38》Fuiste tú.

193 16 3
                                    

Gabriel West

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Gabriel West.

Torbellino de emociones, dolor, decepción, cansancio, estrés, frustración...

Abro la puerta del departamento de Astartea sin su permiso, ocasionando un estruendo que la hace dar un respingo y la veo con la cara pálida del susto, sus ojos marrones abiertos de par en par, mirando con atención mi semblante endurecido.

Fue inevitable no venir corriendo hasta acá en cuanto su rostro salió enfocado en la grabación, fue imposible no ser un nudo en la garganta y el corazón latiendo a mil por hora, fue imposible no sentir una puta maldita decepción, vivir en una mentira, ¿Qué carajo pensaba? Era claro que Astartea era demasiado para mí, era demasiado bueno para ser real. Y vaya la ironía, me enamoré de la asesina de mi mejor amigo.

—Gabriel, ¿estás bien? —preguntó asustada mientras se acercaba a mí cautelosa y yo retrocedí, mi acto la hizo fruncir el ceño confundida y se detuvo.

Estaba furioso, sentía como mi cuerpo temblaba y no podía creer que tenía un rostro tan angelical frente a mí, un rostro precioso, con cuerpo tentador, sentimientos maravillosos, pero con nombre de demonio y una consciencia manchada de sangre—. Fuiste tú —solté mordaz y con los labios apretados.

Frunció el ceño y se tomó la libertad de retomar su camino hacia mí de nuevo, ahora no me moví, no retrocedí porque deseé ver su reacción de cerca, pero tomó mi cara entre sus manos frías y por inercia me aparté con brusquedad. Su rostro confundido era lo único que observaba, pero luche contra mí mismo, luche tanto por encontrar mi voz y soltarse lo que hizo.

—¿Qué ocurre? —inquirió dejando caer sus manos a los costados de su cuerpo y yo sentí el pulso acelerado, tan acelerado por el miedo a que me mintiera en la cara, pero estaba furioso porque todo este tiempo la tuve al frente, entre mis sabanas y mis alegrías.

—Tú mataste a mi mejor amigo —mascullé, sus ojos se abrieron grande, y su cara perdió color. Acusarla de eso me dio una punzada en el pecho, me sentía asfixiado y deseaba gritar—. Tú mataste a Trevor —repetí y tuve que apretar las manos en puños.

Tragó grueso, y humedeció sus labios mientras colocaba sus manos al frente, en un acto inútil por tomarme los hombros—. Gabriel...

—¡No me mientas más! —grité y ella dio un respingo—. ¿¡Quién eres!?, ¿¡de dónde saliste!? —solté rápidamente, sintiendo el escozor en la garganta, el dolor en el pecho y la agitación—, ¡solo quiero la puta verdad!

Sin embargo, su semblante preocupado se transformó, endureció sus facciones e hizo puño sus manos.

Apretó los labios y asintió—. ¿Quieres la verdad Gabriel? Bien —soltó circunspecta—. Tu "mejor amigo" era una mierda —pronunció molesta, como nunca antes la había escuchado, haciendo énfasis en cada una de sus palabras como si deseara dejármelo muy en claro—. Trevor Baxter era una mierda y siempre será una puta mierda, usaba drogas con chicas para así abusar de ellas, no tengo certeza de que mató a alguien, pero no lo dudaría, abusó de mí, por eso lo maté —emitió exaltada, con una ferocidad que no había visto antes.

ASTARTEA. [1]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora