LOVER OF MINE | Luke Hemmings

xxiii

—Lukeeeey —grité acostada en su cama, me volteé para quedar acostada boca abajo y lo miré haciendo un puchero —Estoy aburrida.

—Lo siento —hizo una mueca —Estaba escribiendo esta canción y me distraje.

—¿Puedo verla? —sonreí.

Luke negó rápidamente y escondió el cuaderno —Mejor salgamos a hacer algo.

—Anda no seas malito —le supliqué.

Se paró del suelo y se me acostó encima —Nah si soy malito, no es tan buena además, dudo que llegue al álbum —admitió.

—¡Nada de lo que escribes es malo! —lo regañé —Y quítate de encima que me asfixias.

—¿Qué quieres hacer hoy? —me preguntó.

—¿Nos quedamos viendo pelis? —dije como una niña pequeña.

—Me encanta cuando pones esa voz, pero no, hemos pasado los últimos días aquí encerrados, salgamos a hacer algo.

—Tú eres el australiano —le recordé —¿Qué propones?

—Mmm ¿qué te parece un museo?

—Suena aburrido.

—Oh vamos no puede ser que te vayas en 7 días y no hayas conocido todos los lugares famosos de Sydney, entre ellos museos y un lugar donde se nada con tiburones.

Abrí los ojos como platos —¿Museo entonces no? —el se rió.

—Vamos arréglate, y no te tardes una vida por favor.

—Encima de que me tardo para ponerme guapa para ti —fingí llorar.

—Siempre estás guapa peeero, no te tardes.

(...)

—¿A cuál iremos? —le pregunté poniéndome el cinturón de seguridad.

—Museo de Arte Contemporáneo.

—Mmm fancy.

Luke encendió el carro y empezó a manejar, no tardamos casi nada en llegar lo cual agradecía, algo que me gustaba de Sydney es que todo está cerca de todo igual que en Madrid.

—Es lindo, espero que me tomes muchas fotos —sonreí como una niña pequeña.

—Me explotas ¿sabias eso?

—Sipi ¿me arrepiento? no.

El chico rodó los ojos y entramos al museo, justo como lo imaginaba era hermoso. Agradecía haberme puesto un lindo outfit para poder tomarme varías fotos, para instagram y para mi mamá que últimamente estaba más pesada de lo usual con que quería más fotos mías y del viaje. Me entristecía el hecho de pensar que en una semana estaría yéndome de Australia y por ende no vería a Luke y a los chicos en quien sabe cuánto tiempo, creo que es la primera vez en mi vida que no tengo ganas del todo del volver a casa, si estaba emocionada por ver a mi familia otra vez, terminar mi último año de carrera pero el hecho de tener que separarme del rubio que logró volverme loca y hacerme sentir como nadie en casi tres meses me hace perder la cabeza. Luke me tomó muchas fotos e incluso nos tomamos un selfie que en mi opinión, es la mejor foto que encontrarán en mi carrete.

Una vez vimos toda la exposición salimos del museo y pensamos en caminar un rato y entrar a un restaurante que estaba cerca para tomarnos algo y hablar un poco más.

Me llegó una notificación de instagram y subí la mirada para ver a Luke en su teléfono mientras se reía.

—¿Qué hiciste? —pregunté asustada.

—Nada nada —se carcajeó aún más.

Abrí la notificación para ver de qué se trataba.

—Ja ja ja que chistoso eres —se carcajeó más.

—Debería dejar de ser cantante y meterme a comediante.

—Tienes razón, metete a un circo mejor.

—Envidiosa.

—Además ¿por qué no admites que yo soy la verdadera obra de arte? —le saqué la lengua.

—Eso no hace falta decirlo —me guiñó un ojo.

—¿Sabes qué el mundo va a arder por esa foto, no?

—Desactivé los comentarios por si acaso —se encogió de hombros.

—Tengo más de cincuenta mil solicitudes en instagram —me reí mientras veía el absurdo número de personas que intentaban seguirme.

—¿Por qué no lo pones público y ya?

Negué rápidamente —Número uno no quiero que se vea como que intento aprovecharme de tu fama y número dos es mi privacidad supongo, ahí tengo a todas las personas cercanas y quiero seguir subiendo fotos e historias donde no me tenga que preocupar por lo que los demás tengan que decir.

—Entiendo lo que dices, pero quiero que sepas que jamás pensaría que me usas por fama.

—Lo sé —dije poniendo mi mano sobre la suya, él sonrió ante el gesto —Pero igual, creo que es mejor dejarlo así y ya.

—Cambiando de tema ¿estás emocionada por vernos cantar en vivo?

—Si y no —él me miró confundido —Me emociona mucho verlos en vivo, verte cantar en vivo —sonreí de tan solo imaginarme lo hermoso que se debe ver —Pero ir a ese concierto significa que al día siguiente estaré en un avión alejándome de ti.

—Ahora que lo dices así, no me emociona tanto tampoco —hizo una mueca —¿Sabes qué en cuanto tenga la oportunidad iré a verte?

—Lo sé —suspiré —Es solo que no sabemos cuándo será eso, y también está el hecho de que yo seguiré estudiando, créeme, mi carrera no facilita las cosas.

—No quiero hablar del tema ¿si? Solo pensemos que será poco tiempo y que podrás hacerme un hueco en tu apretada agenda.

Me reí —Estás negando la realidad pero supongo que por estos próximos días puedo seguirte la corriente.

Él sonrió ampliamente —Vámonos —dijo parándose y tomando mi mano —Quiero caminar todo Sydney contigo, que todos vean que eres mía.

No pude evitar sonrojarme y acto seguido sonreír como una tonta. Me paré de la silla y salimos juntos del pequeño restaurante. Cada día que pasaba con él era un motivo más para no querer irme más nunca, pero también era una señal para darme cuenta de que esto realmente podía funcionar.

Que Luke y yo realmente seriamos capaces de aguantar todo esto y seguir juntos, así sea en distancia, con agendas extremadamente apretadas y cambios de horarios, y aunque a ustedes pueda parecerles una locura justo como me había parecido a mi, cada día que pasaba me daba cuenta de que era lo que más quería.

Tal y como mi rubio había dicho, caminamos sin rumbo por las calles de la hermosa ciudad, hablando de cualquier tontería y riéndonos como unos jóvenes enamorados sin soltarnos de la mano ni una sola vez y robándonos besos cada vez que podíamos, llamamos la atención de algunas personas, personas que lo reconocían o simplemente personas que nos veían con ternura.

Me encantaba estar así con él, en pocas palabras él me encantaba. Y lo que más me gustaba y emocionaba es que era mutuo, yo también tenía ese efecto en Luke.