Capítulo 17

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·Arañas, muchas arañas·

Las fuertes piernas de los cuatro cazadores se encontraban en constante movimiento, atravesando el terreno accidentado en dirección al monte Natagumo. El camino era difícil, pero el propósito claro: completar la misión que les había sido encomendada.

A pesar de la seriedad de su tarea, no pudieron resistirse a jugar un poco para ver quién era el más veloz. Las risas y las bromas llenaban el aire mientras se turnaban para liderar el grupo, desviándose ocasionalmente del sendero para competir en carreras cortas.

Con el paso de las horas, la tarde se desvaneció lentamente y la noche descendió sobre ellos. Afortunadamente, ya se encontraban en las faldas de la montaña Natagumo.

—¡Esperen! —Zenitsu frenó de golpe, provocando que Inosuke chocara contra él.

—¡Desgraciado!

—¿Pasa algo? —Tanjiro miró fijamente al asustado Agatsuma.

—¡Tengo miedo! —los ojos de Zenitsu se llenaron de lágrimas.

Deja de llorar, das asco —Inosuke trató de despegarse de él, pero al mencionar sus miedos, se aferró aún más.

Lo dice el que tiene una cabeza de jabalí. ¿No perciben nada de esa montaña? —Zenitsu finalmente se apartó— ¡Esa cosa me da muy malas vibras!

Los tres volvieron a mirar la imponente montaña. ¿Era solo una simple montaña? ¿O había algo más oculto en su interior?

Si te quedas aquí no servirá de nada —Mey suspiró—, decide.

Tanjiro se puso alerta.

—¿Sucede algo? —la castaña observó a Kamado.

—Hay un olor raro —dijo Tanjiro, alejándose con velocidad. Los demás no tardaron en seguirle el paso.

—¡Esperen, no me dejen solo! —con algo de miedo, Zenitsu se encaminó para poder alcanzarlos. El miedo lo volvió a invadir haciendo que se quedara en su lugar— ¡Esperen!

Mientras avanzaban, Mey detuvo su andar de repente.

—¡Veo a alguien! —exclamó—. Es otro cazador.

Ayuda... —la voz del cazador herido era apenas un susurro.

Lleva el uniforme de cazador, algo sucedió —analizó Tanjiro, acercándose con cautela al herido—. ¿Estás bien? —intentó sostenerlo mientras el cazador parecía ser arrastrado por una fuerza invisible hacia la montaña, desapareciendo ante sus ojos.

¡AYUDA!

—Debo ir —dijo Tanjiro con determinación—. Quedénse y busquen a los heridos.

—Debemos ir todos, será mucho más efectivo si ayudamos —Mey se acercó, recibiendo una sonrisa de aprobación

De acuerdo, pero iremos con cuidado...

—Yo iré primero —declaró Inosuke, echándose a correr. Los demás lo siguieron, excepto Tanjiro, quien se quedó solo por un momento, reflexionando sobre lo que acababan de presenciar.

Juntos Hasta El Final [Tanjiro y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora