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Lo discutieron amablemente, pero ella insistió en que fuese un matrimonio donde primero se conocieran, no querían llevarse alguna sorpresa cuando estén casados. Estaba decidida a enamorarlo, si iba a estar con él, por un tiempo largo. No quería ser la muñeca de casa, con un marido en sus andanzas. 

- ¿Estas listas? –dándose vuelta Nikolay guardando su celular miro a quien pronto seria su esposa cambiando al niño en aquella cama de hospital.   Se acercó a ellos para alzar al pequeño, esperando que Kira levantara su bolso, por acto tomo la mano de la mujer. Creía que hacer ese acto era avanzar en algo bueno; la confianza.   - Te dejare en casa y me iré. Estoy en un proyecto importante que debo supervisar yo mismo y no Mijaíl.  

Caminaron por los pasillos, atrayendo las miradas de un grupo de médicas residentes que habían elegido aquel hospital para llevar a cabo sus prácticas.   ¡Y valla que habían elegido el mejor hospital, si sus pacientes iban a ser como aquel hombre! Pensó una de las tantas  que lo miraba lasciva.   Kira había notado las miradas cuando habían pasado por su lado. Haciendo que su inseguridad aumentara, como también se había dado cuenta que ni un ápice de mirada buena había recibido, solo dos miradas de aquellas médicas que solo le hizo ver la poca cosa que era al lado de semejante hombre. La vida y las constantes críticas de su hermana le habían hecho que fuera insegura de su cuerpo y de todo lo que ella hiciera. La única perfecta era su gemela.

  - No debes bajar la mirada cuando estés a mi lado. –comento Nikolay, rompiendo el silencio.  

Al llegar a la salida, soltó su mano para abrir  la puerta y dejarla pasar, fuera los esperaba un trabajador esperando por él y su familia.

   - Lo siento, no quería hacerte avergonzarte, solo que no soporto que me miren con lastima. 

- No me avergüenzo de ti. No quiero que te dejes mal valorar por alguien que seguro tiene sus problemas y no se ocupa de ellos. Hay personas que querrán hacerte sentir inútil e ignorantes. Pero eres fuerte Kira, pronto se solucionara todo esto ¿De acuerdo? –volvió su mirada a ella, quién estaba observando por la ventanilla del vehículo.

   - Toda mi vida viví en las sombras de mi hermana, todo en ella era perfecto, ella me enseñó a salir de mi caparazón, mi primera vez quería que fuera especial. Pensé en entregarme al hombre que me amara y me valorara como mujer. Me hizo creer que nadie me querría si era pura, fui tan ingenua que a mis catorce años caí en su trampa y me entregue a alguien que solo me hizo sentir poca  cosa y me lastimo. No encontré ningún placer a aquello.   

Lagrimas caían de sus ojos, había aprendido a ser fuerte pero al verla sufrir por su hermana que no merecía nada de aquello, lo hacía sentir vulnerable, sentía la necesidad de protegerla y decirle que todo estaba bien. Aunque sabía que solo se mentiría el y a ella.  Una pregunta que nunca había tomado el tiempo de saber la respuesta y ahora le daba miedo saberla.

   - El día….que nos conocimos en el club, ese día ¿Tu querías hacerlo? 

- Si, ese día había ido en busca de olvidar todo el problema que mi gemela me había metido. No estaba en mis planes estar con un hombre. 

Solo eso hizo que el corazón de Nikolay bombera con más fuerza. Sentía que había cometido una violación y eso le daba terror de pensar. 

- Pero no espere que al verte, sintiera la necesidad de estar con un hombre y de todos ellos estabas tú, que era con quien quería estar. –limpio sus lágrimas de sus mejillas sonrojadas por la confesión. Haciendo que el ego de Nikolay se fuera por las nubes. 

- ¿Te gusto? ¿sentiste placer tanto como yo esa noche? –sonriendo se acercó un poco más a ella aun con el niño en brazos, con una mano acaricio su pierna derecha tensando de forma placentera a la joven. 

- Deja de decir eso Nikolay y deja de tocarme –a ese tiempo ella ya estaba aún más sonrojada que antes.  

  - Solo quiero una respuesta Kira y dejare de tocarte si quieres –subió un poco más su mano, llegando a su entrepierna acariciando por encima del pantalón.   Los dedos largos de Nikolay causaban estragos de placer en ella, dejándose llevar. A ese punto no sabía si quería que parara, quería más y ella lo aceptaba.

Un gemido de su hijo la hizo salir de su burbuja de éxtasis para mirar a Nikolay que solo sus ojos transmitían deseo. 

- Por favor –suplico posando su mano arriba la de él, que aún le tocaba, llegando a su clítoris.

- ¿Por favor? Solo quiero saber si lo disfrutaste tanto como yo esa noche. Dilo Kira.

- Si –gimió –.Lo disfrute como nunca.   A ese punto ya estaban llegando a la entrada de la casa, Nikolay agarro su nuca y la beso con ferocidad, al separarse la miro directo a los ojos. 

- Quiero que estés así siempre, ida por el deseo, firme, sin dejar que te lastimen.

   Se apartó de ella bajando del vehículo, esperando que uno de sus hombres abriera por ella la puerta, y así fue. Camino hasta el, con el rostro aun sonrojada, dándose cuenta que no solo el niño los había escuchado sino que su chofer también.  

Sin Salida #1   (Serie Rudos Deseos )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora