Juntos Hasta El Final [Tanjiro y Tú]

Capítulo 10

·Encuentros en la noche·

El sendero polvoriento se extendía ante ellos, mientras la luz del sol brillaba intensamente sobre sus cabezas.

Mey mantenía su mirada fija en el horizonte, ansiosa por llegar a su destino lo antes posible. El calor del mediodía empezaba a hacerse sentir.

—¿Falta mucho?! —la pequeña castaña mantenía su mirada en sus pies, sus piernas daban grandes pasos con la intención de acelerar el caminar.

—Un rato —Kamado no quito sus ojos de la chica, cuidando cada movimiento de su parte.

—¿Y ahora?

—Se paciente —brindo una cálida sonrisa mientras revolvía los cabellos de la chica. Le costó un poco alcanzarla.

—De acuerdo —pauso— ¿Tienes hambre? —miró al cielo, dándose cuenta del hecho de que el clima estaba a su favor. Hoy no pasarían frío.

—Uhm, no —la forma que toma su rostro para mentir es tan peculiar que para cualquiera sería extraño verla, no paso mucho para que el ruido de su estómago exigiendo sustento se escuchara.

—¿No?, te conozco muy bien y sé que esa cara la pones cuando no puedes ocultar algo —abrió su bolsa, su mano se adentró para sacar un onigiri y se lo acerco—, ten.

—Gracias —agradeció apenado—, y hablando de otra cosa ¿Ya....has pensado sobre lo que te dije?

—¿Sobre qué? —Mey le preguntó regresando su mirada al cielo.

Tanjiro no era tonto y al igual que ella la conocía bastante bien, tanto que cuando mentía a alguien nunca los miraba a los ojos, decidió dejarlo asi, tal vez aun no era el momento, no quería hacerle pasar un rato incómodo.

—Tan despistada como siempre —negó con su cabeza, dibujando en su boca una leve sonrisa—. De acuerdo, lo dejaremos para otro momento.

—(Uff...) si tú lo dices. Es ahí ¿No? —Mey preguntó señalando un puente.

—Significa que hemos llegado. Ahora a preguntar acerca de las desapariciones

—Pobres chicas, desaparecen sin dejar rastro —su mirada se ablandó mostrando una triste—, pero para eso estamos aquí.

—Les ayudaremos.

Cruzaron el puente corriendo. Al llegar solo escucharon los susurros de las personas, cosa que empezaba a dejar dudas.

—Mira es Kazumi, está destrozado...

—Si, se llevaron a Satoko cuando estaba con ella.

—Pasa cada noche... que horror, poco a poco se las van llevando.

—Tanjiro, el joven de ahí debe de saber algo —la ojinaranja susurró mirando en dirección al chico—, estaban hablando del bastante mal.

—Justamente eso te iba a decir.

—¿Qué esperamos? vamos —comenzó a acercase al joven— ¡Kazumi-san, ¿Podemos hablar un momento contigo?

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