ASTARTEA. [1]✔

19》T.B anda suelto. Parte 2.

T.B

Disfraces.

Máscaras.

Música.

Personas.

Muchas personas, muchos disfraces, mucha música y muchas máscaras.

Saludos hijos de puta, estoy aquí y no estoy nada feliz.

Bueno, comencemos... ¿de verdad estoy en la fiesta de Halloween de los Hunt?

Sí.

Sonreí en grande al ver al chico de máscara de diablo acercarse a mí a pasos lentos e irradiando egocentrismo.

—¿Qué tal te fue? —le pregunté con una sonrisa expandiéndose por mis labios.

El chico me observó y se retiró la máscara revelando su rostro. Era atractivo y nada parecido a Baxter, solamente se trataba del cabello y los ojos, nada más.

—¿Con el ángel negro? —me preguntó enarcando ambas cejas. Asentí y le indiqué que continuara—. Se asustó tanto que incluso a mí me asusto, era como si hubiera visto un cadáver.

Me reí y asentí antes de beber de mi bourbon. Como les mencioné antes, me encanta poner a personas de por medio que sean capaces de asustar a mis marionetas.

—Sí, no te preocupes por esa reacción —pronuncié mientras me ponía de pie. Avancé hasta él con mi disfraz exactamente igual al de él, quedé a escasos centímetros de su rostro y sonreí a pesar de que no pudiera verme—, las reacciones que vienen desde la consciencia, son las mejores —susurré.

Sus ojos azules y desconocidos daban repaso a mi máscara, era impresionante el simple hecho de la excitación en su mirada, sus pupilas dilatadas, no me conocía y se sentía atraído por mí, pero lo peculiar en su mirada era que daba la impresión de ser conocida.

Y claro, Astartea Hunt era astuta y tenía que ser muy convincente si de ella se trataba, fue por eso que le agregué algo de droga a la botella que Gabriel pidió para ellos. Tenía que causarles miedo, tenía que demostrarles que no soy alguien simple que solo trata de dar miedo, no soy una persona a la que pueden comparar con alguna serie de televisión que vieron antes, éste es más que un juego.

Ésta es mi venganza.

Los débiles morirán primero y los que se atrevan a retarme, sobrevivirán.

Amo los retos, amo los juegos, pero, sobre todo, amo ver la sangre correr, amo ser un misterio y, sobre todo, amo que se cuestionen sobre quién soy.

Éste es mi juego, mis reglas, mis marionetas, aunque aún me falta darles la bienvenida a unas cuantas marionetas.

—¿Me quieres besar? —le pregunté al chico frente a mí que me ayudó a ejecutar uno de mis planes esta noche.