29》Para Astartea.

179 16 2
                                    

Astartea Hunt

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Astartea Hunt.

—Gracias.

Me dice Gabriel una vez que estamos afuera de mi departamento. La navidad fue buena, sin contar lo que pasamos la mañana siguiente, un duelo de miradas incomodas entre su familia y nosotros.

Lo miro antes de abrir la puerta y sonrío—. ¿Por qué? —pregunté frunciendo un poco el ceño, pues la realidad era que no comprendía que era lo que me estaba agradeciendo.

Suspiro y tomó una de mis manos entrelazándola con la suya y me miró fijamente a los ojos—. Por estar conmigo.

Le sonreí y deposité un beso en sus labios, abrí la puerta de mi departamento y entramos. Mis ojos aterrizaron en el par de sin vergüenzas que ven la televisión muy cómodos en mi sofá.

—¡Ho, ho! —exclamó Ariel mientras se ponía de pie y avanzaba a nosotros—. Hasta que santa me trajo mi regalo, dos angelitos —soltó su característica risa burlona, Gabriel se rió y continuó el camino a mi habitación para dejar mis maletas, Ariel se plantó frente a mí con una sonrisa ladina pero siniestra—. Pero veo que uno es un angelito caído —susurró divertido.

Torcí los ojos y sonreí meneando con la cabeza—. Feliz Navidad lunático retorcido.

Se rió y abrió sus brazos para mí—. ¿Puedo abrazarte, primita?

Le sonreí y avancé a él abrazándolo, me estrujó contra él y suspiró contra la piel de mi cuello, posó un beso en mi coronilla y una caricia en mi cabello.

—¿Yo también puedo? —cuestionó Azarel detrás de mí, me alejé de Ariel y avancé a Azarel.

Mis mellizos.

Me separo de Azarel y veo que Gabriel y Ariel se están dando un abrazo y deseándose feliz navidad. Y ahora el momento es incómodo, Azarel y Gabriel se observan y no como si quisieran matarse. Y es raro, Azarel es mi familia y lo amo, pero Gabriel, es Gabriel y está entrando a mi vida de una manera sorprendente.

Pero entonces, un carraspeo de Azarel nos impresionó a Ariel y a mí, por lo que rápidamente lo miramos algo sorprendidos—. Gabriel —comenzó el mellizo de ojos celestes—, lo siento por lo del otro día —pronunció con neutralidad.

No lo siente, solo cree que debe disculparse.

Pero para Gabriel eso funcionó.

Gabriel le sonrió y asintió—. Será difícil, pero supongo que nos estaremos viendo, por Astartea.

Azarel asintió y volvió al sillón. Definitivamente no estaba arrepentido, Azarel jamás se arrepiente, simplemente lo hizo por mí, sabe que Gabriel me hace feliz.

■■■

—Les tengo que contar algo —les dije a ambos mellizos una vez que Gabriel ya había abandonado mi departamento porque tenía cosas que hacer.

ASTARTEA. [1]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora