39》Nos volveremos a encontrar.

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Astartea Hunt

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Astartea Hunt.

—¿Qué haremos? —preguntó Ariel mientras soltaba el aire retenido y colocaba sus manos sobre su cintura.

La noticia los tomó por sorpresa, desde que Gabriel se fue de mi departamento, no he hecho más que volverme loca y andar de un lado a otro mordiéndome las uñas, sintiendo rabia burbujear dentro de mí, pero también siento culpa, remordimiento y nostalgia.

Yo amaba a Gabriel con cada célula de mi cuerpo, y lo perdí.

Miré a ambos mellizos, me observaban en silencio, con el ceño fruncido y la mandíbula apretada—. Por favor, váyanse y llévense a Mia.

Necesitaba estar sola, liberar esta maldita presión en el pecho, pero no tenía idea de cómo iba a lograr eso después de la como nos enfrentamos Gabriel y yo, después de la mierda que nos gritamos. No podía creerlo, pero si afrontaba las consecuencias, sabía que algún día, esto iba a pasar, él se enteraría o quizás yo se lo diría, estaba preparada para todo, excepto para su reacción.

—¿Qué? —soltó Ariel con el ceño fruncido.

Azarel suspiró y se puso de pie—. Vámonos Ariel, necesita estar sola —ordenó Azarel, Ariel estaba por protestar, pero su hermano lo miró fijamente—. A menos que desees salir herido por ella, más te vale que te vengas conmigo.

Bufó y se puso de pie de mala gana. Ambos salieron con Mia siguiéndolos. Necesitaba meditar todo lo que pasó, quiero gritar de rabia y acabar con todos. Las palabras de Gabriel me dolieron, y mucho. Pero, sobre todo, la maldita impotencia de que no me dejó hablar, no me dejó contarle mi versión de la historia.

Me va a demandar, lo acepto. No me da miedo ir a la cárcel.

Tomé una bocanada de aire y las llaves del auto de Ariel, los esquivé en el pasillo y bajé rápidamente. Encendí el motor y arranqué a la casa de los padres de Gabriel, pues necesitaba a Lauren. Necesitaba a esa pequeña de ojos verdes y cabello castaño, porque incluso ella sabía más de Trevor Baxter que su propio hermano.

A medida que conducía, mi cabeza se desconectaba de mí, me sumergía en la horrible sensación de sus palabras.

<<Tú mastate a mi mejor amigo>>

<<Me enamoré de la maldita asesina de mi mejor amigo>>

<<No te creo>>

<<Como lo desees Astartea Hunt, tú y yo somos historia y de verdad espero que la vida no nos vuelva a encontrar>>

Grité. Grité con todas mis fuerzas, apretando el volante con fuerza, sintiendo la frustración, impotencia y ahogo. Me estaba ahogando en mis sentimientos, en mi maldito sentir, ¿por qué es mi culpa?, ¿por qué defenderme y pensar en mí me vuelve al enemigo? Las personas están ciegas.

ASTARTEA. [1]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora