ASTARTEA. [1]✔

4》Deseo Insaciable.

Agradecía que Gabriel estuviera borracho y no tuviera idea de lo que estaba sucediendo o quizás esta en shock por nuestro beso.

Venimos los seis en el auto de Azarel. Yo de copiloto, Azarel conduciendo y atrás, vienen como sardinas. Noah está del lado izquierdo estampado contra la ventanilla, junto a él está Greta con las piernas cruzadas una sobre la otra, junto a ella esta Ariel de lo más relajado y no parece nada incómodo y de la ventanilla derecha está Gabriel, que está tan apretujado que parece un feto dentro del vientre de la madre.

—¡¿Qué mierda hicieron?! —exclamé.

Ariel me miró con una sonrisa inocente—. Verás... ¿conoces a la amiga de Nora? —me preguntó a lo que asentí—. Pues me estaba dando a esa preciosidad que está buenísima, y luego por desgracia su novio nos interrumpió cuando estaba a punto de correrme —hice mueca de asco ante su explicación tan explícita, pero le importó poco y prosiguió—. Y su novio me quería golpear, pero salí, así como me vez al pasillo y estaba ahí mi muchachote —golpeó el hombro de Azarel—. Y después Noah, también me apoyó cuándo los amigos del novio de la amiga de Nora me querían golpear.

—Ajá —concordó Noah capturando mi atención—. El chico ése me empujo, ¿pensabas que me dejaría? Pues no. Entonces le estrelle mi botella en la cabeza y corrimos para divertirnos un poco, y ésta chica —señaló a Greta.

—Tengo nombre feto mal formado —lo interrumpió y gruñó—. Solo me estaba besando con uno de los amigos de él —señaló a Gabriel quien estaba en shock.

Gabriel miró sorprendido a mis amigos—. ¿Tuviste sexo con Beatriz? —preguntó perplejo a Ariel. Hice una mueca al recordar que son sus amigos más cercanos—. ¿Te peleaste con Joey? —le preguntó a Noah.

—No, con uno de sus amigos si —aclaró Noah señalándolo con despreocupación.

Apreté los labios y miré a mis amigos de mala gana. Podría darles un gran sermón ahora, pero no puedo hablar de tal manera frente a Gabriel, él no puede saber la mierda que somos.

Ariel mantenía su sonrisa llena de diversión y agregando que ahora había deducido quien era el chico que me regaló un cupcake ayer.

—¿Tú que hiciste? —le pregunté a Azarel soltando un suspiro.

Me miro de reojo y sonrió de una manera tan maliciosa—. Me di a la dueña de la fiesta.

Gabriel se tomó el puente de la nariz comenzando a analizar el drama que pasó está noche. Me sentía agradecía de que Gabriel estuviera borracho, con suerte y podría olvidar lo que mis amigos dijeron hace un rato.

Hice una mueca y Azarel apagó el auto frente a nuestro edificio. Todos bajamos y nos despedimos.

—¿Vives aquí? —me preguntó Gabriel una vez que solo éramos él y yo frente al edificio de ladrillo con un aspecto humilde, pero era muy acogedor. Nada a comparación de donde vive él.