Capítulo 29

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•Al fin nos encontramos•

Omnisciente

El cielo estaba teñido de un azul profundo salpicado de estrellas, y una brisa suave mecía las hojas de los árboles, susurros tranquilizadores en la noche.

Mey se detuvo un momento para observar su entorno, inhalando profundamente el aire fresco de la noche. Las luces de la fortaleza se veían distantes ahora, y el silencio de la naturaleza envolvía el lugar en una calma apacible.

—Cualquier cosa nos avisaremos de inmediato ¿Vale? —Mey terminaba de colocar su katana en su funda, cada movimiento cuidadoso y meticuloso, como si cada detalle importara.

Zenitsu mantenía una enérgica sonrisa en su rostro, sus ojos destellando con determinación.

—¡Entendido! —exclamó con fervor, su voz resonando en la quietud de la noche.

Inosuke, por su parte, trataba de mantener los pies en la tierra con su habitual realismo, aunque no podía ocultar del todo su preocupación.

—¡Trataremos de encontrarlo! —declaró con determinación, su voz resonando con una mezcla de optimismo y precaución.

Poco tiempo después, todos partieron en diferentes direcciones, dejando a Mey sola en la oscuridad de la noche. Zenitsu se había llevado a Nezuko consigo, y aunque la castaña sabía que estaba en buenas manos, no pudo evitar sentir un vacío en su corazón al verlos partir.

Sin embargo, se consoló con la certeza de que Nezuko estaría a salvo con su amigo, un pensamiento reconfortante en medio de la incertidumbre que la rodeaba.

La pilar comenzó su búsqueda en los alrededores del lugar donde encontró el haori de Tanjiro, pensando que podría haber alguna posibilidad de que regresara por él. Cada minuto que pasaba se sentía como una eternidad, cada segundo pesando en su corazón con la esperanza de que encontraría alguna pista que la llevara hasta él.

El bosque susurraba secretos antiguos mientras Mey avanzaba entre los árboles, sus pasos silenciosos apenas audibles en la noche. La luz de la luna se filtraba entre las ramas, iluminando su camino con un resplandor plateado.

El tiempo parecía detenerse mientras Mey avanzaba, su mente centrada en una sola cosa: encontrar a Tanjiro. Cada susurro del viento, cada crujido de las ramas bajo sus pies, alimentaba su determinación, impulsándola hacia adelante en su búsqueda incansable.

Después de una hora de búsqueda infructuosa, Mey comenzaba a desesperarse. Estaba a punto de marcharse cuando un pequeño llanto rompió el silencio de la noche, un sonido frágil y solitario en la oscuridad.

La castaña siguió el sonido, su corazón latiendo con fuerza en su pecho mientras se acercaba al origen del llanto. Trató de ser lo más silenciosa posible, temiendo asustar a quienquiera que estuviera llorando en la oscuridad.

Finalmente, llegó al lugar y vio la cabellera característica de Tanjiro, iluminada por la luz de la luna. Un suspiro de alivio escapó de sus labios mientras se acercaba lentamente, sus ojos fijos en la figura solitaria.

—¡¿T-Tanjiro?! —exclamó en un susurro apenas audible, su voz temblorosa con la emoción contenida.

El mencionado se volteó lentamente, sus ojos encontrándose con los de Mey en la oscuridad. En ese momento, ambos se dieron cuenta de varias cosas.

Por parte de Tanjiro, era que se trataba de la misma cazadora de ayer, la misma que había encontrado su haori perdido en el bosque.

Y por parte de la pilar, Tanjiro ya no era humano, sus rasgos habían cambiado, sus ojos ahora reflejaban la luz de la luna con un brillo sobrenatural.

Juntos Hasta El Final [Tanjiro y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora