46》La verdad.

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Astartea Hunt

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Astartea Hunt.

Nunca pensé en sentir esta terrible necesidad de huir una vez más. Nunca pensé que algún día me volvería a sentir así de impotente, desesperada por correr y ocultarme.

Se escuchará cruel decir esto, pero es la realidad:

Vaya a donde vaya, ser feliz se tiene que pagar a un precio realmente caro. Es como si a cada paso que diera, los demonios de Aquiles y Samael me estuviera pisando los talones, Andrea era un demonio al que de verdad quiero. Uno peligroso porque ella adoraba aquellas dos personas que me lastimaron.

Solté un suspiro y me froté la cara con las palmas de mis manos, las dejé caer a mis muslos y me incliné hacia la mesita de noche para tomar de mi copa de vino tinto, sentía las orejas y las yemas de los dedos caliente, Mia estaba recostada a mi lado en el sofá mientras se reproducía una serie de misterio en el televisor.

Pero entonces, mi celular vibró indicando un nuevo mensaje.

Fruncí el ceño y humedecí mis labios mientras me inclinaba para tomarlo, pensé que se trataba de Gabriel, de seguro para avisarme que ya estaba listo, o quizás Ariel para informarme que noticias nuevas tenía Zaid sobre todo este asunto, o quizás era Azarel avisándome que ya había encontrado dónde viviríamos ahora.

Pero no fue así.

Miré con horror, angustia e impresión la pantalla, inmóvil y con el pulso acelerado, podía sentir mis palpitaciones por todos lados, y también como todo lo que me rodeaba comenzaba a enmudecer.

Greta

Fue un torbellino de emociones que me resultó imposible no derramar lágrimas, extrañé recibir está notificación, pero también era consciente de que no era real, pero se sentía real, cada vez que veía su nombre en mis notificaciones viajaba en el tiempo, al momento en que ella se agregó a mis contactados y me dijo: «Yo seré la única privilegiada de tener el emoticón de corazón en tus contactos».

Esto no era real...

El recuerdo de Greta Hardin, sin vida, me nubló la vista y sentí una opresión en el pecho, una asfixia y ahogamiento, una impotencia y desesperación.

¿Qué puta broma de mal gusto es esta?

Me armé de valor, y entré al mensaje:

"Estoy en el sótano, tenemos que hablar".

Puta madre. Es el número de Greta, ¿quién se lo robaría?

No me lo pienso ni siquiera dos veces cuando tomo una bocanada de aire y salgo del departamento dejando a Mia a salvo. Sé que tampoco me lo pensaré dos veces al matar a la repulsiva persona que tenga ése celular, verifico que traigo mi arma conmigo palpando mi zona lumbar, y una vez que es así, trago grueso sintiendo algo de nervios, algo de rabia y algo de nauseas.

ASTARTEA. [1]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora