radio —se encogió de hombros —Algo subidas de todo para mi gusto.

—¿Subidas de tono? —solté una carcajada —La música que escuchamos en español si que es subida de tono, ellos dicen que son punk-rock pero
son unas dulzuras —negué con la cabeza.

—¿Y están bien?

No entendía muy bien su pregunta —¿Luke y yo? —asintió —Claro ¿por qué no lo estaríamos?

—No sé, la distancia y todo lo que conlleva, a ver no es como que vayan a tener mucho futuro.

—¿Por qué dices eso? —arrugué el entrecejo.

—Bueno no lo sé, supongo que no me corresponde a mi decírtelo, pero es un poco absurdo ¿no lo crees? Tú aquí apunto de graduarte y empezar a trabajar en el hospital, y él en Estados Unidos, ¿cómo van a tener los 10 hijos que quieres a distancia?

Nuevamente no me estaban gustando los comentarios que hacía Daniel, pero esta vez no porque estuviese coqueteándome nada más, si no porque tenía razón. Luke y yo solo no queríamos ver la realidad de lo complicada que es nuestra relación aunque nos vaya bien.

—Lo siento si te molesté, se que es una fibra sensible, pero no quiero que termines lastimada.

—No te preocupes —agradecía internamente que ya estuviésemos estacionados en el hospital —Tengo que correr a la reunión con el Dr. García, hablamos luego —le sonreí y salí de carro rápidamente.

La tensión en ese carro se podía cortar con un cuchillo.

Corrí por el pasillo del hospital hasta llegar a la planta que me correspondía, ya tenía puesta mi pijama y mi bata.

—Buenos días —saludé al Dr. García y al Dr. Fernandez que es el jefe de cirugías del hospital.

—¡Aquí está nuestra pequeña estrella! ¿Cómo te sientes? ¿Emocionada?

—No la sofoque con tantas preguntas Dr. García —se rió.

—Bastante emocionada —le respondí sonriente a los dos señores mayores —Aunque algo nerviosa.

—Nada de eso, tienes un talento innato, te irá increíble —aseguró —Yo tengo que irme pero te dejo con el Dr. García para que aclares todas las dudas del procedimiento, te veo en un rato desde la galería.

Asentí y el doctor salió.

—Muy bien, empecemos —sonrió.

(...)

Las manos me sudaban y el corazón me iba a mil, en menos de 10 minutos estaría comenzando la cirugía y sentía que me iba a dar un ataque al corazón, sabía lo que tenía que hacer y lo había repasado mil veces, sin embargo no podía evitar sentir ganas de vomitar.

Necesito hablar con Luke. Tomé mi teléfono e intenté llamarlo pero no respondía, también intenté escribirle pensando que quizá no podía responder por llamadas pero obtuve la misma respuesta. Estaba al borde de un ataque de pánico. Con la respiración entrecortada y los ojos cristalizados intenté llamarlo unas tres veces más.

—Eh eh Abi, respira —escuché la voz de Daniel decir —Cálmate no te asustes —empezó a frotarme la espalda.

—Siento que voy a vomitar.

—Si te hace sentir mejor hazlo, aquí estoy para agarrarte el pelo —bromeó logrando sacarme una risita —No tienes que estar nerviosa, eres la mejor y todo saldrá perfecto.

Asentí rápidamente intentando controlar mi respiración, lo siguiente que hizo el chico fue estrecharme en un fuerte abrazo —Si te sientes nerviosa en cualquier momento, solo sube la mirada a la galería y ahí voy a estar, no importa si dura 6 horas, me voy a quedar todo el procedimiento para verte triunfar.

—Muchas gracias Dani —respondí con sinceridad devolviéndole el abrazo.

—¿Lista? —asentí —Pues entonces entra —me dijo después de darme un beso en la cabeza.

Le sonreí, le di mi teléfono y entré a la zona gris del quirófano, ya tenía mi pelo trenzado y sobre este el gorro, me lavé por un buen rato las manos justo como el protocolo nos indica y después entré a la zona blanca donde me esperaba una enfermera para ponerme la bata y los guantes. Avancé hasta la camilla donde estaba el paciente anestesiado, el Dr. García estaba del lado izquierdo junto con el anestesista y las enfermeras, a pesar de que todos llevábamos lentes de protección, mascarillas y gorros pude reconocerlos.

Subí la mirada hacia la galería una última vez y vi a Daniel con una amplia sonrisa subiéndome los pulgares deseándome suerte, le devolví la sonrisa aunque por el tapaboca no pudiera verlo y después centré toda mi atención en el paciente.

—Bisturí.

(...)

a/n: les dejo una foto de como seria Dani, para que se lo imaginen jeje.

LOVER OF MINE | Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora