Katherine fue llevada a su habitación por una anciana llamada Anna, quien es la esposa del mayordomo, el señor Alex.
-Mi Lady, está será su habitación. - añadio Anna deteniéndose frente a una puerta y abriéndola a su paso.
- Gracias señora Anna. - se limitó a contestar, se sentía perdida, encerrada en un lugar recóndito donde no podría ser hallada, sus esperanzas desaparecieron del todo, esta sería su nueva vida y debía adaptarse. Al adentrarse a la habitación no pudo dejar su asombro a un lado, era un lugar precioso, de colores pasteles, un diván antiguo pero en buen estado cuyo color hacía resaltar el mueble dentro de la habitación, es cálida, con una cama en el centro de ella, acompañadas de unas mesitas que hacían juego. - Es hermosa. - dijo Katherine volviendo en si.
-Lo es, Lord Dheanycco mando a prepararla hace algunas semanas, quería dejarla en perfecto estado para su uso. - dijo Anna.
Marlon había presentado a Katherine como la nueva duquesa, ella al escuchar esas palabras sólo pudo sentir asco, y aunque deseo desmentirlo, decir que estaba allí en contra de su voluntad, no podía hacerlo y simplemente se limitó a asentir a cada una de las palabras pronunciadas por ese caballero detestable.
-Que lindo gesto. - dijo Katherine sin expresión alguna.
-La puerta continua da acceso a la habitación de Lord Dheanycco. - Añadio Anna, señalando la puerta que estaba detrás de ella, y haciendo una reverencia para retirarse.
-Gracias Anna. - dijo Katherine tomando asiento en el diván.Unos minutos después fue consiente de que no solo había sido presentada como la duquesa, sino que sus pertenencias permanecian en la Villa Lincano. ¿Que haré ahora? Tengo que hablar con ese detestable duque si no quiero quedarme sin vestimenta. ¿Pero y si se molesta? ¡Deja de ser cobarde Katherine, se valiente y ve!. - se dijo así misma, armandse de valor.
Katherine se sentía nerviosa, no sabía cómo reaccionaria el duque, pero debía ir a buscarlo y pedir que mande por sus cosas al menos, no podía tenerla sin vestimenta, salió de su habitación, bajando las escaleras sigilosamente, revisando cada una de las puertas a su paso, hasta dar con una de donde provenían unas voces, en cuanto se acerco más a ella escucho una voz familiar, así que decidió abrir la puerta para saber de quien se trataba. Al adentrarse se encontró con Adrián, el amigo se David y socio de negocios.
-Buenos días. - interrumpió de improviso Katherine, haciendo que los caballeros se sobresaltaran. Habían transcurrido un par de horas de su llegada al infierno y para ella era una eternidad.
-Buenos días Lady Katherine, ¿Qué la trae por acá?. - preguntó Marlon.
-¿Katherine?. - preguntó Adrián girandose hacía ella y comprobar de quién se trataba.
-Si, soy yo. - respondió Katherine. - Me encuentro aquí porque necesito hablarle.
-Más tarde lo haremos, en estos momentos me encuentro ocupado como habrá notado. - dijo Marlon haciendo un ademan con la mano para que se marchará, el que Adrián la viera no era bueno.
-Con permiso. - dijo Marchandose, al salir no pudo evitar sonreír, alguien más la había visto, sabía donde estaba y en ese momento la esperanza que había perdido volvió a calarse en ella, resurgió de nuevo, estaba segura de que David la encontrará.-¿Que hace ella aquí?. - preguntó Adrián, confundido.
-No es tu asunto. - respondió Marlon.
-Si lo es, así que o me dices que ocurre o yo mismo me la llevaré de aquí, te guste o no. - dijo Adrián, mirándole a los ojos sin temor alguno.
-Te dije que no es tu asunto, no te entromentas o saldrás lastimado. - atacó Marlon.
-¿Me estás amenazando?. - preguntó Adrián.
-Es una advertencia, no te metas o yo mismo te mato ¿entiendes?. - puntualizó Marlon.
-Eres un cobarde, ¿la trajiste a la fuerza solo por no fijarse en ti?. - preguntó Adrián.
-Ella es y será mía, y si no pues la matare y no será se nadie. - Dijo Marlon furioso.
-¡Bravo marlon, si que sabes conquistar a una dama! Ella no te ama y no lo hará, ¿es que no te ves? Eres un demente. - increpó Adrián.
-Mejor callate querido primo o tu la acompañaras al más allá. - amenazó Marlon.
-David vendrá por ella y la encontrará. - dijo Adrián.
-Ese imbecil nunca la encontrará y si lo hace pues.... Lo mato. - dijo marlon.
-¿Que pretendes con todo esto?. - preguntó Adrián.
-Que solo sea para mi, ¿que no entiendes? Estoy enamorado de ella. - dijo Marlon.
-¿Enamorado? No, obsecionado es lo que estás, cuando uno ama desea la felicidad del otro, este o no a nuestro lado, el amor no se puede fingir, comprar o obligar a nacer, el solo nace y crece, como las flores. - dijo Adrián intentando hacerlo reflexionar.
-¡Basta ya! ¿Tú que sabes de amor?. - preguntó.
-Quizas no sea un esperto, pero se que el amor es bello, una fuerza única y especial que adoptan dos amantes para aliarse a estar juntos toda la vida. - dijo Adrián.
Marlon quedó pensativo, pero aún así no aceptó ninguna de las palabras dichas por su primo.
-Lograré que se enamore de mí, ya lo veras. - dijo Marlon saliendo del despacho y dejando a su primo solo.
-¡Eres un asco, maniático cobarde!.- Le grito Adrián antes de perderlo de vista. ¡Tengo que hallar el modo de ayudarla! - se dijo así mismo. ¡DIOS, ayúdame!. - pidió.
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El Recuerdo del Duque
RomanceEl duque de villahermosa en españa, un hombre de corazón noble y temeroso de Dios, conoce a una dama sin título alguno, una chica encantadora, quien desde el primer momento cautivo su corazón, el duque David Lincano no podía dejar de pensar en esos...