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Nikolay suspiró al darse cuenta que no llegaría a nada con el juego que se estaba metiendo sin saber las reglas, aunque poco le importaban las reglas.

Se dirigió a la puerta de la habitación y salió de ella dirigiéndose nuevamente a su despacho. En ese momento se sintió como un verdadero estúpido yendo y viniendo en busca de respuestas en su propia casa. Cuando en su vida todos iban a él, ahora se sentía como su primera vez yendo hacia otra persona.

—Aquí tienes Nikolay —Dijo Mijaíl entrando a su despacho sin llamar.

Dejo sobre la mesa una carpeta de color marrón, al abrirla encontró toda la información de Kira la cual nunca vio a pesar de llevar dos meses con ella y ahora madre de su hijo.

Leía cada detalle del documento y sentía su cuerpo tensarse ante todo lo que había allí. Sentía la invasión de un nuevo sentimiento nuevamente y era nada más que furia. Él no era el único, había más a quien había seducido y robado, tenía un expediente lleno de robos valiosos, joyas de importantes ministros, bancos. Por primera vez sintió que había pensado mal ante ella, creía que todo podía tratarse de una confusión, pero lo que estaba en sus manos decían otras cosas. Lo más importante era que no había expediente de parto, en ningún hospital del país había datos de un nacido.

"El niño no existe" pensó.

Nuevamente aquella adúltera mujer le quería estafar.

—Tranquilízate Nikolay —le hablo Mijaíl que al parecer aún seguía en la habitación sentado con un vaso de whisky en su mano, despreocupado.

Mijaíl era su mano derecha, lo más cercano a un familiar, eran como hermanos. Sabían que en su mundo solo ellos se confiaban lo importante.

—¿Que paso? —Preguntó Mijaíl al verlo en ese estado.

—Tiene un expediente relleno de delitos, asesinatos, robos importantes que toda la policía está en busca de ella. Y lo más valioso fue robar una joya de medio millón a la embajada de España. Esta manchada hasta el cuello. Pero lo sorprendente es que llegó a mi casa con la excusa de ayuda de buscar un niño falso que no existe —Dijo con rabia al tan sólo pensar en la mujer que estaba a unos metros de él.

"Si no fuera mujer la asesinaría con mis propias manos" pensó.

—¿Qué piensas hacer?

—La tendremos vigilada, esperaremos su primer paso y nosotros daremos diez pasos más ante que ella. La búsqueda del niño queda suspendida, dio información de un niño que no existe. Puedes irte.

Al estar sólo, tiro su vaso contra la pared, estaba cansado de tener nuevos sentimientos con su aparición. No conocía al niño, pero sentía su corazón latir de emoción al pensar que era padre, que le daría lo que a él no le dieron y, sobre todo: tendría un heredero. Pero todo se había ido a la basura cuando en ese informe no había nada de ella, al igual que su vil mentira de llamarse Kira cuando su nombre era Kiara Lébedev.

Después de todo había hecho una mala elección al elegir a Kira y no a Natasha que hacía todo lo posible por intentar comprender su mundo y su ritmo de vida, pero eso había cambiado. Ahora la tenía a ella para desposarla y amarla. Dejando a un lado la irá, la incredulidad y el disgusto, se vio liberado inmensamente de su obsesión por Kira.

—Vamos a ver que tantas tramas Kiara —Susurró mientras bebía de su bebida alcohólica.

Natasha tenía todo lo que el necesitaba en una mujer, el conocía todo de ella. Sabía que era una niña huérfana que al crecer se convirtió en toda una mujer voluptuosa. Él quería creer que era la mujer que buscaba y no necesitaba seguir en su búsqueda. Sin embargo, en la "Relación" que él tenía con Natasha no había amor, solo una relación en una cama cuando él lo quería, su compañía lo hacía olvidarse de su mundo mostrándole una parte que él quería de ella sin amarla. Le fascinaba la forma de ver el mundo ante sus ojos, veía lo bueno de las cosas y un futuro de fantasía que él no podría brindarle ni asegurarle.

Sin Salida #1   (Serie Rudos Deseos )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora