II

651 50 0
                                    

El duque acababa de dejar a la señorita Katherine en su casa, y mientras seguía su camino hacia su residencia no podía dejar de pensar en la hermosa joven con la que tuvo el placer de coincidir.
- Vaya, si que es hermosa ¿señor, como puede existir un ser tan bello, acaso es un ángel que enviaste a la tierra para que se topará conmigo? La verdad no se como ocurrió pero quiero agradecerte por cruzarla en mi camino, por llevarla justo al río, jaja las personas quizás piensen que estoy loco porque me estoy riendo solo, o eso es lo que ellos piensan, lo que no saben es que hablo con mi mejor amigo.

David sonreía como nunca antes, se sentía feliz y a la vez un poco desconsertado ¿la volveré a ver? Espero que si, oh Dios permite que la vuelva a ver.
Al llegar a casa David saludo al personal que aún se encontraba en la entrada y se apresuró para adentrarse a la casa, subió las escaleras y pidió que le oreparacen el baño. Luego de tomar un largo baño y refrescarse bajo a cenar junto a su madre.

- Buenas noches madre.
- Buenas noches querido ¿como estuvo tu día?
- Muy bien gracias a Dios madre, la verdad es nunca había tenido un mejor día que hoy.
- Estas muy contento David, y me alegra verte así.
- Gracias madre, es un gusto saberlo.
- Cambiando de tema querido ¿ya encontraste a una candidata?
- Todo iba bien hasta que se te ocurrió sacar ese tema, cuando vas a entender que no me casaré por obligación, yo quiero enamorarme, quiero casarme por amor.
- Veo que aún sigues con eso en la cabeza, solo te recuerdo que tarde o temprano tendrás que casarte, sea por obligación o por tu dichoso amor.
- mamá yo no quiero tener una vida miserable y sin amor como tu y papá ¡no quiero!.
- Mi vida con tu padre no fue perfecta lo admito, pero te tuve a ti, mi más grande bendición y no me arrepiento de haberme casado con tu padre, si era un ogro, su humor era pésimo pero tenia el corazón más noble que jamás podrá tener otro hombre, y fui feliz muy, Ame mucho a tu padre y lo quise tanto que fui capaz de soportarlo todo solo por estar a su lado, luchamos tanto para estar juntos.
- Yo lo sé madre, y me siento orgulloso de ti y de ser tu hijo, pero justamente por todo lo que lucharon por estar juntos, por amor, es por eso que no quiero casarme sin amor, no quiero hacer sufrir a ninguna mujer, porque yo si las valoro. Tu me enseñaste a ser un buen hombre, me criaste bien madre y se que encontraré una buena mujer y me cansaré, y te daré los nietos que tanto ansias.
- Prometo no seguir insistiendo con el tema siempre y cuando sea pronto.
- No se en cuanto tiempo será madre pero se que lo haré.
- Esta bien querido, ahora cenemos tranquilos.
- Como usted ordene madre.

La cena transcurrio en armonía, el duque decidió retirarse temprano a su habitación, necesitaba recordar aquellos ojos café que se adueñaron de sus pensamientos.

- ¡Katherine! ¿Llegaste bien, no te ocurrió nada? Dijiste que solo sería un rato y ya oscureció niña ¿donde estabas metida?
- madre perdón, perdí la noción del tiempo, estoy bien, llegue bien madre, estuve en el rio pensando un poco.
- Por todos los cielos Katherine me tenias con el Jesús en la boca.
- No lo volveré a hacer madre, perdoname.
- Esta bien pequeña traviesa, ve a refrescate y bajas a cenar.
- Está bien madre.

Katherine subió a su habitación aun sumisa en sus pensamientos, no podía apartar esos ojos azules de su mente, ese blanquezco caballero ¿querrá volverme a ver? Porque piensas esas cosas Katherine, tu no eres más que una joven sin posición.
Katherine se adentro en la bañera y aparto esos pensamientos tomando un baño grato, después de alistarse bajo a cenar.

- Ya estoy aquí madre ¿papá cenara con nosotras?
- Esta noche no querida.
- Como todas las noches.
- Sabes que tu padre trabaja mucho y por eso nunca está.
- Si mamá lo sé, pero lo extraño.
- Lo sé cariño, yo también lo extraño pero el esta haciendo lo mejor por la familia.
- Lo entiendo mamá, cenemos.
- Muy bien pequeña.

La cena estuvo callada, la señora eleonor no tenía ganas de hablar y Katherine estaba sumisa en sus pensamientos, por más que lo intentaba no podía dejar de imaginarse esos ojos azules, ese precioso color de ojos quedó impregnado en su imaginación.
Después de cenas ambas se dirijieron a sus habitaciones a descansar.

David por más que intentaba conciliar el sueño no podía, quería volver a ver a ese ángel tan hermoso, deseaba ver esos ojos café de nuevo.

Katherine se dirijo al balcón de su habitación y disfruto unos instantes de la brisa y la hermosa noche.

Katherine y David quedaron impresionados el uno del otro y no podían esperar a volver a verse y a una misma voz dijeron - " Quiero volver a verte".
Katherine volvió a su habitación y se sumergió en su cama, el cansancio la inundó y entró en un sueño profundo.

David decidió recostarse y seguir dando cuerda a sus pensamientos, Intento leer pero no lo logró, y de un momento a otro fue seducido por el sueño.

La mañana se hizo notar, un sol brillante llamaba a la ventana y Katherine maravillada observa el aumento del brillo con el pasar de el tiempo, que día tan hermoso- se dijo para si misma sonriendo. Hoy será y un día precioso, gracias señor por el nuevo amanecer que me regalas.

David despertó y no podía negar que se sentía feliz, no podía dejar de observar el jardín y ver como las flores se llenaban de vida al recibir los rayos del sol - que estupendo día me has dado papá, gracias por todo.

Luego de un largo tiempo de observación Katherine se arreglo para bajar a desayunar y empezar su día, esperaba volver a toparse con cierto caballero que la dejó cautiva a sus ojos.
David tomó el desayuno y se dirijo a atender unos asuntos de negocios y por más que se esforzaba en concentrarse en esos papeles no lo lograba, deseaba volver a ver esos ojos café que lo dejaron maravillado. Habían transcurrido unas horas y David se apresuró para salir temprano de su trabajo y dirijirse al lago donde esperaba encontrarse con Katherine.

El Recuerdo del DuqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora