ASTARTEA. [1]✔

20》Hasta nunca, ¿quién?

El teléfono no deja de sonar, la familia Hunt está eufórica por la noticia del nuevo integrante en camino. Todos estamos tan emocionados e ilusionados por la noticia.

Han pasado varias semanas desde la noticia, desde que Greta soltó esta bomba llamada felicidad, la felicidad que necesitábamos los Hunt. Azarel fue con su madre, tía Deborah y llevó a Greta con él, de igual manera que Greta lo llevó a él con su familia. Los papás de Greta están emocionados, le guardan tanto cariño a Azarel.

Ariel se puso tan emotivo con la noticia, fue tan cómico ver al sarcástico y burlón salir de su zona cómoda, pues verlo confundido con la cara que tenía exactamente, ése entre cejo contraído y labio entre abiertos, tan inseguro de sus creencias, tan desconfiado de nosotros, fue cómico.

—Serás tío —emitió Azarel mientras tomaba asiento frente a su mellizo de ojos azul añil.

Ariel frunció el ceño y rápidamente me miró a mí en busca de explicaciones, su rostro desconcertado pasó a Gabriel y por último a Greta. Se mantuvo mirándola en silencio y desconcertado, sus cejas fruncidas que parecía tratar de leer a mi mejor amiga, su mano se colocaba en el mentón y observaba a Greta.

Ariel siempre ha pensado que tiene la habilidad de leer a las personas, que tiene ése poder sobre todos, y claro, asegura conocer al peor enemigo de cada uno de nosotros.

—Greta... —emitió Ariel con cautela mientras se ponía de pie y avanzaba a ella. Greta se rió y lo enfocó—. No me quieras ver la cara de estúpido hermanito, sabes que odio las bromas de éste tipo —agregó con un toque de diversión.

Miré a Azarel, éste sonrió de oreja a oreja mientras meneaba la cabeza, pero no contradecía a su hermano.

—¿No nos crees, mellizo cínico? —le preguntó con diversión por lo que reí y me cruzaba de brazos disfrutando el rostro desconcertado de Ariel.

Ariel entornó la mirada y se puso de cuclillas frente a Greta, se humedeció los labios y la enfocó con sus intensos ojos color azul, conocía esa mirada. La trataba de leer, trataba de analizar sus gestos, leer su lenguaje corporal, buscaba algún indicio de diversión y esperaba que le gritaran "caíste", pero no. Esto no se trata de una broma.

Greta tomó la mano de Ariel sorprendiéndolo, pero él no se negó, Greta la colocó sobre su abdomen aún plano, Ariel rápidamente miró el abdomen de Greta, desconcertado y tan inseguro de lo que su cabeza le gritaba que creyera, Azarel se sentó al lado de Greta con las pruebas de embarazo. Se las tendió a su hermano, quien con su mano libre las tomó y su par de ojos se abrieron de par en par mientras que una sonrisa se deslizaba por sus labios.

—No me jodas —susurró Ariel con su sonrisa amplía. Greta se rió de ésa manera tan genuina de ella, tan propia de Greta, Azarel la miró con una adoración perfecta que me apretó el corazón y rápidamente tomé la mano de Gabriel, porque, así como Azarel se siente al ver a Greta, así de completa me siento con Gabriel West—. Puta madre, es real —susurró Ariel y llevó su otra mano al vientre de Greta acariciándolo. Sus ojos brillaron de una manera que jamás había visto antes, adoración, anhelo y felicidad. Era raro verlo así, pero que sea raro no lo hace el momento menos perfecto —. ¡Joder hermano, voy a ser tío! —gritó emocionado.