Juntos Hasta El Final [Tanjiro y Tú]

Capítulo 5

·Semillas de esperanza·

—En este mundo existen criaturas que se alimentan de personas, los demonios. Sólo existen dos maneras de terminar con ellos, la primera siendo que los rayos del sol los toquen y la segunda cortandoles la cabeza con una katana especial. Las personas que tiene como oficio acabar con ellos, tienen que enfrentarse a ellos con el riesgo de perder una parte del cuerpo, o peor aún, morir. Desde ahora seré su instructor, lo que significa que los entrenaré a mi manera para que se conviertan en cazadores de demonios, tienen que pasar la selección final, seré yo seré quién decida si pueden participar o no.

Tras este discurso dió comienzo a la ardua rutina de entrenamientos.

Durante el entrenamiento, Urokodaki no solo les enseñaba las técnicas de combate, sino que también les inculcaba valores fundamentales para convertirse en cazadores de demonios verdaderamente dignos.

Les hablaba sobre la importancia del coraje, la compasión y la perseverancia, recordándoles constantemente que la verdadera fuerza reside en el corazón y la mente, más que en los músculos y las armas.

Con el paso de los días Mey junto con Tanjiro, evitaban de manera ágil las trampas, cabe decir que, desde siempre han hecho un gran equipo y ahora más que nunca esto les ayudará para completar su entrenamiento.

Sin embargo, también las trampas subieron de dificultad, tanto que están hechas para acabar con la vida de alguien.

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—¿Respiración de concentración total? —la voz de la chica era dudosa, siempre temiendo tener una respuesta por parte del mayor.

—Si —afirmó Urokodaki—, después les enseñaré las diez posturas de agua. 

—(Esto...será malo) —Tanjiro suspiró sin quitar la vista del de máscara.

La palabra malo no da significado a su propia extensión cuando de respiración de concentración total se refiere.

Es aún peor cuando era momento de sentir el agua.

La asfixia, pesadez, malos recuerdos y miedo eran más fuertes unidos con el sentido de la supervivencia. Tener que nadar o estar cerca de mucha masa de agua.

—Uh, Urokodaki...creo que no es necesario que aprenda las posturas de agua —Mey mantenía su sonrisa a pesar de sentirse insegura. Lo menos que quería era mostrarse débil .

—Es necesario llevarse bien con el agua si quieres convertirte en cazadora —respondió el anciano, llegando al borde de la gran cascada.

—Puedo...aprender solo la respiración de concentración, no...me siento bien cerca del agua.

—Mey, si no enfrentas tus miedos, jamás podrás superarte. La debilidad no es una característica de un cazador de demonios.

—Urokodaki, algunos miedos son traumas. Mey tiene uno desde niña con el agua por culpa mía, no creo que obligarla a sal..tar.

Los reflejos del hombre fueron más rápidos que las palabras del chico.

—¡Mey! —gritó Kamado, lanzando su cuerpo con esperanzas de atraparla .

Minutos después, la castaña estaba en sus brazos tosiendo el agua que había ingerido. Ningúna parte de su cuerpo se dañó, solo fue un susto.