—¿Quién es él? —Le preguntó a la joven que iba a limpiar. Nikolay se había dignado de dejarla deambular en la casa.
—Mijaíl Ivanov. Su familia tiene una villa a unos kilómetros de aquí. Tiene mucho dinero al igual que el señor.
—¿Está casado?
—Debes de estar bromeando, las mujeres se lo rifan ¿Por qué lo preguntas? ¿Crees que tienes alguna oportunidad? Para un hombre como él, pocas son las mujeres que le interesa y tú no eres una de ellas- se había burlado.
Le fastidiaba qué pensarán que preguntaba por querer estar con él, solo era mera curiosidad por saber el que la amenazo. La declaración de Nikolay le había hecho volver a pensar en cosa que le había dejado una lección. Arropó al hijo de Nikolay y le sonrió con cariño. Le gustará o no, Akim era como su padre en miniatura.
Sin embargo, si ella podía hacer algo, Akim nunca consideraría a las mujeres como trofeos sexuales o tal vez nunca llegaría a hacerlo.
Al remover aguas pasadas, le vino aquel recuerdo del prendedor con diamantes para el pelo que su madre le había regalado. No le dolió nada desprenderse de él por qué no lo había usado nunca y no llevaba una vida en la que los prendedores con diamantes fueran muy útiles. Le encantó comprobar que valía mucho más del que había imaginado. Pudo pagar un pequeño departamento en mal estado y sus alimentos del día en la venta del material.
Se sentía relajada en el patio de aquella mansión, era como si eso le hiciera falta después de todo. Sintió pasos detrás de ella, tuvo que levantar cabeza para ver al hombre moreno vestido con un traje gris que había delante de ella.
—Te abría llamado para avisarte que vendría a recogerte, pero nadie me atendía y no tienes un teléfono propio —Habló Nikolay con una voz cristalina.
Su cristalina voz le recorrió la espina dorsal como si la tentara a algo oscuro y prohibido. Sus sentidos se pusieron en estado de máximo alerta, sin saber bien que es lo que hacía, se levantó del sillón redondo, cómo si se sintiera inconscientemente amenazada.
—¿A dónde?
—Me pediste un control todos los meses al niño, tiene un mes. Imaginó que tiene que ir a uno. —Dijo obvio, Kira mentalmente quería solo auto golpearse por siempre pensar que la separarían de su hijo.
—No lo había recordado, tienes razón. —Miró los ojos negros del hombre. —¿Puedes cuidarlo? Me iré a preparar.
El hombre asintió, segura de que él lo cuidaría caminó hacia adentro de la casa. No sentía confianza en dejar a su hijo con nadie que no fueran los que sus ojos dieran la aprobación. Se había obsesionado tanto con el niño que Nikolay había tomado la decisión de por las noches dejarlo al cuidado de sus niñeras y en ocasiones de día también. Le parecía desconocido estar en paz sin que la quisieran llevar por ser igual a la problemática de su hermana, aún no tenía la confianza con Mijaíl, había vivido en un mundo donde ni de los que más conoces puedes confiar, un día te daban la mano y al otro te apuñalaban por la espalda. Nikolay había investigado más de su caso, y efectivamente tenía una hermana que si no la conociera podían decir que era una sola persona con dos personalidades. Kiara era una mujer astuta, donde iba no dejaba huellas, pero si problemas que sobre caían en los hombros de Kira.
Una vez lista salió hacía donde estaban padre e hijo.
—Podemos irnos ya. —Dijo llegando a su lado, sacándole los seguros al coche infantil y caminar detrás de Nikolay, hasta llegar a una Ranger Roger.
—No piensas meter eso ¿O sí? —Apuntó al coche infantil, Nikolay tenía una obsesión con todos sus autos y aunque fuera algo de su hijo, no permitiría una ralladura o abolladura a alguno de sus vehículos.
—Pues obvio que se puede llevar Nikolay. Tienes que desarmarlo.
—¿Acaso tienes algo para desarmar? Mejor déjalo allí, no tenemos tiempo para ponernos a desarmar eso. — Kira tanto cómo el chofer, lo miraron raro. No era cosa de otro mundo desarmar un coche de bebé, sin pensarlo empezó a reír, el conductor aguantaba el momento. Él era padre y sabía cómo era eso, sin esperar ser llamado fue hasta el cochecito sacando sus seguros del lado, dejándolo plano para meterlo en el baúl.
El rostro de Nikolay se tiño en un leve sonrojo, al ver como su empleado hacía algo tan fácil.
"Debía aprender muchas cosas" se reprendió sólo, subiendo a la Ranger seguido por su hijo y Kira.
No era un silencio incomodo entre ellos, pero tampoco placentero. Se sentían como dos desconocidos atrapados sin saber que hacer.
—Cuando te investigue por primera vez me dieron el informe de tu hermana donde decía utilizar tu nombre en muchas cosas. Trataré de contactarme con sus juegos y empezar a buscar su rastro.
Kira dejó de mirar por la ventana para mirarlo a él, que miraba al frente.
—Gracias.... aunque no es tu obligación, puedo hacerlo yo, demasiado me dejas hospedarme en tu casa y los llantos de Akim no debe ser placentero para un hombre como tú.
—¿Un hombre como yo? ¿Como describes un hombre como yo? —Nikolay la miró con interés.
—Un hombre que vela por lo que quiere, tienes más problemas importantes que el llanto de un niño te desvele. Eres un hombre activo, que necesita a una mujer a su lado para complacerte. No quiero que Akim y yo seamos un impedimento para tus necesidades.
—Akim nunca será una molestia, sus llantos, caprichos y risas son lo que la mansión necesita. Todos están encantados con él. —Dejó de mirarla, concentrándose en su celular. —En cuanto a mis necesidades.... puedo satisfacerlas fuera de casa, no es necesario en la casa donde vive mi hijo.
En cuanto esas palabras salieron de la boca de Nikolay, el pecho de Kira se contrajo al pensar en el padre de su hijo con otra mujer. Sabía que no sería la primera ni la última, cómo también sabía que sus encuentros solo eran momentos de lujuria.
Pero ella quería mucho más que ser la última y primera mujer en darle un hijo.
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Sin Salida #1 (Serie Rudos Deseos )
Teen Fiction¿Que pasa cuando de la noche a la mañana no encuentras a la persona que querias? O mejor aún, como era sentirse traicionado por quien quieres?. Nikolay Vólkov, un hombre dispuesto a todo. Pero en su camino no estaba la idea de una luz en el oscuro...