¿Se podía vivir en el infierno aun estando en vida? Muchas veces se lo había preguntado día y noche, la misma pregunta merodeaba en su mente.
Se juró miles de veces que debía ser fuerte y seguir su camino, el camino que ya había trazado y no podía fallar en él.
Debía buscar una salida y aquella luz estaba en el hombre que debía darle el resultado de todo.
Hacia nueve meses o aún más la soledad abarcaba en ella, era su compañía en todo momento y no sabía si sentirse bien al tenerla o triste al sufrirla. Lo necesitaba, pero no había marcha atrás cuando una sombra la seguía y solo él podía ayudarla a liberarse de ella. Miró su palma donde posaba el frio metal negro. Nueve meses fueron arrebatados de sus manos y hoy era tiempo de seguir con el plan inicial. Miró la mecedora vacía.
A horas de haber dado a luz su hijo había sido arrebatado sin piedad de sus brazos. La traición podía ser muy grande cuando lo hacia la persona que más te importaba en la vida.Gimió de dolor tocándose su bajo abdomen, las lágrimas corrían por sus mejillas sin cesar. Con pasos lentos salió del edificio en mal estado, afuera de este había un vehículo con varios hombres apuntando en la entrada.
—¡Déjame ir Akdan! —Gritó la rusa desesperada. —No quiero seguir con esto...
El árabe camino hasta ella, su mirada seria demostraba lo difícil que era salir de allí.
—Primero cumple tu parte del trato. No he llegado hasta aquí por tu estupidez —En un rápido movimiento el árabe quito el arma de su mano y la tiro lejos. —Eres buena en tu profesión.
Lo último que Kira había visto era la sonrisa siniestra del hombre ante que todo se volviera negro. Despertó en medio de la oscura carretera desierta dentro de un vehículo. Al recordar lo que había pasado grito de impotencia y frustración, estaba cansada de pagar las deudas de su hermana gemela. Sintió un escozor en su pierna y ahogo un llanto de dolor al ver lo que le habían hecho. Con sus manos temblorosas abrió la venda cubierta de sangre, habían sido tan sanguinarios para hacerle un tajo largo visiblemente.
Dos horas llevaba recorriendo la desierta carretera sin parar un momento sabiendo que ese mínimo minuto sería un encuentro a su muerte segura.
—Al fin. —Murmuró, suspirando de alivio al ver la Villa Vólkov iluminada y con los infaltables guardias a su alrededor.
Avanzo lentamente a la entrada siendo detenida por dos armados guardias.
—No tiene permitido entrar. Es una villa privada señorita.
—Soy la prima de Nikolay. Estoy gravemente herida —El hombre asomó la cabeza y vio la venda roja sobre su pierna. —Nikolay sabe que llegaría, se molestaría sino me ve llegar.
Estos dudosos asintieron e hicieron seña para abrir las rejas. Miró la mansión iluminada frente a sus ojos mientras se acercaba a la entrada, nunca había tenido la oportunidad de llegar hasta allí y ser la señora Vólkov, había llegado a sentir cariño por aquel hombre o quizás tal vez su corazón ya le pertenecía y no deseaba aceptarlo.
—Tiene que entrar por aquí —Un guardia la acompaño a la mansión dejándola en la sala. —Llamaré al señor, debe esperar aquí.
Asintió y se sentó a esperar. Miró su pierna mal herida, debía curarla ante de sufrir una terrible infección.
—¿Así que eres mi prima? No recuerdo tener una, espero que sea algo importante como para engañar a mis hombres. —Su ronca voz hizo que sus nervios se alteraran. Se levantó con un gemido de dolor y lo miro —¿Tú? ¿Qué haces aquí?
—Hay algo importante de que hablar, si no fuera por eso no estaría aquí. Necesitó tu ayuda.
—¿Mi ayuda? —Repitió con burla —Después de que me hiciste perder millones ¿esperas que te ayude? ¿qué clase de mujer eres tú? es mejor que te vallas de aquí si no quieres salir muerta, no debiste venir.
Dispuesto a volver, ella lo freno. De verdad necesitaba su ayuda.
—¡Es nuestro hijo! —Gritó desesperada haciendo que detuviera sus pasos y la mirara nuevamente —Te pido por favor que me ayudes. Fue arrebatado de mis brazos, si quieres que me arrodille ante ti lo hare, solo ayúdame a traerlo de nuevo. El corre peligro Nikolay.
La pelinegra podía jurar que todo lo que había dicho podía cambiar su vida, así como lo había hecho con la de ella. Un niño era una responsabilidad grande en su vida y Nikolay no estaba acostumbrado a una responsabilidad como esa.
—Deja de mentir con algo así.
—No miento, el nació hace unas horas, tienes que ayudarme. Es sólo un bebé y sé que le harán daño.
Nikolay se pasó las manos por la cara, con el tiempo junto a él sabía que solo hacia ese gesto cuando se sentía frustrado de un problema.
—¿¡Y ahora me dices que tengo un hijo!? ¿Dónde carajo estuviste estos nueve meses? Te busqué y ninguna señal había de quien me traicionó por dinero —Volvió a gritar, a este paso todos debían saber que no eran primos.
—¡Yo no te traicione! El que de verdad lo hizo fuiste tú. Por eso esa noche no estuve a tu lado, no busques darme solo a mí la responsabilidad de algo.
—¿De qué hablas? Nunca hice tal cosa, no quieras tapar lo que tú hiciste.
—Es mejor dejar esto para otro momento. Necesitó que me ayudes a traer a Akim.
—¿Akim? Un niño.... ¿Que tendré a cambió? Te llevarás al niño como la astuta mujer artera que eres y nuevamente quedare engañado por la maldita mujer que eres.
—No pretendo alejarme al menos que me lo pidas. Solo quiero a Akim a mi lado.
Nikolay la miró con expresión que desconocía siendo él. Sus ojos negros que una vez admiro con fascinación ahora los veía fríos como la noche que los acompañaba, miró su vestimenta y solo estaba con un pantalón Jean y su camisa abierta dejando a la vista su bien trabajado cuerpo.
—¿Estabas durmiendo? Lo siento por la hora no tenía...
—Hacía cosas más importantes que dormir, otra mujer ocupa el lugar que tu tenías —Exclamo sin ocultar su amargura —Le diré a alguien que preparen una habitación para ti, mañana a primera hora enviare a alguien que busque donde está el niño.
—Lamentó todo lo ocasionado, como lamentó que por lo que dices que te hice muchos lo pagaron, pero nunca te traicioné —Miró su espalda, esperando una respuesta de su parte sin embargo lo vio perderse escaleras arribas.
¿Qué era lo que quería? Era tan simple como la luz de la luna, debía hacer aquello y mucho más por ellos. Sin embargo, ¿Cómo podía jugar a un juego donde había un inocente y sentimientos de por medio?
ESTÁS LEYENDO
Sin Salida #1 (Serie Rudos Deseos )
Teen Fiction¿Que pasa cuando de la noche a la mañana no encuentras a la persona que querias? O mejor aún, como era sentirse traicionado por quien quieres?. Nikolay Vólkov, un hombre dispuesto a todo. Pero en su camino no estaba la idea de una luz en el oscuro...