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El millonario Nikolay Vólkov  entro en el lujoso salón de su fabulosa mansión donde lo esperaba Mijaíl. Eran las siete y media de la mañana. Consciente de que su rico y dinámico amigo últimamente solía empezar su día a las seis  y raramente dormía más de cinco horas, si no era trabajar era verlo en estados de ebriedad.

Su amigo más veterano, Mijaíl, le entregó una carpeta.

—Espero que te agrade, Nikolay.

Con una expresión de concentración que remarcaba sus hermosas facciones, Nikolay saco las fotografías de Natasha. La densidad de los arboles  ocultaba la mansión desde todos los ángulos. Hasta ese momento, solo había visto a Natasha en las fotografías. La  increíble definición de las fotografías dejaba a la vista el gran deterioro que había sufrido en el último mes que ella escapo del hospital.

Sus ojos de color negro adquirieron la frialdad del metal. Su cuerpo estaba aún más delgado que la última vez, bajo sus ojos decoraban bolsas negras. Sin embargo, aún seguía siendo hermosa como la primera vez que la vio. El hecho de que la mujer estuviera mal hacia que Nikolay sintiera dolor, haciéndolo volver a su infancia cuando veía a su hermana enferma.

Pero aunque era el hombre más rico del país, nunca había olvidado su humilde origen ni lo que había padecido hasta que la fortuna le sonrió, sino hubiese sido por su fortuna el nunca estaría en aquella noche donde conoció a Natasha.

Esa imagen era una de las pocas cosas que le hacían perder la calculada frialdad por la que se regía. En el último mes, recuperar a Natasha  y a Akim se había convertido en su obsesión, tenía que tenerla a cualquier precio. Y pronto.

—Nos costó mucho buscarla, nadie sabía de ella. Los paparazzi estaban locos por ella cuando supieron de la lamentable perdida. Hasta hace poco unos vecinos la vieron y la reconocieron. –susurró.

Nikolay se tensó impredecible.

—Quiero saber todo de ella, no pierdas ni un detalle. Ahora vamos a otra cosa. Akim. –masculló.

—Ya puedo decirte con claridad lo que planean. Están liadas a una asociación árabe, buscan armar una guerra con los británicos en busca de poder. Para eso tratan de  secuestrar todas las armas posibles dejando en desventajas. Kiara y Kira siempre estuvieron unidas.

—¿Y nosotros donde encajamos allí? Porque todo esto.

—Ellas buscan poder, la cabeza de la guerrilla árabe sabe de tu poder, sabe que si sales de tu puesto ellos aprovecharan a encabezar a alguien que este con ellos para tener más poder, poder llevar más lejos la mercancía.

Nikolay le lanzo una mirada fulminante y pidió que llamaran a todos sus hombres.

—Vamos a recuperar a mi hijo, no me importa las consecuencias que conlleve todo. Quiero a Akim sano y salvo. Esta noche iremos.

—Dominic vendrá esta noche.

—Busca a alguien que lo busque en el aeropuerto, no tengo tiempo para él.

Para todos los hombres aquel día se convirtió en una pesadilla. Se amenazó con hacer rodar algunas cabezas si nada salía como habían planeado. Mientras sus hombres prometieron solventar el problema esa misma noche.

—Quiero a las dos muertas, no dejare que siguán postergando en mi vida cosas que deseo tener. Llama a Michael, dile que esta noche atacaremos la casa. No haremos el trabajo por otro. Nuestro punto son ellas –la mirada de Nikolay volkov rezumaba odio –. ¡Son unos buitres!

—Haremos todo lo posible por traerlo de regreso, es mejor que vayas a la compañía y hagas lo que tienes que hacer. Todos se preguntan por ti, fui a la obra y todo está en buen progreso.

—Es lo menos que me importa en este momento.

—¡Ya Nikolay! –Mascullo fastidiado Mijaíl por su actitud –.Llevas así un mes, no comprendo lo que sientes pero con tu actitud vas a llevar todo por la borda. Tu imagen está en la prensa amarillista, todos quieren saber porque no estas con Natasha en este momento, se ha infiltrado una información de movimientos indebidos.

—¿Qué dices? –Nikolay lo miro atento, esperando su respuesta.

—El contador estuvo moviendo sumas altas a una cuenta que no está registrada por recursos humanos. Los inspectores quieren cerrar la empresa y trabajar en la movida de dinero.

—Esto no puede estar pasando –suspiro sin ánimos –. Diles  que preparen el auto, iremos a la empresa.

Nikolay subió las escaleras para tomarse una ducha y partir a su empresa. Todo le agobiada, el mismo sentía a ver perdido peso, dejar su pelo crecer así como su barba, nada le molestaba más que recuperar lo que les pertenece costara lo que costara.

Los dos hombres abordaron un vehículo seguido de tres más rumbo a la empresa.

—¿Sabes algo de Ekaterina y mi madre? No he tenido ánimos de ir a verlas. –Mijaíl contemplo las facciones de su amigo, no le gustaba verlo pasar por aquello.

—Ayer fui a casa, ellas están bien, Ekaterina piensa someterse a una cirugía, tu madre quiere venir a la mansión, ya le dije que no es buena idea por el momento. Mi madre solo espera que encuentres a tu hijo.

—Es lo mismo que deseo, poder recuperar a Akim y que todo termine.

—¿Termine? A que te refieres con ese término.

—Quiero tener una buena vida, sin tener que ocultarme todo el tiempo. Se lo difícil que será salir de esto, y no quiero decir que lo hare fácil, solo que mi misión ya no será hacer millones sino formar una familia. –aconteció Nikolay.

—Te apoyare en lo que quieras hacer Nikolay. Buscaremos una forma. Pero ¿Quién llevara esa masa de poder? No podemos  dejarlo a si como así.

—Confió en que tú serás una buena cabeza para esto. Siempre te gusto dirigir cada cosa que era mi responsabilidad.

La mirada asombrosa de Mijaíl se fijó en su acompañante. ¿Acaso había escuchado bien? Su amigo de la infancia quería que el fuera la cabecilla de la mafia rusa.

Un  pensamiento cruzo por su mente.

—¿No temes que la ambición y el poder me gane y dejemos de ser amigos? ¿Cuándo te interpongas en mi camino pueda matarte?

—No –pauso antes de continuar, respondiendo las mismas palabras que una vez Mijaíl le dijo –No temo a nada, porque nuestra amistad siempre estará primero ante de un poder. Vinimos de un lugar donde el hambre ganaba más que una batalla de poder y pudimos superarlo saliendo juntos.

Mijaíl sonrió antes de palmear su hombro y hacer sonreír a Nikolay.

—¿Aun lo recuerdas? Éramos solo unos adolescentes cuando hicimos aquella promesa.

—Promesa que nunca muere, los verdaderos amigos siempre querrán lo mejor para el 

Sin Salida #1   (Serie Rudos Deseos )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora