40》Juzgado.

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Gabriel West

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Gabriel West.

Un mes después.

No sé nada de ella desde hace un mes. Me la he llevado dándole vueltas a todo el asunto. Y volví a buscar al señor Barclay, quien aceptó ser mi abogado en contra a Astartea. Esto es difícil, una parte de mi esta arrepentida por hacer esto, pero creo que mi lado lleno de rencor ganó. Ganó la maldita necesidad de tener justicia, no solo por Trevor, creo que esto me da la sensación de sentirme un poco menos culpable por las muertes de mis "amigos".

Las puertas de la corte se abren, y aparece ella... Astartea Hunt en su máximo esplendor, mirándome de una manera tan severa, rencorosa y pesada, se ve espectacular no lo voy a negar, su cabello esta lacio y un poco más largo que ahora le llega a media espalda, su maquillaje es moderado y sus labios están pintados de rojo intenso, su cuerpo está cubierto por un vestido negro que le queda untado y resalta increíble sus cuervas, una chaqueta negra cubre sus brazos y espalda. En sus pies lleva unos botines de tacón y a sus costados viene acompañada de los mellizos Hunt. Ariel y Azarel junto a ella, una punzada me atraviesa y de solo verlos, me duele pensar una sola cosa:

"Ellos asesinaron a mis amigos"

Suelto el aire retenido y vuelvo toda mi atención a mi abogado antes de que me arrepienta de hacer esto, antes de que caiga ante los ojos del demonio más hermoso y manipulador que he conocido, Astartea. Soy débil, lo admito, ante de ella me siento como un completo imbécil y me cuestiono: ¿Por qué hago esto?, ¿Por qué no se lo puedo perdonar como lo hice con los mellizos?, pensé que con el pasar de los días me arrepentiría de haberla demandado, me arrepentiría de cuanto la arrestaron y la vi a través de un cristal que le hacía imposible a ella verme, su imagen de chica culpable me dio una punzada, se veía tan despreocupada, arrogante y siniestra.

Era claro que ella no tenía miedo de la policía, no tenía miedo de nada.

Entonces todo comienza... No se los alargaré, resumiré lo que va de todo esto: el abogado de Astartea y el mío discuten, el de ella me hace preguntas y todo marcha bien para nosotros.

—Astartea Hunt, suba al estrado —le pide el señor Barclay quien no deja de caminar allá para acá.

Ella sube y no se ve nada nerviosa. Esta tranquila y ni siquiera me mira. Es como si para ella ya no existiera rastro de mí, como si lo que una vez fuimos, se hubiera evaporado. Como si nunca hubiéramos compartido emociones, sensaciones y "te amo". Como si nunca la hubiera escuchado jadear, como si nunca la hubiera sentido, era extraño verla, pero seguía siendo fascinante e indescifrable.

—Mi cliente la acusa por haber asesinado a Trevor Baxter, ¿qué tiene que decir al respecto? —preguntó el señor Barclay.

Ella asiente y fija sus marrones en mí, me siento incómodo y estúpido como la primera vez que me vio—. Si, maté a Trevor Baxter —confesó, todos murmuran sonoramente conmocionados, pero en cambio yo, solo puedo sentir una punzada en el pecho, un dolor, una decepción y traición, ella se mantiene tranquila y estática mirándome fijamente con el semblante neutro—. Pero tengo mis motivos y pruebas del porque lo hice —agregó sorprendiéndome.

ASTARTEA. [1]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora