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—Cuando mueras trataré que no sufras mucho. Le darán una linda madre a tu hijo de seguro estará orgulloso de ella cuando crezca.

Pensó en la futura esposa de Nikolay y un sudor frío le recorrió, no esperaba que su amigo consuma matrimonio con aquella mujer.

—¿Madre?

—Así es, lo cuidaré, pero no seré su padre. Otra persona estará con él, cuando mueras te daremos un "Honor" de hacer saber que eres Kira como supuestamente eres.

—¡Soy Kira! —Gritó, mirándolo horrorizada con todo lo que le había dicho —No puedo creer que me digas todo esto, que poco humanos que pueden ser, un día tu sufrirás incluso más de lo que yo lo hago.

—¿Acaso es una predicción? Tiemblo del miedo cuando una mujer me amenaza. Cuando vas directo al encuentro de otra persona.

Kira se quedó callada sin saber que decir ni hacer. Era mejor callar ante de seguir hablando con su secuestrador que se tomaba la confianza suficiente para contarle su futuro incierto de muerte.

Miró el caminó que se le hacía familiar, no entendía que estaba pasando en ese momento. Si sentirse aliviada al ver donde iban o terror al saber que Nikolay ya no andaría con juegos para ella. Demasiado habían jugado al gato y el ratón.

Su acompañante bajo primero para abrirle la puerta a la mujer.

—Bienvenida nuevamente pequeña escurridiza, vamos.

Caminaron hasta la puerta principal adentrándose al enorme vestidor, que fueron recibidas por Lidya que miró al bebé que dormía en los brazos de la madre.

Fueron hasta la sala donde fue atendida la primera noche por Nikolay.

—Quédate aquí, llamaré a Nikolay. —Asintió y se sentó en el sillón a esperar al padre de su hijo. Miró al pequeño, no podía creer que aquél pequeño fuera su hijo, nunca se imaginó que el destino le daría un hijo nuevamente, que la vida le podría ser tan injusta, que su hermana no pensará en ella y en su sobrino que no sabría que tenía o tal vez si lo hacía.

—Perdón Akim —Susurró llorando silenciosamente —Perdón por todo lo que te hice pasar siendo apenas un pequeño, perdón por tener la madre que tienes, por un padre que no te siente. Fui egoísta de secuestrarte a una familia que te darían todo lo que necesites, pero eres mi hijo mi sangre. Mi pequeño Akim y mi salvación.

Lloró por no ser una buena madre, por no tener un destino sano para Akim, por saber que en su vida solo sería un desdichado cuando la encuentren y muera. Por estar sola y no tener nada para darle. Solo era una chica que había sido abandonada, con un sueño que se había derrumbado a todos pensar que era la problemática de su hermana Kiara. Una mano grande se posó en su brazo izquierdo, miró hacia atrás donde estaba Nikolay y a una distancia aquel hombre que la miraba con lástima. No le importaba que la miraran con lástima, ella era así; vulnerable.

—Él es Akim —Murmuró, secándose las lágrimas. Levantó la cabeza encontrándose a los oscuros ojos de Nikolay que la miraba tratando de desnudar todo lo que atreves de sus ojos podía tener. Apartó la mirada mirando a su pequeño hijo despertar intentando acostumbrarse a la luz de la habitación.

—Debía irme si lo quería de nuevo, si vas a matarme hazlo de una vez, pero cuida de Akim.

—¿De qué hablas? ¿Eres tonta aparte de mentirosa?

Sentía perderse en la oscuridad al escuchar sus palabras, el jamás lastimaría a una mujer y menos al ver que su hijo si existía y no era porqué confiaba en ella, sino por el parecido del niño con él.

Sin Salida #1   (Serie Rudos Deseos )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora