LOVER OF MINE | Luke Hemmings

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—¿Qué es eso? —me preguntó Bea cuando entré a la cocina de nuestro apartamento con un sobre en la mano.

—Me lo acaba de entregar mi mamá, es mi regalo de cumpleaños —me encogí de hombros.

Estaba hinchada y tenía los ojos rojos de tanto llorar, habíamos dejado a los chicos en el aeropuerto hace unas horas y yo no había podido aguantarme más las lagrimas. De vuelta a la asquerosa realidad.

—Huy ábrelo —estaba genuinamente interesada en lo que había en el sobre —Quizá te anime un poco.

—Lo abro luego —agradecía mucho que mis papás me hayan dado un regalo pero sinceramente ahorita no tenía ganas de ver que era.

—¿Estás bien?

—Normal ¿y tú?

—Supongo que un poco mejor que tú —suspiró —Ya falta menos para que te gradúes Abi, solo 4 meses, vas a poder aguantarlos.

—¿Qué tiene que ver que me gradúe? Igual yo seguiré aquí y él estará por todo el mundo.

—No se si te vaya a gustar lo que estoy por decirte pero, ¿no has considerado que eventualmente tendrás que mudarte de Madrid? Si quieres seguir con él claro.

—¿Por qué querría irme de Madrid?

—¡Abi! —suspiró frustrada —Tú y yo sabíamos en lo que nos estábamos metiendo, está bien ellos van a estar de tour ciertos meses del año pero son solo 2 o 3 como mucho, después están tiempo completo en Los Ángeles, ¿qué piensas que es lo más lógico?

—No lo sé Bea, mi familia vive aquí, toda mi vida está aquí, ¿renunciaría a todo eso por ver a Luke siempre?

—Solo digo que las relaciones a distancia funcionan por poco tiempo, no pueden estar toda la vida tú en España y él en Estados Unidos, las dos sabemos que ellos harían lo que fuera por vernos felices, así tenga que ser vivir en un país en el que ni si quiera hablan el idioma, pero su trabajo no los deja, sus managers, el estudio, todo está en LA.

Bea tenía razón en lo que decía, esta es una conversación que jamás había tenido con Luke y nunca habíamos valorado, ¿qué pasa cuándo me gradúe y tenga que buscar un trabajo fijo? ¿tendremos una relación por dos semanas y luego 5 meses sin vernos?

—Si Luke te hace sentir especial y no quieres renunciar a eso Abi, tienes que considerarlo —me dijo con honestidad.

—¿Tú ya lo consideraste?

Ella suspiró y asintió —No quería decir nada aún, solo lo sabe Ashton porque lo planeamos juntos, pero el trabajo en el que me aceptaron tiene un bufete en LA, si hago la capacitación van a poner todos mis papeles en regla y me van a trasladar.

—Bea, vas a dejar tu casa, tus amigos, a tu mamá y a tu abuela —me sorprendía un poco la situación.

—Mi familia ya vivió su vida, mis amigos seguirán siendo mis amigos y honestamente no me puedo sentir más en casa si estoy con Ashton, Abi quiero empezar a vivir yo.

Tenía un punto a su favor —Supongo que aún tengo un par de meses para pensar qué haremos —dije refiriéndome a Luke y a mi.

—Piénsalo bien, si te vas no vas a estar sola que se que es algo que te asusta porque en nuevo para ti, vamos a estar tú y yo, los chicos, Crys y sobre todo va a estar Luke, tus papás y hermanos se la pasan viajando a EE.UU., los vas a seguir viendo, menos que antes pero van a seguir estando para ti.

Después de decir eso me dio un apretón en el hombro y se fue. Es cierto que no podía seguirme engañando, lo mío con Luke esta mejor que nunca y lo hemos hecho funcionar increíblemente pero no puede ser para siempre, no podemos vivir el resto de nuestros días en dos continentes separados viéndonos cada cierto tiempo, además no es como que mi futuro trabajo me de muchas vacaciones o tiempo libre para que Luke me pueda visitar o yo vaya a dónde esté él.

No quería tomar ninguna decisión precipitada, porque además no es tan sencillo como decir voy
a vivir en Los Ángeles, es mucho más complejo que eso, hay papeles de por medio, convalidaciones de estudio, son mil cosas. Y la más importante saber que opina mi familia de algo así y que opina Luke, él tampoco es como que alguna vez me haya dicho que quiere que me mude a LA, tampoco habíamos tocado el tema porque honestamente al menos a mi no se me había pasado por la cabeza.

Decidí no seguirle dando vueltas por ahora, no podía hacer nada por el momento y no iba a quedarme tranquila así que mejor olvidarlo por un rato. Ya era bastante tarde y mañana tenía turno en el hospital a primera hora así que me fui a dormir, probablemente tuviera la oportunidad de participar en una operación mañana y realmente quería hacerlo pues la última vez una de mi grupo de rondas se quedó con la operación.

(...)

—¡Fue increíble! Tenías que haberme visto Lukey —exclamé hablando con el rubio por FaceTime.

Aún tenía el pelo trenzado en forma de corona (qué es como nos hacen tenerlo para que no nos estorbe) y sobre este tenía el gorro.

—Que bueno bebé, aunque la idea de que hayas estado en el cerebro de otra persona me da un poco de asco —se rió.

—Creo que quiero especializarme en neurocirugía —me mordí el labio inferior —Es inexplicable.

—Vas a ser la mejor neurocirujana, mi neurocirujana.

Solté una risa —Tenemos que tomar una decisión para final de mes y así podernos preparar para el examen final, si no lo apruebo tengo que repetir todo el sexto año.

—Lo aprobarás, eres la más inteligente de todas.

—Hey Fontaine —me llamaron y desvíe la mirada, era uno de mis compañeros de rondas, se llamaba Daniel —¿Más tarde vienes con nosotros a tomar al bar de enfrente? Así celebramos que participaste en una craneotomía —me guiñó el ojo.

—Claro —sonreí —Aún no me lo creo.

—El jefe del departamento de neurocirugía dice que estuviste increíble, asegura que tienes un talento innato —se rió —Y no lo dudo, te vi desde la galería.

Me sonrojé ante sus palabras —Gracias.

—¿Con quien hablas?

Casi había olvidado que Luke estaba en la pantalla de mi teléfono, bajé la mirada y pude notar como tenía el ceño fruncido —Ah lo siento, es mi novio —solté una risa nerviosa.

Daniel hizo una mueca, no se esperaba que dijera mi novio —Bueno no los molesto más, hablamos luego para ir todos al bar.

Se despidió y empezó a avanzar por el largo pasillo del hospital.

—Lo siento.

—¿Quién era?

—Daniel, es de otra universidad pero también está haciendo la residencia aquí, solo me estaba felicitando.

—Mmh, muy cariñoso ¿no?

Me reí —Ni si quiera entendiste lo que dijo celoso.

—No me hace falta entender lo que dice, con el tono que tenía no es difícil asumir que estaba coqueteando contigo —se rió.

—Me tengo que ir bebé —hice un puchero.

—Tranquila baby, suerte, y felicitaciones, estoy muy orgulloso de ti.

Al escuchar eso sonreí ampliamente, le dije que lo amaba mucho a lo que él me respondió que mucho más y después finalizamos la llamada.

Me quité el gorro y fui hasta la sala de descanso para ponerme otra vez mi bata blanca y buscar mi estetoscopio. El resto de mi turno se me pasó volando, supongo que por la emoción de la operación de la que acababa de ser parte, además de todas las felicitaciones de mis compañeros y del mismísimo Dr. García, que es una eminencia de la cirugía cerebral. Aún podía sentir la adrenalina corriendo por mis venas.

Me cambié a mi ropa normal y salí junto con mis compañeros de residencia, entre ellos Daniel, para ir hasta el bar a celebrar.