Juntos Hasta El Final [Tanjiro y Tú]

Capítulo 23

•¿Dónde está?•

El vapor del tren se mezclaba con la brisa nocturna, creando una neblina misteriosa que envolvía a los cazadores mientras se preparaban para enfrentar al demonio.

La oscuridad de la noche añadía un aura de suspense a al entorno, con la luz de la luna iluminando débilmente el paisaje circundante.

Mey podía sentir el frescor del aire nocturno en su piel mientras se preparaba para la batalla, su corazón latiendo con fuerza en su pecho.

A lo lejos, las estrellas brillaban en el cielo, ofreciendo una débil luz que apenas iluminaba el techo del tren donde se libraba la lucha entre el bien y el mal.

—Esto se está poniendo feo, chicos. Preparémonos para lo peor —advirtió Mey, su voz firme a pesar del nerviosismo que sentía en su interior.

—No te preocupes, Mey, estamos juntos en esto —respondió Tanjiro, su espada en mano y una sonrisa desafiante en el rostro.

—¡Sí! ¡Vamos a darles una buena paliza a esos demonios! —exclamó Inosuke, con ira en sus ojos azulados.

Nezuko asintió, sus ojos ardientes reflejando su compromiso con la batalla que se avecinaba.

Y Rengoku Kyojuro, el pilar de la llama, brillaba con una intensidad deslumbrante, su espada lista para la acción.

Los golpes resonaban con fuerza en el metal del tren, cada choque de espadas una danza mortal entre la vida y la muerte.

—¿Saben? Amo darles sueños horribles a las personas después de haber tenido uno hermoso, pero creo que ustedes deberían sufrir un poco —la voz del demonio resonó en el aire, cargada de malicia y desdén.

—Susurro hipnótico convincente...

El demonio lanzó una técnica de sangre, y como efecto, los cazadores se quedaron dormidos.

Los cazadores apenas pudieran percibir un destello de terror en sus sueños antes de volver a despertar..

—(Así que...se suicidan en su sueño para poder despertar) —pensó el demonio comprendiendo como lograban salir de su técnica.

Kamado se acercó lo suficiente como para poder cortar la cabeza del demonio.

—¡Segunda postura, rueda de agua!

Lo logró, pero la sorpresa llegó cuando el demonio reveló la verdad.

—Ese no era mi verdadero cuerpo, ¡Mi cuerpo es este tren! —gritó el demonio con una risa maníaca que resonó en el aire.

Doscientas vidas estaban en riesgo, y los cazadores sabían que debían hacer algo.

Llamaron a su amigo pelinaranja.

—¡Zenitsu! —exclamaron al unísono, con la esperanza de que él pudiera ayudar a proteger a los pasajeros.

Agatsuma llegó al instante, listo para luchar junto a sus compañeros. Pero no estaba solo, pues contaba con la ayuda de Inosuke, Nezuko y, por supuesto, el pilar de la llama.

Una feroz batalla se había desatado, llenando el aire con el choque de espadas y el estallido de técnicas de respiración.

Algunas personas resultaron heridas, incluidos los protagonistas, pero persistieron en su lucha contra el demonio.

Lograron acabar con la criatura, pero la victoria fue efímera, ya que otro demonio hizo su aparición, interrumpiendo el momento de celebración.

Para sorpresa de todos, el nuevo enemigo resultó ser una de las Doce Lunas Superiores.