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Le di un último retoque al labial que me estaba aplicando y ya estaba lista. Me miré al espejo satisfecha con el resultado final de mi look, estaba sencilla pero arreglada, pantalones negro, una camisa de botones y mangas largas también negra y unas sandalias con tacón, más que suficiente para mi.

Al salir del cuarto vi que la casa estaba vacía, no había señal de las 3 chicas que hace menos de dos horas estaban en la sala, ¿dónde se habían metido? Ignoré que mis amigas estaban en paradero desconocido y salí corriendo del apartamento, ya Daniel me había enviado un mensaje diciendo que estaba abajo esperándome.

—Wow, te ves increíble —exclamó cuando salí del
edificio.

Estaba recostado sobre la puerta del copiloto del carro esperando a que llegara.

—Gracias —me sonrojé por el piropo mientras bajaba la cabeza.

—¿Nos vamos? —preguntó entusiasmado abriéndome la puerta.

Asentí y le sonreí en forma de agradecimiento por el acto de abrirme la puerta.

—Pensé en que podíamos a ir a cenar a un restaurante que está cerca del Retiro, es muy lindo y se come increíble.

—¿Crees que podríamos ir mejor a tomarnos algo? Almorcé hace nada con mis papás y la verdad estoy llena —solté una risita.

—Me quitas un peso de encima —se rió mientras comenzaba a manejar —Comí con mis papás hace poco y estoy igual de lleno.

—¿Te parece Ramses?

—Si, perfecto —Ramses era un bar que también estaba cerca del Retiro, es un lugar lindo para tomarse algo.

El camino fue corto y algo silencioso, de repente alguno hacia uno que otro comentario pero nada del otro mundo.

—¿Cómo se tomaron tus papás que pasaste el
examen? —preguntó cuando ya estábamos dentro del bar pidiendo algo de tomar.

—Están tan emocionados, sobre todo mi mamá —solté una risa —Aunque también está deprimida, dice que es una vieja, ya todos sus hijos están graduados de la universidad.

Andrés soltó una carcajada —¿Nuestras mamás no serán familia por casualidad? Porque hace lo mismos comentarios.

—No me sorprendería, mi mamá esta loca —aseguré negando con la cabeza.

—Me alegra mucho que aceptaras venir, la estoy pasando muy bien.

La verdad es que yo también restaba pasándola bien, me sentía cómoda con Andrés —A mi también me alegra que estemos aquí.

Pasamos unas cuantas horas en el bar picando algo y tomándonos copas hasta que se podía decir que los dos estábamos más o menos ebrios, vulnerables a cualquier tipo de tontería que se nos ocurriese hacer.

—¿Y mi mejor amigo? ¿Cómo está? —preguntó Daniel intentando aguantarse la risa pero fallando en el intento.

No hacía falta que me dijera el nombre para saber de quién estaba hablando, rodé los ojos y me reí —No he hablado con él —le di un sorbo a mi copa —¡Eso me recuerda! Debo llamarlo y contarle que pasé, lo extraño mucho —hice un puchero y acerqué mi mano hasta mi teléfono.

—¡No! —exclamó tomándome de la muñeca —Es decir, puedes hablar con él luego, estamos hablando ahorita —se rascó la nuca nervioso.

Lo miré extrañada pero lo dejé pasar, sería de mala educación ponerme a hablar con Luke estando en compañía de alguien, además sabía que esa conversación sería larga y no iba a dejar a Andrés hablando solo.

—Tienes razón, lo siento —me solté de su agarre.

—¿Te parece si vamos por ahí a caminar?

—Mmm, esta bien, ya estoy algo sofocada aquí adentro —solté una risita.

Pagamos nuestras copas y salimos a la calle, algo que me encantaba de Madrid es que nunca estaba vacío, podían ser las tres de la mañana y aún habían grupos de amigos en la calle bebiendo y riéndose a carcajadas, era un ambiente muy agradable.

—Puff, ya está empezando el calor —me quejé, así como Madrid tiene sus cosas positivas, también tiene las negativas, o hace mucho frío o hace mucho calor, no hay un punto medio.

—¿Verdad? Hace unas semanas estaba haciendo un frío y ahora ni manga largas puedo usar —se quejó rodando los ojos.

Asentí y se formó un silencio un poco incómodo, ninguno sabía que decir, esto era raro para mi porque sor bastante conversadora, pero con Daniel simplemente las fosas no fluían nunca.

—¿Nos va...? —me interrumpió rápidamente.

—Tengo que decirte algo, y me vas a tener que escuchar —murmuró nervioso volteando a verme, solo asentí esperando a que comenzara a hablar —Se que tienes novio, y a nadie le molesta más eso que a mi, pero él no te merece Abi —me tomó de la dos manos —Y se que me has dicho mil veces que no intente nada porque estás enamorada, pero no me voy a ir hasta intentar esto contigo —después de eso estrelló sus labios contra los míos.

No era un beso para nada suave y delicado como los que nos dábamos Luke y yo, era brusco y sin coordinación, al caer en cuenta de lo que estaba pasando me separé abruptamente.

—¡Daniel! Basta —exclamé molesta, del golpe se me habían bajado el alcohol —¿Qué haces?

—Abi yo lo soy el indicado para ti, estoy pendiente siempre de ti, ¡Por Dios! Estoy aquí, él no —gritó frustrado —Yo no te voy a hacer abandonar a tu familia y amigos para arrastrarte a otro continente solo porque soy un egoísta de mierda.

—¡No hables así de él!

—Dejaré de decir que es un egoísta y un mal novio cuando lo vea aquí contigo, nunca está para ti, y deberías darte cuenta de que nunca lo estará —escupió molesto.

—¿Y tú que sabes? ¿Acaso piensas que sabes mucho de mi relación?

—Llevas semanas sin hablar con él, ¡te engañó! ¿No es suficiente razón como para mandarlo a la mierda?

—No sabemos si lo hizo Daniel.

—¿Y por qué no han hablado? No me intentes engañar, en el fondo sabes que lo hizo y solo no quieres afrontar la realidad, ante los ojos, yo soy el indicado Abigail.

—No te me acerques nunca más —escupí con lagrimas en los ojos.

Me di media vuelta y avancé rápidamente entre la gente que nos veían sorprendidos por el
espectáculo que acabábamos de montar. Mientras literalmente escapaba de Daniel saqué mi teléfono para pedir un uber y que me buscara lo más rápido posible.

Solté un suspiro de alivio al ver que ya no me estaba siguiendo y podía esperar tranquila al carro que me pasaría buscando.

No sabía que me había dolido más, si todas las cosas que dijo acerca de mi y de Luke, o el hecho de que quizá tiene razón

LOVER OF MINE | Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora